Calidad sin fronteras

El vino mexicano está penetrando en los mercados internacionales y está conquistando el gusto de los más exigentes paladares. Se dice que en nuestro país está surgiendo una cultura vitivinícola, sin embargo, considero que estamos viviendo un renacimiento de ésta. Recordemos algunos acontecimientos que sirven de razones para afirmar el renacimiento de la cultura del vino mexicano.

• En el año 1521 la vitivinicultura es introducida en México por los españoles, y desde aquí se distribuye por todo el continente.

• En 1524, tres años después de la conquista, Hernán Cortés dispuso que todo encomendero que tuviera repartimiento plantara 10 sarmientos de vid por cada indio.

• Para 1536 ya existían viñedos en varias partes de la República mexicana.

• 1593 fue el año en que Felipe II, rey de España, presionado por los productores españoles debido a la calidad del vino mexicano, prohibe tanto la plantación de vides como la producción de vino en todo el Nuevo Mundo.

• Durante los siglos XVII y XVIII se consolida la vitivinicultura de nuestro país y del resto del continente.

• En 1810, antes del inicio de la lucha de Independencia, don Miguel Hidalgo y Costilla incrementó los viñedos existentes en los contornos de la población de Dolores. Y durante el siglo XIX se implantan nuevas cepas españolas y francesas, siglo en que el Padre Eusebio Kino dio gran impulso a la vitivinicultura mexicana a través de la conformación de las misiones en California.

 

 

El vino mexicano resurge a finales de la década de 1980, en lo que puede ser llamada la segunda “ola” del Nuevo Mundo, década en la que se manifiesta mundialmente el despunte de vinos chilenos, argentinos, australianos, sudafricanos y, desde luego, mexicanos.

En el caso del vino mexicano, este resurgimiento fue gracias a la iniciativa de profesionales comprometidos con la calidad, y que se empeñaron en que en nuestro país hubiera vinos de talla internacional y pudieran competir en los mercados internacionales. Así, enólogos y vitivinicultores deciden llevar al vino mexicano hacia estratos que exigen no sólo la aplicación de conocimientos y técnicas, sino de la inspiración, donde el arte es su máximo representante y la ciencia su fiel compañera. El México vitivinícola cuenta con cuatro estados que poseen zonas de producción de uva para la elaboración de vino.

 

Coahuila

Región vinícola con clima semidesértico, muy cerca de la Sierra Madre Oriental, a 1500 metros sobre el nivel del mar.

Estas condiciones le permiten contar con un clima ideal para el cultivo de la vid. En esta región se localiza no sólo la Bodega más antigua del Continente Americano (Casa Madero, fundada en 1597), sino que también se considera que es la tierra que da origen al vino en América, y cuyos vinos han sido galardonados en infinidad de concursos mundiales.

 

 

Baja California

La región de Ensenada, con sus diferentes valles, se ubica entre los paralelos 31 y 33 grados latitud norte. Sus viñedos se encuentran influidos por el océano Pacífico y el movimiento de los vientos.

Las zonas más importantes que conforman esta región vitivinícola son: Valle de Guadalupe, Valle de San Vicente, Valle de Santo Tomás, San Antonio de las Minas, Región de Tecate y Región de Ensenada.

En la Región de Baja California encontramos la mayoría de las casas vitivinícolas de nuestro país: Bodegas Santo Tomás, L.A. Cetto, Monte Xanic, Casa de Piedra, Chateau Camou y Mogor Badan, por mencionar algunas de las más premiadas en concursos mundiales.

 

Querétaro

Las condiciones geoclimáticas de la zona son óptimas para el cultivo de la vid, ya que está ubicada a 2000 metros sobre el nivel del mar y su temperatura promedio anual es de 18 ºC. El triángulo de San Juan del Río, Tequisquiapan y Ezequiel Montes es el área de mayor plantación de uva para vino del Estado. En Querétaro se encuentra una de las Bodegas con más futuro en nuestro país: Casa Freixenet, que actualmente no sólo produce vino espumoso con el método de elaboración del champaña, sino que también produce vino tranquilo.

 

 

Zacatecas

Región vitivinícola ubicada en el centro-norte del país, cuyos viñedos se encuentran a más de 2200 metros sobre el nivel del mar, lo que origina inviernos fríos y veranos frescos. El suelo es arcilloso de media profundidad y con gran capacidad para retener la humedad, lo que es favorable para el desarrollo de la vid.

En México se han adaptado muy bien algunas de las variedades más importantes para la elaboración del vino, entre ellas destacan: Cabernet Sauvignon, Merlot, Shiraz, Nebbiolo y Tempranillo (en cuanto a tintas), y Chardonnay, Sauvignon Blanc, Chenin Blanc y Viognier (como blancas). Como resultado, han dado vinos con un carácter y personalidad muy particular, que llama la atención a expertos y aficionados a la cultura vitivinícola.

Aunque la producción de vino en México es aún pequeña, comparada con los grandes países vitivinícolas (ya que se producen alrededor de 1,600,000 cajas al año), el vino mexicano es aceptado en muchos países, principalmente en los europeos, gracias a su calidad. Actualmente se exportan más de 350,000 cajas a casi 30 países.

(Fuente: Lic. Pilar Meré, Coordinadora de Promoción de Vinos Mexicanos.)

El reconocimiento, nacional e internacional, en diversos concursos mundiales, compitiendo con vinos de la mayoría de los países vitivinícolas (por ejemplo franceses, españoles, italianos, alemanes, portugueses, australianos, chilenos y argentinos), ha motivado y comprometido a inversionistas, enólogos y viticultores a la constante mejoría en todos los procesos que se generan en torno a su elaboración. 

 

 

Texto: Georgina Estrada Gil, Asociación Nacional de Sommeliers ± Foto: Vinos Mexicanos y Ablestock