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Sí, hay una ciudad en el planeta que represente idóneamente la idea de convivencia y tranquilidad en urbanidad: Ginebra. Delimitada por dos apacibles ríos, esta bella metrópoli es la capital de Suiza, y se considera la localidad más cosmopolita de este país. Curiosamente, se le llama también la ciudad “más pequeña del mundo”, aunque es la más grande dentro de territorio suizo después de Zürich.

El entorno natural de Ginebra resulta paradisiaco; las construcciones modernas se integran armónicamente con las montañas y colinas que la rodean, mientras que la ciudad en sí se encuentra confinada entre las aguas de los lagos de Lemán y Ródano. El primero es el más relevante, pues la atraviesa y la corta en dos seg- mentos, conocidos popularmente como el Rive Droite, ubicado a la derecha del río, y el Rive Gauche a la izquierda. Este cuerpo de agua provoca que el centro de la ciudad se segmente por ambas orillas, pero su traslado se facilita gracias al transporte disponible en la zona.

 

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Este fenómeno natural es uno de los factores que hacen de Ginebra una de las ciudades de más alto nivel socioeconómico en el mundo, además de aparecer de manera casi consecutiva en el top 10 de los rankings mundiales en materia de calidad de vida. Al igual que Zürich, es un importante centro financiero, y se des- taca en la industria de la relojería, joyas y el chocolate.

El desarrollo socioeconómico, religioso, etc., se debe a que Ginebra posee una historia pacífica. Aun- que se tienen pruebas de que existió desde hace casi 5 mil años a.C.; su historia se define por dos momentos históricos: el 1530, cuando consiguió su autonomía tras 500 años como ciudad imperial, y en 1820, cuando se unió a la Confederación Suiza, que eventualmente se establecería como Suiza.

Durante la Reforma, Ginebra mostraría una notable tolerancia religiosa como uno de sus primeros indicios de estar a la vanguardia en el aspecto social. La mezcla étnica, lejos de incitar marginación o discriminación, fue la base para la fundación de importantes centros de estudio científico. Su prestigio académico llamó la atención de familias potentadas alrededor del mundo, que comenzaron a enviar a sus hijos a la ciudad con el fin de culminar su educación. Ginebra se hizo en- tonces del título de una "ciudad internacional", mismo que hasta el día de hoy conserva.

 

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También, Suiza alcanzó notoriedad por ser un país neutral frente a los conflictos mundiales. El resultado fue que muchas organizaciones interna- cionales decidieran instaurar sus sedes en Ginebra, y actualmente existen más de 200. La primera de ellas fue la Liga de las Naciones, antecesora de la Orga- nización de las Naciones Unidas, cuya fundación en 1919 sería el detonante para que otras instituciones siguieran su ejemplo. Esta calidad de universalidad ha llevado a que un tercio de la población ginebrina sea de origen extranjero.

Todos estos factores han sido esenciales para que el nivel de vida en Ginebra aumente, pero así también su costo. En 2009, fue declarada la cuarta ciudad más cara para vivir o visitar en el mundo. No obstante, esto no es para menos, pues la eficiencia de su sistema de transporte público, su limpieza y su orden son dignas de una ciudad con la libertad de cotizarse como lo desee. La capital suiza ofrece ade- más entretenimiento y cultura al por mayor. Mención aparte merece su sociedad, que bajo el revestimiento de elegancia y lujo que le otorgan las casas de relojes y joyas, es tolerante y amable.

 

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Al estar en el extremo más occidental de Suiza, casi separada del resto de la nación europea, el ambiente en Ginebra es de tranquilidad y serenidad. La comuni- dad de Carouge es un ejemplo de esto; aquí se puede encontrar desde un amplio mercado, restaurantes con deliciosa comida local, tiendas en las que se puede ver la creación en vivo de bellas artesanías por sus creado- res, y los cafés bohemios. Algo que destaca de Carouge es el parecer una ciudad atrapada en el siglo XVIII, pues sus iglesias, casas típicas y patios pintorescos han sido conservados durante 400 años.

 Las excursiones guiadas son la opción para los que desean conocer más Ginebra y sus alrededores. Se pue- de realizar un recorrido por la ciudad, en la que se admi- ran sus amplios y vivos parques, así como los edificios de las varias organizaciones que ahí tienen su sede; en diciembre, el recorrido concluye en la Place de la Fusterie, donde se recibe a los visitantes con un vaso de vino caliente, como parte del mercado internacional de Navidad. La campiña ginebrina, por su parte, invita a asombrar con sus casas y castillos, además de embe- lesar con la belleza del paisaje que componen las viñas suizas con el resto del entorno urbano.

 

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El lago Lemán es otro de los atractivos de esta metrópoli. Oculto en el corazón de los Alpes, en este lugar se ofrecen varios servicios de crucero. Por men- cionar algunos, se encuentra el Crucero de las riberas ginebrinas, en el que se recorren sitios y monumentos donde un guía describe las historias que estos guardan. En el Crucero a Yvoire se descubre la belleza de los castillos de Coppet y de Nyon, para después dirigirse a la ciudad medieval de Yvoire, ubicada en un montículo rocoso. El lago Lemán brinda cruceros gastronómicos, donde se puede disfrutar de un momento de relaja- ción a la hora del almuerzo mientras navega a través de las costas suizas y francesas.
Después de rodear el Lemán, se pasa al Col du Pillon, donde se sitúa Les Diablerets, centro del deporte de aventura; aquí, los visitantes más osados pueden practicar esquí alpino y surf de nieve, mientras que en verano, el esquí glaciar brinda opciones como canyo- ning, hydro-speed, vuelo en ala delta, y el Dirt Monster Biking o el Alpine Coaster (pista de trineos sobre carri- les) más alto del mundo. Está disponible un teleférico que se eleva sobre las cimas nevadas, recorrido que brinda la oportunidad de caminar sobre un glaciar, y en verano un paseo en trineo. A la hora del almuerzo, uno puede ir al restaurante panorámico, obra del arquitecto Mario Botta. Posteriormente, se realiza una parada en el Gstaad, un punto turístico conocido mundialmente donde se observa el contraste creado por la blancura de la nieve y el azul del lago; además de la carretera de Saanenland que otorga un hermoso retrato de colores y reflejos.

 


Sobre el aspecto más rural y pintoresco de Ginebra, está la villa de Chamonix, localizado atravesando el río Arve, ubicado a las faldas del Mont-Blanc, la montaña más alta de Europa. De aquí, un ferrocarril eléctrico está disponible para ir a Montenverse, situado a 1913 metros de altitud, y así asombrarse con este glaciar de 7 kilómetros de longitud y 1,200 de ancho. Próxi- mo al Mont-Blanc, se encuentra la Aguja del Midi, un pico rocoso cuya cima puede alcanzarse en un viaje de dos tramos de 20 minutos en teleférico; aquí se ob- tiene una de las vistas más impresionantes del valle de Chamonix y de las altas montañas de los Alpes de Francia, Italia y Suiza.

Otro interesante punto de visita es el pequeño poblado de Lausana, considerado el centro cultural de Suiza y construida sobre colinas, en donde ade- más se puede tomar una visita guiada por la ciudad, a la que le sigue un paseo a la orilla del lago o una visita al Museo Olímpico.

 

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En invierno, las actividades en Ginebra se tornan interesantes. Se pueden dar paseos por los coloridos parques otoñales o las riveras y paseos por la costa. También hay una amplia oferta de eventos culturales como museos, teatro, ópera, ballet, cine, conciertos, etc. En el mismo periodo, en el 11 y 12 de diciembre, los ginebrinos celebran L’Escalade, conmemoración de la derrota de las tropas del Duque Carlos Emmanuel I, que pretendía atacar por sorpresa a Ginebra, en una serie de festividades que incluyen una recreación de la batalla.
Uno aspecto culturales que no debes perderte es el Museo de Arte e Historia, el cual cuenta con una selecta colección arqueológica, fotografía, artes apli- cadas y de armas. En la planta baja encontramos tesoros de arte griego y romano, que se muestran con antigüedades de Medio Oriente y el Mediterráneo Oriental, arte funerario egipcio y objetos etruscos. En otra de las áreas de éste mismo piso, podrás encontrar reliquias de la ciudad de Ginebra y sus alrededo- res, que datan desde el Paleolítico y la Edad de Hierro hasta la Edad Media; también hay objetos del período de arte gótico y el Renacimiento. El museo tiene un horario de 10:00 a 17:00 de martes a domingo.
En Casa Tavel hay una representación de la vida cotidiana por los genoveses desde el siglo XIV hasta el siglo XIX; ya en el ático podrás encontrar una maqueta de Ginebra de antes de 1850 cuando aún conservaba sus murallas en pie.

 

El Museo Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, es el más impresionante y original de Ginebra, aquí verás una combinación de audiovisuales, esculturas, ordenadores y documentación que hacen una extraordinaria narración acerca de la fun- dación de la Cruz Roja por Henry Dunant, así como la función humanitaria de esta misma organización.

La Catedral de San Pedro, conocida por los inspi- radores sermones de Juan Calvino, es sin duda de los destinos turísticos y culturales que te recomendamos visitar. Este imponente edificio, de estilo románico- gótico, tiene una fachada neoclásica que destaca en el centro de la ciudad. Por adentro, la Catedral de San Pedro parece austera, pero si observamos con detenimiento, encontraremos una mezcla del estilo románico-gótico y vitrales que representan dos fi- guras humanas y una variedad de criaturas míticas. También, está la Capilla de Rohan, que contiene la tumba del Duque Henri de Rohan, militar francés que se sublevó a la política de María de Médicis; y la capilla de los Macabeos, reinstaurada y consagrada en 1878 después de pasar varios ahos como bodega después de la Reforma. Una vez que hayas terminado de maravi- llarte con la arquitectura del edificio, dirígete a la torre norte de la catedral para que puedas disfrutar de una vista panorámica de la ciudad de Ginebra.

 

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El Jardín Inglés data del arto de 1854 y alberga el Monumento Nacional: una estatua de dos mujeres que representan a la República de Ginebra y Helvetia, símbolo de la unión de Ginebra a la Confederación Suiza el 12 de septiembre de 1814. Dentro del par- que hay una fuente de bronce y el Reloj de Flores, sím- bolo de la industria relojera de Ginebra, de renombre mundial y ubicado al borde del Jardín Inglés, desde 1955, es una obra de la tecnología y el arte floral que todo buen viajero debe visitar. El reloj es considerado como el más grande del mundo por sus 17.7m de cir- cunferencia y adornado con más de 6,300 plantas, se compone de ocho círculos concéntricos, cuyos colores varían con las estaciones y las plantas que compo- nen la pantalla.

La Jet d’Eau es una impresionante fuente que avienta agua a 140m de altura con una velocidad de 200km/h. Esta fuente es la más alta de Europa y do- mina el puerto de Ginebra. Aunque por la noche se ilumina artificialmente, durante el día la fuente se encarga de sus efectos de iluminación, pues cuando brilla el sol, suele salir un arco iris para deleite de los turistas.

 

 
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Otro punto turístico a visitar es el Jardín Botani- que, creado por el botánico A. P. de Candolle, en el Pare des Bastions en el ano de 1817. Este extenso jardín de 28 hectáreas contiene invernaderos con plantas exó- ticas de seis continentes, además de un estanque con plantas acuáticas, un jardín de los sentidos, miles de flores, una pajarera, herbario, laboratorio de investi- gación y un parque con animales poco comunes. Si buscas desplazarte dentro de la ciudad de Gine- bra, puedes tomar el autobús, pero debes comprar el boleto con anticipación en las máquinas expendedoras -las cuales se encuentran en las paradas de autobuses para hacer uso de este transporte. Si no deseas abor- dar el autobús, los taxistas en Ginebra están obligados a saber inglés para una mejor asistencia al turista. Tam- bién, la red ferroviaria de Suiza proporciona conexiones rápidas, con servicios de cada hora desde Laussanne, Berne, Basel y Zurich hasta Ginebra. Más de 200 trenes viajan todos los días a través de la ciudad al aeropuer- to de Ginebra. La principal estación de tren es Garen de Cornavin, Lugar de Cornavin, y sus instalaciones inclu- yen cambio de moneda, consignas y oficina de correo.

 

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La ciudad de Ginebra tiene una amplia proyección internacional, fue sede de la Sociedad de Naciones entre 1927 y 1947 (arto de su disolución). El Palacio de las Naciones es actualmente la segunda sede de la Organización de las Naciones Unidas. Se han firmado las Convenciones de Ginebra en 1864,1907,1929, 1949, las cuales defienden los derechos de los prisio- neros y heridos de guerra. Es sede del comité Interna- cional de la Cruz Roja, de la Organización Internacional del Trabajo, Organización Mundial del Comercio, Orga- nización Mundial de la Salud, Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, y alberga el CERN, que es el mayor centro de investigación nuclear en el mundo.

 

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Ginebra ha servido de refugio para distintos filósofos y escritores, como Voltaire, quien huyó de la persecución de la Iglesia y el Estado francés. Su paso por esta ciudad dejó como recuerdo una mansión que ahora es un centro de documentación, el Instituto y Museo Voltaire, además de múltiples obras teatrales. Ginebra es la tierra madre del filósofo Rousseau, al cual le debemos la obra del Contrato Social. La estan- cia de Percy Bysshe Shelley y Lord Byron produjo la afamada y muy emblemática obra de Frankenstein, de Mary Shelley. 

A pesar de su gran tolerancia racial, ideología política, orientación sexual y religiosa, hay que te- ner en cuenta algunas “reglas de etiqueta" para una óptima convivencia con los genoveses.

 

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Las perso- nas de esta zona de Europa son muy puntuales, de forma que es esencial estar a tiempo en las citas acordadas. Para negocios, es importante saber que los genoveses suelen hacer comidas o cenas, y en muy rara ocasión desayunos, a los que habrá que ir de traje. Durante la reunión, no está bien visto tocar temas personales y tampoco realizar chistes, pues esto se considera inapropiado y poco serio para los tratados. Los negocios se desarrollan de manera lenta en comparación con los americanos, por lo que hay que tener especial cuidado en no apresurar la conversación y ajustarse al ritmo de los genoveses. Si alguien le extiende una invitación a un domicilio particular, es de gran aceptación llevar bombones, pasteles o flores al anfitrión; respecto a las flores, hay que evitar los crisantemos, rosas rojas o los ásteres blancos, ya que están asociados con la muerte.
Hasta aquí terminamos de dar un recorrido gene- ral turístico e historiográfico de lo que es la ciudad de Ginebra, reconocida en el mundo por ser de los sitios de mayor importancia en el sector financiero y de ne- gocios; además de su amplia proyección internacional, su neutralidad le permite mantenerse como una ciudad pacífica y segura con altos estándares de vida.

 

 

 

 

Lausana

Una ciudad del pasado en el presente

 Lausana es una comunidad suiza construida sobre tres colinas, rodeada de viñedos y situada a las orillas del Lemán en la zona francesa. En la orilla opuesta, se eleva el impresionante escenario de los Alpes Saboyanos.

Algunos de los atractivos de Lausana es el Cas- tillo de Ouchy y el Castillo de Santa María, en la Plaza de la Palud verá un hermoso reloj antiguo, donde cada hora salen unas figuritas para contar una historia.

 

El Museo Olímpico expone la historia de los juegos olímpicos desde 1896 en Atenas. El Musée de l'Art Brut es uno de los puntos turísticos más singulares e interesantes para visitar, ya que recoge obras creadas por personas marginadas en prisiones o clínicas psiquiátricas. También el Fon- dation de l’Hermitage, una hermosa granja del siglo XIX donde se presentan obras de arte al máximo ni- vel. Y para las parejas que buscan más el romance, recomendamos subir al Train des vignes, un viaje “poético” en "el tren de la vid" que va desde Vevey hasta Chexbres por la zona de viñedos del Lavaux, a gran altura del lago Lemán.
Hay eventos en diferentes fechas del aho, como la “fiesta de Lausana" en junio, y es una conmemora- ción urbana con diversas atracciones en muchas de las plazas. En julio se celebra en las calles aledañas al “casco antiguo", la “fiesta de la ciudad"; y para octubre, está el “jazzonze", que es el festival de jazz contempo- ráneo en Lausana.
El ambiente arquitectónico de Lausana, en conjunto con la naturaleza, nos recuerda a paisajes descritos en los cuentos de princesas y dragones, un mundo fantástico que pese a la modernidad, sobrevive en el centro de Europa.

 

Texto: Gustavo Pérez / Set Salazar ± Foto: Cortesía de las Marcas /Berger Joyeros