Los tonos dorados del desierto se desvanecen frente al turquesa del agua. Los azules de las montañas se mezclan con los verdes de los cactus que parecen vigilar el paso de los veleros que exploran una de las costas más bellas del mundo. 

Además de su belleza natural, en la que destacan sus playas edénicas, es un maravilloso lugar para la pesca.

 

Texto: Patrick Monney ± Foto: Patrick Monney