Es un hecho que el hombre también tiene vanidad y el surgimiento de sus cuidados lo demuestra. Producto del entorno urbano este personaje contemporáneo oscila entre una apariencia admirablemente estética y una superficialidad ridícula. Al aspirar a los más altos estándares en el vestir del legendario dandy este tipo de hombre les ha añadido un físico atlético y una preocupación obsesiva por mantenerse joven. Fenómeno que  ha detonado una controvertida corriente cultural de la cuál la moda es apenas una parte. En un mundo diseñado para él, se pretende controlar cosas inasibles como el buen gusto y la perfección sin perder por completo el sentido práctico que distingue a las mentes masculinas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Texto: Martha Jauffred ± Foto: Cortesía de las marcas.