Caminó todos los senderos musicales de su época, ricos en logros, pero tardíos en ser apreciados

Este año celebramos a uno de los compositores más grandes que ha legado la humanidad Curiosamente tanto Johann Sebastián Bach(1685-1759) como George Friedrich Handel y Domenico Scarlatti vieron la primera luz en 1685. ¡Buena compañía no le faltó, al menos en ese momento!

Bach vino de una familia que por varias generaciones había producido músicos profesionales. Nació en Eisennach, Alemania el 21 de marzo de 1685. Sus padres murieron cuando tenía diez años. El pequeño Bach fue a vivir a la casa de su hermano, Johann Christoph, que le dio una profunda educación musical. En 1700 fue nombrado corista de la Iglesia de San Miguel en Lueneburg y en 1704 fue contratado como organista en la iglesia de Arnstadt. En 1707, después de su nombramiento como organista en la iglesia Lueneburg, y en 1704 la iglesia de Arnstedt la ofrece el puesto de organista principal. En 1707, después de su nombramiento como organista de la iglesia de San Blassius en Muehlhausen, Bach contrae matrimonio con su prima Maria Barbara.

Su primer período de composición fue en Weimar, cuando en 1708 lo nombraron organista y músico de cámara de la Corte. Esta es la época durante la cual la vida de Bach se perfiló hacia convertirse en un eminente virtuoso del órgano y en donde escribió muchas de sus obra maestras para ese instrumento.

 

 

 

Entre 1717 y 1723, fue Kapellmeister y director de música de cámara en Coethen, en la Corte del Príncipe Leopoldo de Anhalt. Durante estos años compone música instrumental, produciendo legado importante de Sonatas y Conciertos. Mientras tanto, en 1720, muere su esposa Maria Barbara. En 1721, se casó por segunda ocasión. Ella fue Anna Magdalena Wuelken, con la que tuvo 13 hijos.

En 1723, Bach tomó el puesto que ocuparía por el resto de su vida, el de Cantor de la Iglesia de Santo Tomás (o Thomasschule) en Leipzig. Entre sus obligaciones estaban la composición de música para las iglesias principales de Leipzig, dirigirlas, tocar del órgano, impartir clases a niños en latín y afirmarlos en la música. Aunque este régimen era severo y exigente, ya que estaba siempre en conflicto con sus jefes y aunque estaba obligado a vivir en un lugar obscuro y poco sanitario, su vena creativa fue prodigiosa. Fue en estos servicios religiosos en Leipzig que Bach compuso la mayoría de sus Cantatas, además de La Pasión Según San Mateo y la Misa en si Menor. Ni una parálisis parcial, ni la ceguera pudieron frenar su creatividad. En su último año, Bach terminó El Arte de la Fuga y el preludio coral, Vor deinen Thron. Justamente antes de su muerte, recuperó la vista brevemente, permitiéndole revisar y copiar las partes del Arte de la Fuga. Murió en Leipzig el 28 de julio de 1750 y fue enterrado en la fosa común del panteón de la Iglesia de San Juan. Sus restos fueron exhumados en 1894 y depositados dentro de la iglesia.

 

 

 

 

El hecho de haberlo enterrado en la fosa común, sin identificación es significativo y simbólico, y hasta aberrante. Sus contemporáneos, hasta sus propios hijos estaban listos para consignarlo al anonimato. La mayoría de sus obras no estaban publicadas pero unos cuantos “seres pensantes” lo valoraban con veneración-Mozart, Beethoven, Mendelssohn y Schumann, estaban en esta selecta minoría. Cuando tocó por primera vez su Pasión Según San Mateo en 1729, los feligreses mostraron incomprensión total y una viejita insolente gritó: ¡Dios nos ampare!

Bach era tan poco apreciado en Leipzig que un bulto de papel con sus Cantatas fueron vendidas por el equivalente de cuarenta dólares y algunos de sus manuscritos para Sonatas fueron usados por los comerciantes locales para envolver sus productos. Las placas originales para la impresión de El Arte de la Fuga se malbarató para usarse como chatarra. Si existe el infierno, es para estas gentes de Leipzig que a pesar su todo, no lograron quebrantar su espíritu y el tiempo nos ha dado la razón.

 

 

 

 

 

DISCOGRAFÍA RECOMENDADA

La enorme y fascinante obra de Bach requiere toda una vida de estudio y descubrimiento. Todas sus obras principales han sido grabadas, muchas en varias ocasiones, así que necesario ajustarse al moderno mundo sonoro versus el estilo de los llamados “instrumentos originales” que son réplicas de aquellos usados en vida de Bach.

 

- John Porter rinde tributo a la segunda esposa de Bach en una hermosa colección tocada con genuino afecto llamado El Cuaderno de Anna Magdalena (Teldec).

 

- El Arte de la Fuga puede ser escuchado en su versión para órgano brillantemente tocado por Herbert Tachezi (Teldec).

 

- Los maravillosos Conciertos de Brandenburgo tienen que ser escuchados en su edición completa para apreciar su estilo y bellezas. Karl Ristenpart dirige a la Orquesta de la Saar con solistas de la altura de Jean Pierre Rampal y Pierre Pierlot, con imaginación e impresionante detalle. El trabajo de equipo logrado ha hecho que esta versión sea un clásico (Nonesuch).

 

- La versión de Trevor Pinnock con el English Concert es vital, decidido y vibrante, todo perfectamente balanceado. Nicholas Harnoncourt ha confeccionado un álbum de colección con todas las Cantatas y los resultados son de la altura esperada considerando la profundidad musical de este artista. (Teldec).

 

- El Concentus Musicus Wien y las contribuciones corales son espectaculares (Teldec). El violinista más grande del Siglo Veinte, Jascha Heifetz toca la famosa Chacona de la Partita No. 2 y le “da un baño” a la competencia. La perfecta afinación, tono, línea y corazón interpretativo son ingredientes de una ejecución superlativa (RCA). Los Conciertos para Clavecín completos exhiben de nuevo el genio de Trevor Pinnock. Diferente pero no menos electrizante es el fabuloso pianista Glenn Gould, cuyo Bach fue toda una vida de exploración y comunicación. Sus directores son Leonard Bernstein y Vladimir Golschmann (Sony). Alice Harnoncourt y el Concentus Musicus Wien dan una interpretación bellísima de los Conciertos para Violín (Completos. Teldec). Gould retorna para uno de los discos más importantes del Siglo, Las Variaciones Goldberg grabado en 1955. Gould está en su absoluta plenitud. La interpretación de estructura, canto melódico, detalle, y complejidad rítmica, todo servido por un Maestro. ¡Esta es grandeza! (Sony).

 

- En un mundo más tierno y ligero Gould toca un superlativo Pequeño Libro de Bach (Sony). Frans Brüggen y la Orchesta del Siglo XVIII tocan una luminoso Misa en Si, fresca y atrayente. El Coro de Cámara de Holanda es excelente (Philips).

 

- Harnoncourt nos visita de nuevo con una de las mejores versiones de la Pasión según San Juan y lo mismo aplica a su Pasión según San Mateo con la Orquesta del Concertgeouw de Amsterdam (Teldec). En cuanto que el Bach de Herbert von Karajan es demasiado pesado y frígido. Hay excelentes programas con la música para órgano con E. Power Biggs (Sony), Michael Murray (Telarc) y Helmut Walcha (DG). Las Suites para Orquesta encierran una belleza irresistible y tres de las presentaciones son sobresalientes. Raymond Leppard, el English Chamber Orchestra ( Philips), Harnoncourt con el Concentus Musicus Wien, y un testimonio romántico bajo Yehudi Menuhin con la Orquesta del Festival de Bath (EMI). Yo-Yo Ma es sublime en las Suites para Cello Solo y el Oratorio de Navidad brilla bajo la soberbia guía de Karl Richter (Archiv). Cerramos está muy breve discografía con Glenn Gould, que es la perfección misma en el Clavecín Bien Temperado (Sony).

 

Texto: Ricardo Rondón ± Foto: F. Axel Carranza