REPÚBLICA CHECA

La República Checa (decretada como tal el 1° de enero de 1993 tras la división de Checoslovaquia en la República Checa y Eslovaquia), se localiza en el centro de Europa. Es un país lleno de historia y tradiciones, que sorprende a cada paso con obras de arte y arquitectura de diversas épocas. No se puede ir a aquel lugar sin adentrarse en su cultura, sus costumbres, sus paisajes nostálgicos, sus montes bajos, el río Elba, el río Moldava, Bohemia (donde se gestó la historia de aquel país desde el siglo IX), Silesa, Moravia… y el vaivén de un pueblo que guarda en sus entrañas muchas de las claves para explicar la división geopolítica de la Europa del siglo XX. 

Desde la antigua dinastía de los přemyslitas (bajo el Sacro Imperio Romano), hasta la dinastía de los Habsburgo que los integró al imperio Austríaco (luego Austrohúngaro) en el siglo XVI, y el cual duró hasta el final de la Primera Guerra Mundial, la posterior fundación de Checoslovaquia en 1918 y su disolución en 1938 y su reunificación al término de la Segunda Guerra Mundial (para convertirse por varias décadas en un estado socialista), la región ha conformado una historia tan interesante como rica.

Recomendar una ruta, un museo, un restaurante, reduciría nuestras posibilidades, por eso, tan sólo abrimos un pequeño paréntesis para convocarte a conocer un país mítico, a través de unos pocos ejemplos de su cultura.

 

 

 

La Casa de la Madona Negra, un sitio para visitar en Praga.

Un emblemático lugar para visitar en Praga, sin duda es “El museo del cubismo checo”, también conocido como la Casa de la Madona Negra. Un espacio fascinante donde el movimiento cubista, encabezado por Pablo Picasso y Georges Braque en otras latitudes, muestra lo más representativo del cubismo checo, florecido entre los años 1910 y 1920. Praga desarrolló el cubismo empleándolo casi a cualquier área, desde la escultura, la pintura, hasta la arquitectura. En esta ciudad se pueden encontrar los ejemplos más memorables de la arquitectura cubista. Uno de ellos, precisamente es la Casa de la Madona Negra, diseñada por Josef Gocar en 1912 y que ahora alberga la impresionante colección del cubismo de aquel país.

 

 

 

Empezamos a recorrer la exposición por el segundo piso, mirando las imponentes pinturas de Emil Filla como El escritor (1912) y El lector (1913), entre otras. Encontramos además esculturas de bronce de Otto Gutfreud y la maravillosa vajilla de Pavel Janak con su peculiar servicio de café en porcelana; además nos encontraremos también con los muebles diseñados por Josef Gocar como el gigantesco sofá que creó para el actor Otto Boleska en 1913. 

Subiremos por sus peculiares escaleras para encontrar en el tercer piso piezas de Capek, Vicenc Benes y Otakar Kubin, así como de Vajav Spala y su fascinante Canto de la primavera (1915). En el cuarto piso disfrutaremos las exposiciones temporales y concluiremos tomando un café en el Gran Café Oriente, cuyo interior, también cubista, fue diseñado por  el talentoso Mr. Gocar. El recinto cuenta también con un centro educativo.

El cubismo checo contribuyó de manera significativa al desarrollo del arte, el diseño y la arquitectura en Europa central en la primera mitad del siglo XX.

 

 

 

Los grandes protagonistas del cubismo del país lograron combinar de excelente manera las inspiraciones propias con las nuevas tendencias europeas y, sobre todo, con las ideas modernas de los artistas franceses. 

La Casa de la Madona Negra, propone involucrar al cubismo con la vida cotidiana, desde su arquitectura, hasta la decoración de sus interiores que incluyen muebles, esculturas y pinturas. Un lugar que, sin duda, no puedes perderte si estás de visita en la República Checa.

 

 

Info

Casa de la Madona Negra

Correo:Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Teléfono:+420 222321459

www.ngprague.cz

 

Texto: AMURA ± Foto: NG Prague / Anuragyagnik / Kejhu