Paisajes únicos, sorprendente gastronomía, apasionante historia, misterios, leyendas y relatos de antiguos habitantes, incluso fantasmas que deambulan por castillos, todo eso y más es Escocia. Cada esquina de este pequeño país concentra detalles únicos que harán que el viaje valga la pena, con encantadores pueblos de contrastes y colores, donde sobresalen los caminos de agua o “lochs”, en donde podemos pasear en velero como en pocos lugares del mundo y quizá hasta aventurarnos a recorrer el famosísimo Loch Ness, hogar del mítico monstruo prehistórico. No terminaríamos de enumerar todos los puntos que merecen atención en Escocia, sin embargo, éstos son los lugares que ningún visitante debe perder de vista en un recorrido por este emocionante país: 

1. Glasgow

Se trata de la ciudad más cosmopolita de Escocia, donde se reúne el carácter de este gran destino con lo mejor de su arquitectura, cultura, arte, vida nocturna, modernidad, estilo de vida, tiendas, gastronomía de primer mundo, así como un largo etcétera. Para los amantes del whisky, la antigua destilería Glengoyne ofrece algunos de los mejores tours en todo el país, y además de tener una excelente selección, en ella es posible crear tu propio whisky, mismo que es valorado por el propio catador de la destilería, que en caso de resultar exitoso, se produce bajo el nombre y con permiso de su creador, donde éste siempre tiene la ventaja de llevarse al menos un ejemplar de su elaboración.  Los museos y galerías son demasiados para visitarse en un solo viaje, pero sin duda vale la pena conocer al menos tres de ellos y en especial el Museo Riverside, diseñado por Zaha Hadid. En 2008, Glasgow fue nombrada Ciudad de la Música por la UNESCO, debido a la herencia musical de la escena escocesa que se concentra aquí, además de que semanalmente se organizan alrededor de 130 manifestaciones musicales de un amplio espectro de estilos en toda la ciudad. Por cierto, al pasar por la Estatua de Wellington, ubicada en la calle Ingramla, frente a la Galería de Arte Moderno,  se puede apreciar un detalle curioso; siempre tiene colocado un cono de tráfico en la cabeza. Se trata de un monumento a la memoria del duque de Wellington realizada por el italiano Carlo Marochetti, y lo curioso es que se ha convertido en un emblema de la ciudad, precisamente por esta “aportación ciudadana” que raya en un vandalismo y humor muy afortunado que ha hecho muy famosa a la escena en Glasgow. Por supuesto que las autoridades retiraban al principio el cono, sin embargo la ciudadanía aplaudía el acto y el objeto continuaba una y otra vez apareciendo, en un acto de desafío contestatario y divertido hacia la autoridad, por lo que ya no se realiza el esfuerzo de removerlo.

2. Isla de Arran

Toda Escocia se concentra en esta pequeña isla ubicada a sólo 30 Km de Glasgow. Subir hasta el pico más alto de la isla llamado Goat Fell, es una actividad que permite apreciar lo grandioso de la isla entera, además de ser un excelente ejercicio para cualquier edad. Los círculos de piedras neolíticas son una parada obligada, en especial Machrie Moor, ya que se trata de uno de los misterios de Escocia, además de proporcionar una excelente ruta de senderismo, donde las leyendas y especulaciones de por qué se erigieron estos círculos, son apasionantes y llenos de personajes donde hay incluso gigantes. Pero lo que no se puede dejar de notar son los distintos paisajes que conforman la pequeña isla, con lo mejor de las tierras altas y bajas de Escocia, además de los pueblos donde convivir, comer y conocer, es un placer idílico para cualquier tipo de viajero.  

3. Old Town en Edimburgo

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se trata de una ciudad que alguna vez se vio completamente sobre poblada, por lo que surgió la necesidad de crear New Town, tras lo cual poco a poco fue convirtiéndose en un emblema del viejo continente. Sus callejones conocidos como closes, así como su principal vía –Royal Mile-, están repletos de construcciones que de compactan de un modo sin par en el mundo, configurando una ciudad con pasajes secretos, colores, bóvedas y tejados de inigualable detalle. Es también el hogar del Castillo de Edimburgo, que yace sobre roca volcánica e incluye las ruinas de la abadía de Holyrood y el palacio de Holyroodhouse. Estas ruinas son de una belleza impactante, completamente acorde a un cuento imperial de gran dimensión literaria, que se puede enriquecer con una visita a los museos cercanos y los recorridos locales. Otro punto importante es la catedral de St Giles, sede de la iglesia presbiteriana escocesa y donde la estatua del filósofo David Hume encanta a propios y extraños, ya que se dice que frotar el dedo gordo de su pie atrae la suerte. Pero la parte más misteriosa de esta visita la concentra The Real Mary King’s Close, una ciudad subterránea repleta de relatos fantasmagóricos y abierta al público. Y para finalizar, vale la pena pasear por Grassmarket, una zona de bares y restaurantes para todos los gustos, que antiguamente solía ser escenario de ejecuciones impactantes.

4. Parque Nacional de los Loch Lomond y los Trossachs

Montañas, lagos, ríos, castillos, localidades y un sinfín de actividades en escenarios de impactante naturaleza. Esta zona lo tiene todo, incluyendo cercanía con las principales ciudades de Escocia: Glasgow, Edimburgo y Stirling. Caminar por sus bosques genera la impresión de que en cualquier momento se tendrá un encuentro con seres mágicos como hadas o duendes, pero lo que con seguridad encontraremos son especies únicas de flores  y hermosa fauna. Glen Creo es la montaña más alta del parque, en tanto que las Trossachs son una zona de fácil acceso desde la localidad de Aberfoyle, a través de la carretera conocida “Paso del Duque”. El escritor Sir Walter Scott, hace múltiples referencias a esta zona, incluso sus obras La Dama del Lago y Rob Roy –quien es como el Robin Hood escocés- nacen bajo la inspiración de estos paisajes.

5. Castillo de Doune

Ubicado en el distrito de Doune en Stirling, esta impresionante fortaleza medieval ha sido escenario de la afamada serie “Juego de Tronos” y películas de Monty Phython. Este lugar es perfecto para apasionarse con la historia que rodea a la aristocracia escocesa e imaginar sus días cuando estaba en pleno apogeo. Se trata de uno de los muchos castillos que se erigen en Escocia, pero no deja de ser especialmente atractivo por su estado de conservación y el bosque que le rodea, además del río Teith.

6. St. Andrews

Ningún viaje a Escocia está completo sin visitar ésta, la indiscutible cuna del golf en el mundo. Se trata de una preciosa ciudad rodeada de pintorescos pueblos pesqueros y repleta de campos de golf para todo tipo de jugadores, que gozan de los paisajes más bellos del destino, incluyendo el más importante y amado campo de golf en el planeta: Old Curse. Por su parte, South Street, Market Street y North Street proporcionan todo tipo de mercados y tiendas, no sólo para los amantes del golf, sino para visitantes en general, donde en la última recta de South y North Street, se puede admirar la catedral de St Andrews y su mirador St. Rule, desde donde se aprecia panorámicamente la ciudad, además de adentrarse en la mítica historia de St. Andrews y poder  recorrer su inmenso cementerio, así como los tesoros de las ruinas con recorridos iluminados. Cada vista de St. Andrews es una postal viviente y no se debe dejar de recorrer los pasajes subterráneos de su castillo, que alguna vez fueron de utilidad durante diferentes asedios en episodios de conflicto bélico. Otro punto de referencia es la Universidad de St. Andrews, afamada por ser una de las más antiguas de Reino Unido, además de las emblemáticas capas rojas de sus estudiantes,  y que se distribuye por diferentes calles de la ciudad sin concentrarse  en un campus. Pero si deseamos hacer el recorrido completo, no podemos dejar de recrear la escena de “Carros de Fuego” en la mítica playa de West Sands, la cual ha sido incluso parodiada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, por el comediante británico Rowan Atkinson en su personaje de Mr. Bean –y con la colaboración de muchos estudiantes de la Universidad de St. Andrews-, lo cual nos da una idea de qué tan icónico es el escenario.  

7. Loch Ness

¿Hay algo mejor que un recorrido en velero? Sí, y es un recorrido en velero por legendarias aguas como las del Lago Ness. Pocas cosas tienen un alma más escocesa que esta actividad. Más allá de salir al encuentro con Nessie, este hermoso loch nos conduce a parajes impresionantes de las Highlands, situados en las islas de Skye, Fortwilliam, Glen, Coe e Inverness. Además, existen museos, tiendas de souvenirs y toda una variedad de productos dedicados a la legendaria criatura, además de un excelente whisky en los alrededores y paisajes que inspiran mucho más que relatos sobre seres mágicos y misteriosos.

8. Skara Brae

Situado en la parte más alta de Escocia, en las islas Orkney, este Patrimonio de la Humanidad fue descubierto después de que una tormenta desenterrara sus asentamientos. Se trata de un complejo muy bien diseñado de aldea neolítica que data de entre 3200 y 2500 a.C., por lo que tiene una antigüedad de más de 5,000 años. Sus pasajes secretos revelan, gracias a las excavaciones posteriores a la afortunada tormenta que la hizo emerger, detalles intactos de la vida de inimaginables habitantes primitivos de la humanidad.  

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