La casa Louis Erard le confió a su maestro relojero Konstantin Chaykin un reloj de espanto y los sorprendió con una versión más oscura de sus renombrados Wristmons (monstruo de muñeca), un grotesco cíclope con boca de sierra inspirado en la leyenda eslava de Likho.

El Likho regresa, esta vez lleno de ira con un par de variantes en ediciones limitadas (178 piezas), en caja díptica (caja limitada a 28 piezas) o en caja cuadríptica (con las dos versiones, limitada a 8 piezas).

Desde hace años, Chaykin, destacado practicante y miembro de la AHCI (Academia de Relojería de Creadores Independientes), con 94 patentes a su nombre, salpica sus creaciones con visiones de terror.

El cronómetro está pensado para asustar, pero Chaykin lo creó de forma chic. Podría haber puesto toda su experiencia al servicio de una relojería de alta calidad, con un diseño perfecto, una relojería inventiva y tradicional, con una artesanía y unos acabados excepcionales, guilloché a mano y esmalte grand feu, pero en las noches de luna llena, es un tipo diferente de fuego el que quema a Chaykin, quien dice tener visiones... y hace relojes con ellas, con cabezas de monstruos, sus Wristmons... y sus Wristmons son aterradores.

Vienen en dos tamaños: 44 mm y 39 mm, con un círculo verde en el modelo de 42 mm y violeta en el de 39 mm, para suavizar un poco el terrible rostro, tratando de exorcizar el miedo y complacer a todos. Por supuesto, son ediciones limitadas, cada una con un número talismán: de la presentación doble se ofertarán 178 piezas. En numerología, 178 también simboliza la fuerza en la unidad. En todos los modelos, la caja es de acero inoxidable pulido y cristal de zafiro.

De la caja cuadríptica de los modelos Wristmons de Louis Erard se ofertarán ocho piezas.