No hay poema que se recite sin un mezcal en la mano; ni hay amor que se repite, ni amante que salga a mano.
Las Garrafas de Oaxaca es un mezcal único y sorprendente: es un pedazo de México que representa el detalle, la laboriosidad, la espera, el talento, la calidad y la artesanía que encierra una pieza de nuestra cultura; el amor por hacer de nuestras artesanías algo sobresaliente.
Las Garrafas de Oaxaca es un producto en lotes muy limitados en botellas numeradas que buscan hacerle vivir una agradable experiencia de exclusividad y pertenencia a esa parte de nuestras costumbres que siguen admirando a propios y extraños.
LA MEZCLA
La elaboración del mezcal Las Garrafas de Oaxaca implica un ensamble que expresa en forma única la gran riqueza de la región. Está compuesto de tres diferentes agaves: Espadín, Arroqueño y Tonalá silvestre, mismo que, actualmente, ya es muy escaso.
Después del jimado, los agaves se cuecen por tres días en horno cónico con piedra azul de río y se machacan a golpe de mazo en canoa de encino. Para su fermentación se utiliza agua pura de manantial extraída a pie de cerro. Es un mezcal de triple destilación: la primera en alambique de cobre, la segunda en olla de barro y la tercera nuevamente en alambique de cobre para remover los posibles aromas a tierra que el barro puede dejar. Lleva un proceso de extracción en el cual se perciben aromas dulces y sumamente agradables. En la tercera destilación, el maestro mezcalero añade un toque especial donde predominan los sabores prehispánicos, como la flor de cacao.
En Oaxaca se han descubierto tumbas en donde, junto con el difunto, se entierran ollas de mezcal para que lo acompañen en su viaje, encontrando al descubrirlas que el sabor de la bebida era muy superior. Eso nos dio la idea de reposarlo en la oscuridad en envases de vidrio para que el Las Garrafas de Oaxaca adquiera mejores propiedades.
RITUAL DEL MEZCAL
Si hay una bebida extraordinaria y noble, es el mezcal. Su esencia mística y artesanal estimula la imaginación y despierta los sentidos. Serena el desamor, elimina los malos sentimientos, es una gran compañía y, de poquito en poquito, hace que el mundo parezca mejor.
Para el pueblo oaxaqueño, el mezcal se sigue produciendo basado en rituales transmitidos en forma transgeneracional. Durante la conquista, los españoles encontraron una bebida llamada “mezcalli”, exclusiva para los sacerdotes y reyes zapotecas. Después de probarla comenzaron a destilarla, utilizando para ello alambiques de cobre. El gobierno virreinal, al darse cuenta que el mezcal comenzaba a sobresalir por ser menos perecedero y su sabor más complejo, lo prohibió en 1775, año en que expidió una Orden Real para extinguir en todo el territorio de la Nueva España la producción de mezcal.
UNA PREFERENCIA QUE CRECE
Su sabor cremoso y ahumado, así como las notas de aroma que emana y el aire de misticismo cautivador que lo envuelve, han hecho del mezcal el nuevo favorito internacional de las bebidas destiladas. Esta nueva pasión por el mezcal no es exclusiva de nuestro país. En grandes ciudades de Estados Unidos, por ejemplo, se encuentran mezcalerías con consumidores de todo el mundo que, cada vez más, aprecian la cultura y el origen de esta bebida.
Los mezcales que más seguidores están ganando en todo el mundo son los artesanales, pues tienen un gran sabor y personalidad. De ellos, Las Garrafas de Oaxaca destaca por ser un mezcal excepcional, debido a la conjunción única de propiedades ya descritas.
LAS GARRAFAS
Óleo sobre tela de Leovigidio Martínez (1959)
Esta obra es figurativa, festiva y retoma ciertos personajes de la cultura de los barrios de Oaxaca como Martín “el loco” y el señor Cayetano, el último de los aguadores que existieron. Estos personajes: borrachos, prostitutas y cargadores con carretones siempre agarrando fuerza con el mezcal para cargar su mecapal, los veía de niño y el pintor se los imaginaba con máscaras, pensando que por dentro se reían de todo lo que hacían.
Estudia en el Centro de Educación Artística de Oaxaca, y en el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo. S primera exposición fue una muestra colectiva de la primera generalción del Rufino Tamayo, en la ciudad de México, en la Galería Tierra Adentro. Ha expuesto en México, Estados Unidos, Bélgica, Canadá, Japón y Australia, entre otros países. Su mural más importante está en la ciudad de México, en el Hospital Infantil, intitulado “Juegos Perdidos”.
En cada obra, Leovigildo pretende dar siempre un mensaje porque, a decir de él, “la vida es muy corta y hagas lo que hagas, hay que divertirse.”
Info
Las Garrafas
www.mezcalgarrafas.com
Twitter: @mezcalgarrafas
Facebook: /lasgarrafasmezcaldeoaxaca
Instagram: @mezcalgarrafas
Texto: AMURA ± Foto: Luis Vega Hernandez/Leovigildo Martínez/Bobo Producciones