La Ciudad de los Canales es la capital de la región de Véneto. Está situada sobre un conjunto de islas que se extiende en una laguna homónima pantanosa en el Mar Adriático, entre las desembocaduras de los ríos Po (sur), y Piave (norte), en el nordeste de Italia.

Venecia está compuesta por 120 pequeñas islas unidas entre sí por unos 400 puentes. Se llega a Venecia desde tierra firme por el Puente de la Libertad que accede al Piazzale de Roma.

El principal núcleo urbano cristalizó en la zona de Rivo Alto (Rialto), a donde en los inicios del Siglo IX fue trasladado desde Alejandría el cuerpo de San Marcos el evangelista (al que se simboliza por el león alado), que sería patrono de la urbe.

 


En siglos posteriores, Venecia crece económica, política y demográficamente. Su vocación comercial se mostró en la época de las cruzadas y en sus relaciones con Constantinopla.

Se expandió territorialmente, alcanzando en el Siglo XV un cenit de gloria merced a su expansión y glorias en el ámbito marítimo. El Adriático fue entonces el mar veneciano, cuyo poder se extendía hasta lejanas tierras como Chipre. 

Con el descubrimiento de América decae el comercio mediterráneo; los venecianos retroceden ante los turcos poco a poco, aunque aún alcanzarán gloria en Lepanto, aliados a las naves de España.
Los Bellini, Giorgione, Tintoretto, Tiziano y Veronés son nombres asociados a la gloria artística de Venecia, ya en tiempos de declinación política. En 1797 la República veneciana murió. Su final llegó de manos de Napoleón Bonaparte.

 


Hoy Venecia sigue siendo un referente de arte, romanticismo, amada por los intelectuales que ven en ella el misterio del poder y la descomposición. Las aguas altas, que invaden la ciudad con frecuencia, parecen augurar ese sino trágico.

Hay un proyecto de utilización de diques para regular el problema de las inundaciones. Tal vez no sea sino un sueño -habida cuenta de la proverbial ineficiencia de los proyectos de la Administración italiana- esperemos que ese sueño llegue antes de que el cambio climático agrave la voracidad del mar y se lleve por delante a esta leyenda viva.

 

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Cuna del arte y de la música
Venecia goza de una fama legendaria por su amplio patrimonio artístico y largo historial como referencia de la pintura europea.
La riqueza de los poderosos de la ciudad (la Iglesia, los políticos y ciertos comerciantes) permitió mantener un prolongado patrocinio sobre pintores, arquitectos y demás artistas, desde Gentile Bellini hasta Francesco Guardi, pasando por muchos grandes artistas.

Curiosamente, muchos de estos artistas habían nacido en otras localidades y acudieron a Venecia atraídos por su pujanza.
El estilo de los sucesivos pintores de Venecia mantuvo algunas características comunes (colorido cálido y rico) que irradiaron su influencia por media Europa. La llamada “Escuela veneciana” influyó en maestros tan diversos como Rubens y Velázquez, y modeló en parte el estilo Barroco del Siglo XVII.

 

 

La arquitectura de la ciudad experimentó un periodo especialmente brillante durante el Renacimiento, con arquitectos como Mauro Codussi, Pietro Lombardo, y Jacopo Sansovino, que construyó la monumental Biblioteca Marciana.

En Venecia nació Antonio Vivaldi, una de las cimas de la música barroca. Otro de los grandes de la música, Richard Wagner, falleció en la ciudad el 13 de febrero de 1883. Igualmente el gran compositor Igor Stravinski aunque murió en Nueva York, quiso que sus restos fueran llevados a Venecia y reposan hoy en el cementerio de “San Michelle”.

Todo ello es reflejo de la importancia de la ciudad no sólo como lugar de origen de muchos genios, sino sobre todo c omo inagotable fuente de inspiración a lo largo de la historia de poetas, músicos, pintores y todo género de artistas.

Desde 1893 alberga la Bienal de Venecia, que incluye el festival de cine anual “Mostra Internazionale d’Arte Cinematográfica”.
En Venecia se encuentra uno de los coliseos de ópera más famosos del mundo, el teatro de La Fenice, que literalmente significa “Ave Fénix” y que hace honor a su nombre, habiendo surgido de sus cenizas tras repetidos incendios, el último a finales del siglo XX. Fue lugar de estreno de algunas de las más famosas piezas del repertorio, entre ellas varias de Verdi.

 

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Carnaval de Venecia
La fiesta más popular de Venecia es el Carnaval cuya tradición se remonta al Siglo XI cuando Venecia comenzaba a dominar marítimamente importantes porciones del Mar Mediterráneo. Oficialmente se declaró como festividad suprema durante el Siglo XII.

Sin embargo, es en el Siglo XVIII cuando el Carnaval de Venecia alcanza su punto máximo. A él acudían viajeros y aristócratas de toda Europa, en busca de diversión y placer.
Con la decadencia de Venecia como poder mercante y militar, el carnaval palideció hasta casi desaparecer.
Se recuperó algo de su festividad cuando la ciudad se ve abrumada por la invasión de miles de turistas, aunque las grandes épocas de diversión desenfrenada quedaron atrás.

El inmenso acervo cultural de Venecia, resumen de su historia milenaria, fue reconocido por la UNESCO con la distinción de Patrimonio de la Humanidad en el año de 1987 para el casco histórico de la ciudad y la laguna.

 

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Por sus callejones y edificios
Debido a toda esta historia es que la mejor manera de conocer Venecia es visitándola a pie, conociendo cada uno de sus detalles, callejones y edificios rebosantes de historia de una Europa romántica, clásica y artística. Y debemos empezar por el Gran Canal que es una gran avenida lacustre, de 30 a 80 metros de ancha, en cuyo entorno se alinean iglesias y palacios, en una sucesión sorprendente y llena de belleza.

Si comenzamos en los aledaños de la estación, lo primero que veremos es el Puente de los Descalzos. A su izquierda queda la bella portada de la iglesia de los Carmelitas Descalzos, sumamente armoniosa, del Siglo XVII, enfrente se halla La de San Simeón Piccolo, de líneas clasicistas y algo posteriores.
Unos 300 metros más adelante, a la izquierda, aparece la Iglesia de San Geremia, del XVIII. Adosado a ella, en el canal que surge en la misma esquina se halla el Palacio Labia, del XVII, con frescos de Tiépolo.

Apenas 300 metros más adelante, en la orilla derecha, el Museo de Historia Natural, en el edificio Fontego dei Turchi, originario del XIII pero reconstruido en el XIX. Enfrente la iglesia de San Marcuola.
A partir de aquí y hasta el puente de Rialto hay un elevado número de edificios de interés. En la orilla izquierda, el Palacio Vendramin-Calergi, última residencia de Ricardo Wagner, obra del Siglo XVI, y algo más adelante, la Ca’d’Oro, tal vez la casa palaciega más bella (aparte del Palacio Ducal) de un estilo gótico veneciano, obra del Siglo XV.

En este tramo, en la orilla derecha se halla, entre otros Ca’Pesaro, barroca y del Siglo XVII; Palacio Brandolin, gótico del Siglo XV; y las Fabriche Nuova y Vecchia de Rialto, ambas del
entorno del XVI.

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El Gran Canal
El Gran Canal, además de los antes mencionados, tiene muchos otros atractivos que uno puede ir descubriendo poco a poco.
Ahora es tiempo de conocer el lugar más visitado en Venecia, el llamado “Corazón de la Ciudad”, de unos 80 metros de ancho por 170 de largo, aunque de forma algo irregular, era la puerta del cercano convento de San Zacarías, transformado en plaza en el Siglo XII.

Tiene un curioso pavimento de bandas decorativas y está bordeado por una serie de regios monumentos: Las Procuradurías, la Torre y la Basílica de San Marcos.

 

 

Basílica de San Marcos
Las Procuradurías eran residencia de los grandes funcionarios. Originarias del XVI y XVII. El edificio del fondo, Fábrica Nuova, se hizo a iniciativa de Napoleón y en él se ubicaron estatuas de emperadores romanos y del propio Napoleón. En ella se encuentra la Basílica de San Marcos, la cual se edificó precisamente para albergar el cuerpo de San Marcos, traído desde Alejandría, y sufrió diversas alternativas, aunque la obra actual es básicamente del Siglo XI, con modificaciones en los siglos siguientes.

La Basílica tiene esa forma cupulada propia de los tempos bizantinos y conserva elementos de gran valor como los mosaicos... Buena parte de sus riquezas proceden de saqueos de Constantinopla. La fachada principal tiene cinco puertas con columnas marmóreas y mosaicos, con dos niveles de arcadas. En su parte superior tiene remates góticos.

 

En la terraza sobre la puerta central, románica, hay cuatro caballos traídos en el Siglo XIII de Constantinopla. En realidad son copias porque los auténticos se hallan en el interior del templo.

Si los venecianos los arrebataron -con la disculpa de una Cruzada- Napoleón también se los llevó a París, aunque luego se repusieron por los austriacos.
Tiene planta de cruz griega, con cinco cúpulas y un interior repleto de obras de arte que no sólo reflejan las labores de los artistas italianos sino -sobre todo- el resultado de la rapiña veneciana en todo el Mediterráneo.

Hay materiales traídos desde Constantinopla, de San Juan de Acre, de Siria, de Egipto. Hasta un bloque de granito, junto al altar, que se trajo de Tiro, porque era tradición que desde él predicó Cristo. Cientos de columnas bellísimas, magníficos mosaicos, joyas como la “Pala de oro”, joya de la orfebrería bizantino-veneciana con valiosísimos esmaltes.

 

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San Giorgio Maggiore y Giudecca
Desde el entorno de San Marcos de Venecia, se divisan hacia el sur dos islas, separadas ambas del centro histórico por el Canal de la Giudecca. Las islas son San Giorgio Maggiore y Giudecca.
La Giudecca es como un oasis de tranquilidad frente a la animada Venecia. Era un barrio judío -de ahí el nombre- donde se edificó en el 1576 por Palladio, una magnífica iglesia, la del Redentor, como ofrenda para conjurar una maligna peste.

Como en muchas iglesias de Venecia, abundan los tesoros artísticos, especialmente pictóricos. Aquí hay trabajos de Francesco Bassano, Palma el joven, y de discípulos de Veronés y Tintoretto.
La fiesta del Redentor, en julio, es de las mayores de la zona. Para esa jornada se une Venecia con la Giudecca, a través de un puente flotante que cruza el Canal de la Giudecca.

 

Museo La Academia
A la orilla del Gran Canal, no muy lejos de su encuentro con el de la Giudecca se halla uno de los museos más importantes de Italia: La Academia.
El interés de este centro, ubicado en la Iglesia de Santa María della Caritá y el convento dei Canonici Lateranensi, obra de Palladio, está en que es un magnífico lugar para adentrarse en la pintura veneciana, desde los primitivos en adelante, especialmente el Renacimiento.

Venecia tuvo una de las más prestigiosas escuelas de pintura en Italia, y en las Galerías de la Academia se guardan colecciones de pinturas de la escuela veneciana desde la Edad Media a los años del Renacimiento, con obras maestras de los Bellini, Tiziano, Giorgione, Tintoretto, Veronés, Canaleto, Longhi y un largo etcétera.
Al lado de la Basílica de San Marcos de Venecia se alza un magnífico campanario, de líneas puras, con prácticamente 100 metros de altura.

El campanario original era del Siglo XI, pero sufrió numerosos avatares, entre ellos un incendio en el Siglo XV y los consabidos problemas de cimentación sobre el suelo de la laguna... ¿La consecuencia? Que la obra actual es de inicios del Siglo XX.
El tono rojo del ladrillo, el blanco de la piedra de Istria y el verde del cobre de la techumbre hacen del conjunto un todo sencillo y atractivo, realzado por sus líneas rectas.
Tiene al pie una bella logia, la Loggetta, originaria del Siglo XVI. Servía antaño para albergar al cuerpo de Guardia, durante las sesiones del Gran Consejo. Es obra de Sansovino, autor también de la cercana Biblioteca Vecchia.

 

Islas de Murano y Burano
Lo mejor de todo, la posibilidad de subir allá arriba y contemplar la laguna veneciana, las islas, y al fondo, el Adriático y aún las estribaciones alpinas.
Además uno puede visitar algunas islas muy interesantes que la mejor manera de hacerlo es mediante el Vaporetto, es posible acceder fácilmente a la Isla de Murano, famosa por su producción de vidrio desde el Siglo XIII. Aunque la competencia ha hecho cerrar a diversos talleres, aún quedan artesanos y es posible visitarlos. También por el mismo medio es posible visitar la Isla de Burano, donde la especialidad son los encajes y al igual que en Murano se ha visto afectada la producción pero siguen muchos talleres abiertos.

Venecia es de esos lugares que nos envuelve entre romance, historia y belleza en medio de una pequeña gran ciudad italiana.

 

Guggenheim Venecia

El Museo Guggenheim de Venecia es uno de los más bonitos de la ciudad, con un tamaño ideal para no cansarse y con una representación de los movimientos artísticos más relevantes de la pintura y escultura italiana, europea y americana de la primera mitad del Siglo XX.
El museo fue inaugurado en el año de 1980 y presenta la colección personal de Peggy Guggenheim, obras maestras de la colección de Gianni Mattioli, el jardín de la escultura de Nasher así como exposiciones temporales.

Esta Casa-Museo está situada en el Palacio Venier dei Leoni, en el Gran Canal, donde vivió Peggy y quien disfrutó de la compañía de la mayoría de los artistas que pintaron los cuadros expuestos en las galerías y de los que incluso era su mecenas.

Peggy Guggenheim paseó por Europa y Estados Unidos los trabajos de sus amigos Jean Arp, Vasily Kandinski, Marcel Duchamp, Pablo Picasso, Max Ernst y Jackson Pollock, entre otros, sin importarle su condición de judía en pleno apogeo nazi.

La colección de Peggy Guggenheim es gestionada por la Fundación Solomon R. Guggenheim, que también maneja el museo de Solomon R. Guggenheim de Nueva York, el museo de Bilbao, el Deutsche Guggenheim de Berlín y el Guggenheim-Hermitage, Las Vegas.
Como en la mayor parte de los museos de arte contemporáneo, la fundación Guggenheim dispone de numerosas becas de prácticas y una función pedagógica importante; además, no son pocos los cursos, simposios y ciclos que se organizan bajo la supervisión de comisarios del museo en colaboración con otros importantes centros.

 

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Info

Guggenheim Venecia

704 Dorsoduro, 30123

T: 0039 041 2405411

www.guggenheim-venice.it

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Text: Enrique Rosas ± Foto: Orient-Express Hotels, Dreamstime,Concessione del Comune di Venezia, Peggy Guggenheim