En el litoral oeste, el Mediterráneo ondula a lo largo de una costa en la que la historia, la cultura, los paisajes y la buena vida pintan un ambiente exquisito.
Desde la majestuosa Barcelona hasta la acogedora Valencia, navegando y descubriendo los caminos de las montañas que llevan a verdaderos tesoros arquitectónicos e históricos, la región entrega su personalidad como un verdadero libro de arte.

Barcelona
Ciudad del pasado y del futuro, su ambiente de fiesta perpetua llena los callejones de la vieja ciudad, habitada desde los romanos, y actualmente con sus bares, restaurantes, el barrio gótico y La Rambla.

 

 

 

Su puerto ofrece un anclaje perfecto para preparar el viaje, con sus marinas inmensas, en el corazón de la ciudad que nunca duerme.

La catedral (1298-1454), reina del barrio gótico, es una de las obras cumbres de gótico español, de dimensiones modestas y muy distinguida. En su elegante fuente se hace el ritual del Oum Com Balla, dejando un huevo suspendido arriba del chorro. El interior es altanero, el claustro es una maravilla.

La plaza de Sant Felip Neri se rodea de antiguos gremios, la casa de l’Ardíaca luce con su estilo renacentista del siglo XVI, la Plaza del Rei impresiona por su conjunto arquitectónico donde admiramos el Palau Reial Major, el Palau de Lloctinent, la Capilla de Santa Ágata.

La Rambla es el lugar más emblemático de Barcelona, allí coinciden turistas y lugareños, desde el más anodino hasta los más exuberantes de la fauna urbana, y se recorre desde la Plaza del Ayuntamiento hasta la estatua de Colón que domina el puerto.

Barcelona también es el modernismo de Gaudí y sus contemporáneos como Puig i Cadafalch, Domènech i Montaner, que han dejado sus huellas en los edificios de la zona de l’Eixample.
El Passeig de Gracia invita a recorrer el modernismo catalán, con edificios hermosos, la Manzana de la Discordia, las Carrer Roger de Llúria, Valencia, Girona, la avenida Diagonal. Lugares citadinos para admirar las curvas de los balcones, las románticas figuras que adornan los edificios, la herrería que ondula.

 

 

 

El , encomendado por Eusebi Güell, es uno de los lugares más atractivos para admirar las obras dirigidas por Gaudí. Destacan la Sala de las Cien Columnas y la Fuente del Dragón, luciendo coloridos mosaicos y formas fantasmagóricas.

La estrella de Barcelona es La Sagrada Familia, empezada en 1882. Obra maestra de Gaudí que domina la ciudad con sus torres de más de cien metros de altura y formas extravagantes.
La Puerta de la Fe está presidida por el anagrama de Sant Joseph, la Puerta de la Esperanza presenta el anagrama de María, las fachadas se adornan con figuras estilizadas, su silueta se lanza en el cielo de Barcelona como un ángel torcido. 

Gaudí murió atropellado por el tranvía en 1926 y, después de varios arquitectos, Jordi Bonet es el que actualmente está a cargo de la obra, y el escultor Joseph Maria Subirachs se encarga de las esculturas.

Barcelona también es vida de ocio, bares, La Rambla, restaurantes, extraños lugares y esa perpetua fiesta atrae a gente de todo el mundo. Quien no conoce Barcelona no ha vivido algo importante.

 

 

 

Desde Barcelona hasta Tarragona
El sol implacable se refleja en el azul del Mediterráneo y un buen viento nos acompaña a lo largo de nuestra navegación hasta Valencia.

Contorneando la costa plana del Prat, bordeamos las colinas hasta llegar a Sitges, donde atracamos en la pequeña marina. Esa hermosa aldea transformada en gran centro turístico conserva su centro histórico con sus callejones, el Palacio de Maricel y la iglesia que dominan el pequeño peñón.

Bien vale visitar el Museo Maricel y gozar de sus playas de aguas cristalinas, las calas y la vida nocturna. Sitges es un lugar de moda que conserva el encanto y donde las viviendas son de las más caras de Europa.

Siguiendo esa costa, bordeada de pequeñas colinas verdes y acantilados, alcanzamos Tarragona, la gran ciudad sobre un pequeño promontorio, y domina la ciudad antigua rodeada por su muralla.

Sus callejones dormidos bajo el calor llevan a descubrir la catedral, disfrutar de buena comida y del gran teatro romano escarbado en la roca, viendo el mar. Tarragona es una ciudad moderna con importante puerto y marina perfecta.

 

 

 

Desde Tarragona hasta Peñíscola

Descubrimos el acogedor Puerto de Cambrils, con su gran marina, su paseo marítimo con los mejores restaurantes y sus antiguos callejones que atestiguan un largo pasado.
Seguimos hacia el sur a lo largo de la costa plana del golf de Sant Jordi hasta contornear la zona pantanosa del delta del Ebro. Sus canales y lagunas forman el Parque Natural del Ebro, refugio perfecto para las aves acuáticas, donde hay pueblos que alzan sus iglesias para dominar la llanura: Riumar es el gerente de la desembocadura en el Cabo Tortosa y Sant Carles de la Rápida, al fondo de la Bahía de los Alfaques, destaca por su hermosa marina, su intenso pasado árabe y medieval y su iglesia.

Las montañas bajan hacia esa llanura costera donde los pantanos dieron paso a centros turísticos como Vianarós y Benicarló, con hoteles y condominios en primera fila en las largas y hermosas playas de arena fina.

Surge entonces Peñíscola, verdadero enigma. Un pueblo fortificado sobre un peñón que flota en el mar, atado a la tierra por un delgado filamento de tierra, coronado por su fuerte que domina el pueblo blanco de empinados callejones y de puertas monumentales.

Peñíscola invita a imaginar el pasado protagonizado por los caballeros y las fortalezas, por la larga ocupación árabe, por la reclusión del Papa Luna, Benedicto XIII, luchando por la unidad de la iglesia católica. Y es un pueblo que destaca por su encanto, su faro, su muralla que cae al mar, la llegada de los barcos pescadores y la venta de los pescados, su hermoso puerto y la dulzura de la vida dentro de la muralla.

 

 

 

Insólitos pueblos y Teruel

Dejamos el velero en Peñíscola y visitamos los pueblos montañeses hasta llegar a Teruel.

Morella, villa amurallada, surge en la sierra, dominada por su castillo, rodeada por dos kilómetros y medio de altos muros franqueables por seis puertas colosales. Aldea de leyendas, invita a admirar sus calles escalonadas, la gótica Iglesia de Santa María, el Convento de San Francisco, los soportales y el acueducto medieval.

Mirambel, pacífico caserío postrado en un valle, conserva su trazo medieval adentro de la muralla construida en el siglo XIII. Sus casonas de piedra, la Iglesia de Santa Margarita, sus conventos y ermitas son joyas del Maestrazgo, una misteriosa ventana en el pasado que escucha pasar el agua por el antiguo lavadero.

Cantavieja, reducto en las guerras carlistas del siglo XIX, domina la sierra desde lo alto de su mogote terminado por los restos del fuerte. Su armónica plaza porticada se adorna con el Ayuntamiento de balcones de hierro forjado y la barroca Iglesia de la Asunción flanqueada por la torre.

Teruel es la ciudad de leyendas y torres mudéjares. El toro es su símbolo, los amantes de Teruel llenan cada rincón con la historia de su amor imposible y trágico. El arte mudéjar (tradición artística musulmana desarrollada en una sociedad cristiana) adorna la pequeña gran ciudad donde el buen comer es un arte típico aragonés que forma parte de su encanto.
Las torres mudéjares de campanario que puntúan el casco antiguo fueron decoradas con cerámica y motivos arabescos creados por ladrillos y la catedral sorprende por su torre, el artesonado gótico-mudéjar y su retablo plateresco.

La Plaza del Torico seduce por sus portales y casas modernistas, la Iglesia de San Pedro, antigua mezquita, encanta por su bóveda ricamente decorada, el viaducto (siglo XVI) impresiona por su fuerza y lo que más apasiona es el mausoleo de los famosos amantes.

Albarracín, auténtica aldea-museo encerrada en su muralla sobre el peñón del recoveco del río Guadalaviar, sorprende por su belleza. El castillo de origen árabe domina el pueblo, las casas cuelgan de las rocas, y los callejones se transforman en escalinatas para alcanzar rincones encantadores vigilados por la muralla. 

Su iglesia renacentista, el Palacio Episcopal que alberga un fabuloso museo, las casonas y palacios, la herrería de las ventanas, la acogedora Plaza Mayor y los impresionantes aleros de los tejados hacen de Albarracín un enclave con atmósfera medieval y sabor árabe. Es considerado el pueblo más hermoso de España.

La “Casa Santiago” es el mejor restaurante de la región y se deben probar las almohábanas, un ejemplo de repostería árabe.

 

 

 

Desde Peñíscola hasta Valencia

Navegamos a lo largo de las colinas naturales donde crecen las palmeras, parque protegido donde se alzan las torres árabes, adornado de lindas calas. La bella naturaleza bordea el mar azul y las playas protegidas por las montañas.

Alcanzamos Benicássim y su gran urbanización de hoteles y condominios a lo largo de sus playas, Castellón con su gran puerto y el puerto de Sagunt donde atracamos para visitar la ciudad romana que brilla por su teatro (siglo I), su castillo que domina la huerta valenciana perfumada por el azahar de los naranjos, su muralla y los restos de la ciudad medieval, su Plaza Mayor, la Judería y las iglesias.

Finalmente entramos en el gran puerto de Valencia, recientemente restaurado para la Copa América y que luce una maravillosa organización e imagen.


Valencia
Contar Valencia, la feraz, la luminosa y vividora, es un verdadero rompecabezas, un enigma medieval y futurista.

Creado por los romanos, su casco antiguo conserva las monumentales puertas medievales, la Lonja (1482-1533) dedicada antiguamente al comercio de la seda y decorada por elegantes columnas torcidas que sostienen la arquería del techo y los monumentos góticos que ilustran el poderío mercantil de la ciudad.

Sus mercados de estilo modernista acompañan los edificios de la misma época y en el mercadillo del encaje las señoras practican el arte del bolillo.

El Palacio del Marqués de Dos Aguas impresiona por su ostentosa fachada de alabastro y es el rey de esa ciudad de grandes palacetes donde visitamos también la Real Basílica, el Convento del Carmen, los museos, los callejones y las plazuelas.

La Catedral (1262-1356), compendio de varios estilos, alza su famosa Torre de Miguelete, se adorna de soberbios frescos y encierra un magnífico museo donde admiramos el Santo Cáliz.

La vida nocturna se concentra en el Barrio del Carmen, Playa del Grao y Ciutat de les Arts i de les Ciéncies, maravillosa creación que atrajo las miradas del mundo entero sobre Valencia con su arquitectura futurista diseñada por Santiago Calatrava.

 

image Ampliar
 
 
 

Desde Valencia hasta el Cabo de la Nao y los pueblos de las montañas

Nuestro último día de navegación nos llevó a descubrir la larga playa que protege la gran laguna del Parque Natural de la Albufera al sur de Valencia, pasando la Torre del Cap, los puertos de Cullera, Grandía y Oliva, hasta descubrir el encantador puerto de Denia, con su fuerte y excelente atraque, de donde salen los ferrys a Ibiza.

Pasando el pequeño Cabo de Sant Antoni, donde las montañas alcanzan el mar, entramos en la Bahía de Jávea para visitar el hermoso Cabo de la Nao, con sus impresionantes acantilados montados por ostentosas mansiones, sus playas y la isla de Portitxol.

El pueblo antiguo de Jávea seduce por su tranquila atmósfera mientras la playa se agita con los restaurantes, el gentío y la hermosa marina donde atracamos nuestro velero.
En nuestro regreso hacia Madrid visitamos las montañas de esa región valenciana para descubrir el hermoso Valle de Montaverner, donde comimos las mejores cerezas, hasta llegar a Xátiva. 

Aquí nacieron el pintor José Rivera “el Españolito” y el papa Borja Alejandro VI. La ciudad conserva un rico patrimonio artístico, como la colegiata renacentista y el Hospital Real, al pie de su enorme castillo con treinta torres, cuatro puertas fortificadas y su muralla que desciende la montaña, fruto de la fusión ibero-romana-árabe.

Seguimos a Bocairent que data de la época ibérica, conquistado por los romanos, y que conserva su modelo urbanístico islámico. El puente Pont Nou permite cruzar el acantilado y tener una vista fabulosa del pueblo sobre un peñón. Visitamos su iglesia, sus museos, sus calles empinadas.

Destacan su plaza de toros escavada en la roca en 1843 y los Covetes dels Moros (cincuenta y tres oquedades excavadas artificialmente en el paredón rocoso del Barranco de Fos), seguramente antiguas viviendas trogloditas o sepulcros.

 

 

 

Cuenca
Ya en Castilla La Mancha visitamos esa importante ciudad. Creada por los árabes, esa villa fortificada fue conquistada por Alfonso VIII en 1177, conservando su esplendor hasta el siglo XVII. Cayó en el olvido hasta que su zona monumental fue descubierta por el turismo, y ha fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1996.

Asentada sobre un peñón, dominada por el castillo, su entramado de calles, plazas y rincones visita los caserones con ventanas enrejadas, iglesias, conventos mientras las rondas dejan admirar el espléndido espectáculo de las hoces del Júcar y el Huécar.

Aquí se alza el convento de San Pablo (siglo XVII), hoy Parador de Turismo, atado a la ciudad por un largo puente desde el cual encontramos la mejor vista de las casas colgadas. El interior de la catedral impresiona por los altares, la herrería y los plafones artesonados.

La Torre Mangana, las ermitas e iglesias, los museos y restaurantes hacen de Cuenca un destino ideal para visitar la fabulosa región de castillos y bella naturaleza.
España no deja de sorprender, cada región cuenta con su rico pasado romano, árabe y cristiano. Cada época ha dejado impresionantes huellas arquitectónicas y se siguen haciendo grandes realizaciones que conmueven al mundo, como lo ha hecho ese país a lo largo de la historia.

 

 

 

Diseño Vanguardista

Calatrava y la arquitectura
Santiago Calatrava (Valencia, 1951) es uno de los artistas más relevantes de España. Arquitecto, ingeniero, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1999, Premio Nacional de Arquitectura 2007.

Su trabajo más significativo es la Ciudad de las Artes y las Ciencias, complejo arquitectónico, cultural y de entretenimiento en Valencia ubicado al final del cauce del río Turia, transformado en jardín en los años ochenta.

Este complejo fue diseñado por Calatrava y Félix Candela e inaugurado en 1998. Es una obra de diseño vanguardista integrada por diversos edificios. Por orden de inauguración:

- L’Hemisfèric: cine IMAX y planetario, 1998, forma de ojo, superficie aproximada 13 mil metros cuadrados.
- Museo de las Ciencias Príncipe Felipe: museo interactivo de ciencia, forma parecida a un esqueleto de dinosaurio, 40 mil metros cuadrados distribuidos en tres pisos.
- L’Umbracle: integrado por un jardín y un paseo mirador, con especies autóctonas de la Comunidad Valenciana, cubierto por arcos flotantes desde donde se observa el complejo.
- L’Oceanogràfic: es el acuario más grande del continente europeo, con ciento 10 metros cuadrados y 42 millones de litros de agua, su cubierta con forma de nenúfar es obra del arquitecto F. Candela.
- Palacio de las Artes Reina Sofía: edificio con tres auditorios para ópera, música y danza, se inauguró en el 2005.
- Ágora (actualmente en construcción): plaza

 

image Ampliar
 
 

Texto: Patrick Monney ± Foto: Getty Image, Patrick Monney, www.flickr.com