250 años de estilo y lujo en todas sus formas

Es uno de los puntos sobresalientes de la ciudad, y sin duda el más privilegiado de los hoteles de Copenhague. Está situado a un costado de la enorme y asombrosa plaza central, Kongens Nytrov, y a solo unos pasos de los más grandes atractivos de la ciudad.

Pero lo que seduce a la realeza y las celebridades de este hotel es su historia y su estilo. Fue fundado en 1755, y desde entonces ha sido testigo de innumerables celebraciones. Los cuartos son palaciegos, y presumen una elegante paleta de colores lilas y grises, materiales de lujo y arreglos florales espectaculares. Hasta los cuartos “pequeños” son increíblemente cómodos y espaciosos, pero recomendamos experimentar una estancia en los cuartos deluxe, que cuentan con minibar, cafetera Nespresso, batas, televisores Bang & Olufsen, y chocolates Summerbird.

En el bar Baltazar se podrá disfrutar de una helada copa de champagne, pero es en el restaurante Marchal, ganador de una estrella Michelin, en donde uno se deleita. Aquí, el chef Andreas Bagh ha creado una mezcla de platillos de origen francés y nórdico que bien podrían ser obras de arte. El desayuno es igual de impactante.

La planta baja cuenta con un Spa, sauna, baños turcos, gimnasio y alberca. Aunque no es el mejor lugar para hospedarse con niños, el hotel tiene cinco cuartos completamente adaptados para personas con discapacidades.

Texto: Andrés Ordorica ± Foto: Copyright Hotel D’Angleterre