La carrera del compositor Richard Strauss terminó tal y como había empezado: escribiendo música de estructura clásica, de sentimientos románticos, cálida, en melodías atrayentes y graciosa, con armonías convencionales. Después de escuchar sus primeras y últimas composiciones es difícil recordar que, entre estos dos periodos, Strauss produjo obras que espantaron y enfurecieron al mundo y lo convirtieron en una de las figuras más provocativas del ámbito musical. 

Este compositor y director de orquesta nació en Munich, el 11 de junio de 1864, y murió en Garmisch-Partenkirchen, Alemania, el 8 de septiembre de 1949. El padre de Richard era el cornista principal de la ópera de Munich y asistió a Richard Wagner en el manejo del instrumento para su drama musical Sigfrido. La madre de Strauss provenía de una familia próspera. Richard era extremadamente precoz, y a los cuatro años tomó sus primeras clases de piano. A los seis se inició en la composición. Mientras recibía instrucción musical de Tombo y Walter, enriquecía su formación en la Universidad de Munich. En 1880, tres de sus canciones fueron estrenadas en Munich, al año siguiente su Primera Sinfonía, que dirigió Hermann Levi. En 1885 fue nombrado asistente del famoso director Hans Von Bülow con la Orquesta de Meiningen; y al año es nombrado titular de la orquesta. 

 

 

 

Su amistad con el poeta-músico Alexander Ritter (que estaba casado con una sobrina de Wagner) le despertó a Strauss una reevaluación de su música y la adopción de nuevos principios. Ritter, un wagneriano apasionado, convenció a Strauss para que escribiera música de naturaleza dramática y programática. Las formas debían ser más flexibles que las utilizadas en una sinfonía tradicional y la suite. Dejó atrás sus inclinaciones clásicas y se liberó de la sombra de Johannes Brahms, entregándose a crear poemas sinfónicos que lo convertirían en una de las figuras musicales más comentadas de su época: Don Juan, Muerte y transfiguración, Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel y sus sucesores. También se lució en el fértil terreno del Lieder, produciendo después de 1883 algunas de las mejores creaciones líricas desde las de Schumann y Brahms.

Su primera ópera: Guntram (Weimar-1894) fue una burda imitación de Wagner y fracasó. Allí cantó la que sería su esposa, la soprano Pauline de Ahna, con la que tuvo su único hijo, Franz. La segunda Feuersnot (1901) tampoco gustó. Pero, con Salomé (estrenada en Dresde en 1905) logró una de las obras líricas más intensas y de fuerza descriptivas de todo el repertorio alemán. Logró horrorizar aún más con Elektra (Dresde -1909) y aquí se inició su colaboración con el poeta y escritor Hugo Von Hofmannstahl, un binomio que duró más de un cuarto de siglo hasta la muerte 

de Hofmannstahl con Der Rosenkavalier (El caballero de la rosa), realizó una de las comedias operísticas de mayor acabado y belleza lírica. Ratificó y confirmó su posición como el mejor compositor alemán, después de Wagner. Luego de la Primera Guerra Mundial su productividad no se vio disminuida. 

 

 

 

 

Siguió componiendo óperas hasta 1942, creando dos obras maestras que merecen un lugar de honor en el género: Die Frau Ohne Schatten (La mujer sin sombra) en 1917 y Arabella de 1932. En 1952, tres años después de su muerte se estrena Die Liebe der Danae (Los amores de Danae) en el Festival de Salzburgo.

Además de su eminencia como compositor, tenía una reputación envidiable como director. Naturalmente se destacó en sus propias obras, las de Wagner y las óperas de Mozart. Se desarrolló en la orquesta de la Corte de Weimar y en 1898 lo nombraron director principal de la Opera Real de Berlín, en la que estuvo 12 años. De 1919 a 1924 fue director titular de la Opera Estatal de Viena. Participó en los festivales de Munich, Salzburgo y Beirut. Dirigió su música en dos visitas importantes a Estados Unidos.

Con el surgimiento de los nazis en Alemania, Strauss primero se identificó con el nuevo régimen, siendo nombrado presidente de la Cámara Musical del Tercer Reich. Sustituyó gustosamente a Bruno Walter, cuando Walter, que era judío, fue removido como director de la Orquesta del Gewandhaus (una  importante sala de conciertos) de Leipzig y remplazó a Arturo Toscanini en el Festival de Bayreuth, cuando el maestro se negó a dirigir en la Alemania Nazi. Pero pronto entró en conflicto con los representantes del gobierno cuando colaboró con el escritor judío Stephan Zweig en Die Schweisame Frau (La mujer silenciosa). Después de 1939, cuando Strauss violentamente se opuso a la invasión nazi de Polonia, fue puesto en arresto domiciliario por un periodo corto en su casa de Garmisch-Partenkirchen. El hecho de que su hijo se casara con una judía lo convirtió en persona non grata para los Nazis. Durante los años de guerra vivió en Suiza, pero principalmente en Garmisch-Partenkirchen, donde murió. El centenario de su natalicio fue conmemorado en Múnich, en 1964, con producciones de once de sus óperas dirigidas por Karl Böhm. Wolfgang Sawallisch le rindió tributo años después con representaciones de todas sus óperas, también en Múnich. Ambos eventos fueron grabados.

 

 

 

DISCOGRAFÍA:

 

Óperas

  • Guntram (Sony) Tokody, Goldberg, Opera Estatal Húngara, Fischer
  • Salomé (Decca) Nilsson, Krause ,Collier, Filarmónica de Viena,Solti
  • Elektra (Decca) Nilsson, Resnik, Stolze, Filarmónica de Viena, Solti
  • Der Rosenkavalier (Decca) Crespin, Minton, Donath, Jungwirth, Filarmónica de Viena, Solti
  • Die Frau Ohne Schatten (EMI) Kollo, Studer, Moll, Sinfónica de la Radio Bávara, Sawallisch
  • Arabella (DG) Della Casa, Gueden, Schock, Filarmónica de Viena, Böhm

 

Canciones

  • Caballe, Zanetti (Vergara/RCA)
  • M. Price, Sawallisch (EMI)

Staatskapelle Dresde, Kempe

(Sociedad del patrimonio musical)

Texto: Ricardo Rondón ± Foto: Ricardo Rondón