Libertad, desempeño y comodidad

Hablando de yates Wally es un excelente referente en todo lo relacionado a la construcción de embarcaciones, ya sea a motor o de vela: calidad, diseño y tecnología son algunas de las características que los distinguen. Y si lo miramos por fuera las líneas de su casco evocan a su hermano el Wally Y3K.

Su cubierta es completamente llana, lo que facilita caminar y realizar las operaciones necesarias sin tener que estar esquivando obstáculos. Además del diseño, esta embarcación cuenta con un sistema diseñado por Wally para que una sola persona pueda navegar sin inconvenientes, en la popa localizamos el garage para la lancha auxiliar, así como un espacio de almacenamiento.

El velamen, que en su conjunto suma 386 m2, está perfectamente diseñado para sacar provecho de cualquier situación, apoyado por la resistencia de los materiales que componen a todo este yate y, sobre todo, al mástil principal, que gracias a su configuración y composición da un margen de movimiento, flexibilidad y rigidez que ayudan al excelente desempeño del barco, lo que le permite desplazarse a velocidades de 10 nudos con viento de ocho nudos. Todo está diseñado con la precisión que requiere un velero que, por donde se vea, está involucrado con la tecnología, a veces valiéndose de ella y otras tantas siendo la “punta de lanza”.

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Otra característica exterior que podemos resaltar es el color del casco, azul marino, que a su vez destaca por la ausencia de visión de elementos mecánicos y auxiliares, lo que nos permite ver las líneas del casco como una imagen limpia.

En la zona de popa encontramos el doble timón, cerca de esta área la cubierta se puede transformar en un asoleadero, ayudada por unos cojines, convirtiéndose entonces en una zona social. En la parte media encontramos el espacioso sector social, donde una gran mesa nos permite comidas al aire libre con suficiente espacio para 10 comensales.

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En el interior, desde la escalera nos permite regocijarnos, está compuesta de fibra de carbón y tiene un singular diseño minimalista que aprovecha la resistencia y durabilidad de dicho material. El interior está diseñado siguiendo los lineamientos del dueño y tiene espacio para acomodar a cuatro invitados y cuatro personas de tripulación. En el medio se encuentra el camarote del dueño, a babor, que entre otras cosas cuenta con una oficina y un baño muy amplio. En contraparte, a estribor, encontramos el otro camarote que, en contraste con el del dueño, cuenta con un baño mucho menor.

Hacia babor del acceso al interior encontramos la cocina que está equipada con lo último del mercado para consentir a los paladares más exigentes. El área social es muy amplia y se puede disfrutar aún más gracias a que justo en la mitad del yate se pierde la sensación de movimiento cuando se encuentra maniobrando.    

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Texto: Edmundo A. Eguiarte ± Foto: Wally.