Mirando hacia atrás, mirando hacia adelante, siempre cambiando.

Las características de la colección Prada Resort 2020 son los clásicos de la marca descontextualizados, con una transgresión silenciosa y un optimismo que se plantea como una alternativa de actualidad, utilizando el color y contraste para reconfigurarlo.

El color es puro; las proporciones, un juego a escala, donde las diferentes longitudes se combinan en varias prendas. Mientras una camisa alargada puede redireccionar la línea de una chaqueta hecha a medida, a las sudaderas clásicas se les da gran volumen.

Símbolos de la tecnología lo-fi fueron utilizadas como insignias que, combinadas con el logotipo de Prada, daban la impresión de un estado de ánimo retro-futurista. “Ya no soy un artista; me he convertido en una obra de arte”, dijo una voz en off en medio del espectáculo masculino.

Inspirada en un espíritu de alegría, positivismo sin límites, posibilidades y confianza, la colección masculina Primavera/Verano 2020 de Prada se celebró, por primera vez, en Shangái.

El espectáculo se celebró, por primera vez, fuera del territorio de Miuccia Prada en la Fondazione Prada en Milán o en su oficina de Nueva York; el motivo, celebrar el 40 aniversario de Milán nombrada como ciudad hermana de la cosmópolis china.

La iluminación para la presentación estuvo a cargo de AMO –del estudio de investigación de OMA– quien ideó una instalación de luz en la que buscó amplificar la monumentalidad industrial de la galería Silo, en el muelle de Minsheng.

Utilizado con anterioridad como sitio de almacenamiento de trigo y grano, el almacén con capacidad para 80,000 toneladas, es uno de los silos más grandes de Asia y fue descrito por AMO y Prada como un “monumento no intencional”.