El arte de vivir

Entre una vegetación excepcional aparece un extraordinario espacio con techo de palma. Y así, de pronto, pareciera que hemos llegado a un paraíso escondido, acompañado por un espejo de agua, dividido entre fuente y alberca, que baja hacia el mar de jade y se pierde en el horizonte. Tanta belleza transporta a otra dimensión. Y eso lo saben quienes se preocupan para que los visitantes del hotel Oberoi Lombok gocen de los máximos placeres físicos y espirituales.

Con el marco de un jardín tropical, las habitaciones son como pequeñas casas de estilo balinés, cada una con su patio donde está la alberca privada para disfrutar momentos privilegiados. Las recámaras presentan un lujo austero, donde juegan las combinaciones de diversas maderas. El spa invita a la relajación gracias a excelentes masajes en un ambiente cuyos delicados olores son acompañados por la brisa del mar. El restaurante ofrece una selección refinada de platillos exóticos, concebidos para disfrutarlos en la terraza o en una romántica pagoda privada.

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A poca distancia del hotel encontramos los más bellos lugares oceánicos, tanto para bucear como para jugar golf o navegar. Para los buzos es un lugar increíble, con espectaculares fondos marinos. Los golfistas pueden jugar en uno de los entornos más maravillosos del mundo, ya que Lombok Golf Kosaido Country Club es un campo excepcional, con 18 hoyos junto al mar. Y los amantes de las velas disfrutarán de la navegación en aguas tranquilas, con perfectas bahías para anclar el velero o el yate, e incursionar en el descubrimiento de las Islas Gili.

El hotel Oberoi Lombok es más que exclusivo, invita a la meditación, es ideal para vivir plenamente el viaje de luna de miel, es perfecto para practicar golf y deportes acuáticos, y qué decir para aquellos que sólo buscan gozar del sol y descansar. En esta isla que es un paraíso, el arte de vivir tiene una dirección.

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Texto: Patrick Monney ± Foto: Patrick Monney