Diez días de recorrido, donde se combinan lugares históricos y el placer de manejar autos súperdeportivos.
Hay caminos que son destino, su belleza llama a recorrerlos; su luz es la invitación a ver lo que hay durante y al final del mismo, cruzar puertas y descubrir sus secretos. Una combinación de suavidad, exquisitez y fuerza componen la paleta de sensaciones que este recorrido ofrece.
La invitación no es sólo a Italia, o la Toscana o a otra región: es al paraíso.
Día 1
Un saludo a la Città Eterna, Roma se hace exaltando lo imponente de su atractivo –con un coctel–, mientras disfrutamos de la espectacular vista de la ciudad.
Maserati Taviano.
Día 2
Una metrópoli de tal belleza es también un lugar lleno de secretos, que, en suma, son los que la hacen única; para adentrarnos en ella, un guía especializado nos dará acceso a un mundo fascinante, uno cuya historia se remonta a más de dos mil años.
Una jornada de compras exclusivas es también parte de un día en el que gozar es el objetivo de cada instante, sin perder de vista il dolce far niente.
La belleza delos jardines de un castillo italiano.
Día 3
Una de las colecciones de arte más antiguas del mundo abre sus puertas para nosotros; donada por la familia Borghese, es parte del patrimonio nacional de Italia. Esta colección, que tiene su inicio en el año 1500, se precia de poseer el mayor número de obras de Caravaggio en el planeta, la fuerza de sus imágenes sigue sin dejar indiferente al espectador.
Pasado y presente se encuentran en el taller de restauración privado más importante del mundo, único que ha podido restaurar tres Caravaggio; nos adentra en lo más reservado del arte, nos permite vivirlo con intimidad.
Descubrimiento y sorpresa, es la firma de un almuerzo inolvidable; una plaza cargada de singular encanto nos refrenda la permanente bienvenida que Roma nos prodiga.
Presenciar el nacimiento del arte, es una experiencia de la que pocos pueden ser parte, de ahí lo singular de ser recibidos en su taller por el maestro Maurizio Fioravanti; conocido como “el alquimista”, su trabajo marca el grado más elevado de belleza y perfección en la técnica del micromosaico, misma que fue utilizada por los romanos en la antigüedad; con ella es que se crean piezas de joyería únicas, que son expuestas en la feria de arte antiguo más importante del mundo en Bélgica, TEFAF. El maestro Maurizio es considerado uno de los últimos grandes artesanos romanos.
El día fenece, el brillo, la historia y el abolengo hacen nacer la noche que enmarcará una cena en el centro de Roma, en el antiguo palacio de una de las grandes familias de la ciudad.
Giardino Villa Pont.
Restauración de las obras de Caravaggio.
Día 4
Es el primer día de conducción, y uno de los mejores y más famosos escenarios se presenta ante nosotros: el camino que va desde Roma hasta el Chianti; nuestra personalidad y gusto determinan en qué automóvil súperdeportivo recorreremos este fragmento del paraíso.
El almuerzo nos lleva hasta un castillo medieval del siglo XV, mismo que por su excepcionalidad, ha sido set de producciones cinematográficas. Somos recibidos por nuestro anfitrión, uno de los últimos príncipes italianos.
El vino, protagonista de la historia del mundo, llega a nosotros en una cata que tiene lugar dentro del Castillo De Montalcino, patria del Brunello di Montalcino, uno de los más emblemáticos vinos italianos.
La bodega Ornellaia, una de las mejores del mundo.
Día 5
Colinas y llanuras de indiscutible belleza son el camino a recorrer en el quinto día de este viaje; paisajes como los de la Val d’Orcia, que son patrimonio de la humanidad es lo que tenemos por delante.
Un noble palacio de Siena nos recibe, la vista a la Piazza del Campo, lugar icónico por su extraordinario encanto medieval y por albergar la carrera de caballos del Palio, es ya un motivo de goce; ahí tiene lugar nuestra fabulosa cena, digna de su nobleza.
Dallara Stradale, en Bolgheri.
Día 6
Segundo día de conducción, cada espacio se presenta imponente, su belleza nos envuelve en cada kilómetro.
Al llegar a Bolgheri, su emblemático Viale dei Cipressi, una avenida delimitada por cipreses a lo largo de sus cinco kilómetros, que la han hecho una de las vistas más típicas de la Toscana, nos llama a recorrerla.
La bodega Ornellaia, una de las mejores cantinas del mundo, así considerada por conocedores y apreciados amantes del vino, nos ofrece una cata memorable. Al caer la noche, el castillo del príncipe de la Gherardesca nos recibe con su imponente fachada del siglo XVII. Este lugar, cuya dignidad le ha permitido recibir a jefes de estado y personalidades de fama mundial, es un lugar de ensueño para pasar la noche.
Si tienen suerte, al amanecer, con el sol a sus espaldas, podrán lograr ver algunas islas del Mediterráneo.
Los vinos de Toscana reposan en las cantinas (bodegas).
Día 7
Este es un día de conducción que pone frente a nosotros la emoción de la velocidad; una carrera escénica en los Apeninos, es la experiencia definitiva para los amantes de la belleza que se vive en el automovilismo.
El almuerzo tiene lugar en una vía del siglo XVII, que se abre exclusivamente para nosotros, para ofrecernos también un recorrido por una muy importante colección de arte antiguo.
Al caer la noche nuestra vuelta al castillo nos tiene reservado un concierto privado con músicos de La Scala de Milán; del alba, al anochecer, cada momento está pensado para crear placer.
Presentación de un concierto privado con músicos de La Scala de Milán.
Día 8
Recorremos la región de Emilia Romagna, sus caminos y veredas medievales muestran su encanto a nuestro paso en esta jornada de conducción. El profundo amor por el automovilismo nos lleva a conocer la fábrica y museo de Dallara, uno de los más renombrados diseñadores y productores de automóviles de Italia.
La gastronomía continúa sorprendiéndonos, esta vez con una visita al lugar en que se elabora el Parmigiano Reggiano; es la oportunidad de observar, vivir y conocer de forma cercana y familiar un proceso de fama mundial; más que un recorrido, es una convivencia en torno al placer único que sólo la comida puede ofrecernos.
La historia y tradición italianas toman la forma de una antigua posada, que nos ofrece un exquisito almuerzo.
Maserati MC20 frente al Castello di Tabiano.
En Pontremoli, sede de una inolvidable comida.
Día 9
Amanecemos en Milán, la ciudad de la moda y el diseño; nuestro despertar es en un hotel de cinco estrellas y es ahí en donde inicia un día libre para recorrer y descubrir las calles de esta urbe, siempre con nuestras dos vans Mercedes Benz, disponibles.
Durante el día también visitamos la viña de Leonardo, cuyo atractivo para los grandes conocedores es indiscutible. La cena tiene lugar en un restaurante de enorme tradición, fundado en 1696, cuyos deliciosos platillos lo han hecho icónico.
Originales sitios para degustar los vinos de Toscana.
Día 10
Despertamos a nuestro último día en Milán, en un hermoso hotel cinco estrellas, nos despedimos de la ciudad cerrando un ciclo de encanto y disfrute.
El Dallara Stradale alcanza a desarrollar cerca de 300 km/h.
El emblemático Viale dei Cipressi, delimitado por cipreses.
Texto: Daniel Marchand MM Classics - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. ± Foto: Solito Sartoria