El tesoro nacional de China

El panda gigante, conocido en China con el nombre de Xiongmao, que significa el gran oso-gato, está clasificado como el mamífero más raro del mundo, no solo por la combinación de su mullido pelaje en blanco y negro, que le ha dado fama de bonachón, sino por su dificultad para reproducirse, vulnerabilidad a las enfermedades y peculiar alimentación, ya que aunque posee el sistema digestivo de un carnívoro, depende del bambú para sobrevivir.

 

Una nueva especie

 

La existencia del oso panda fue desconocida, fuera de China, hasta 1869, año en que Jean Pierre Armand David, sacerdote y misionero francés, que pasó gran parte de su vida en China, dio los primeros datos sobre su existencia y para 1870 recibe su nombre definitivo: Ailuropoda melanoleuca, así como el de oso panda gigante. Esto quiere decir, que para el mundo occidental este tiene menos de 150 años de existencia; sin embargo, hay vestigios arqueológicos de pandas, como el hallazgo de un cráneo encontrado en una tumba real de la dinastía Han, que data del siglo II antes de Cristo y que atestigua la importancia de estos animales. También, en un manual de cartografía china, con 2,500 años de antigüedad, aparecen los ideogramas usados para escribir las palabras “oso”, “grande” y “gato”.

 

 

Animal incomparable

 

Si bien el panda se aleja del inminente peligro de la extinción, debido al cuidado y empeño que ha puesto el hombre en su cuidado, todavía hace falta mucha labor para reestablecer su población, que actualmente ronda los 1,610 individuos en estado salvaje. Se trata de una de las especies que requieren de mayor cuidado y atención para su reproducción; además, lo que se conoce de ésta se debe a la observación de los ejemplares que se tienen en cautiverio –aproximadamente 200 osos panda en diferentes zoológicos del mundo–, pues los que viven en libertad son raros de ver y todavía más de estudiar.

Consciente del significado del panda y su medio ambiente, hace una década, el gobierno chino inició un programa para su protección estableciendo cerca de 16,500 Km2 de bosque como reservas de osos panda, lo que supone un aproximado del 45% del hábitat de esta singular especie donde viven 980 pandas; es decir 61% de la población total. Sin embargo, grupos ambientalistas como el World Wildlife Fund (WWF) señalan que poco menos de 800 pandas (49% de la población) continúa amenazada por la caza furtiva y la constante destrucción de su medio ambiente, ya que se trata de osos que viven fuera de estas reservas.

Aunque se le clasifica como carnívoro, la dieta del panda se compone en un 97% de vegetales: gencianas, lirios, azafrán y, principalmente, de los tallos de una de las 300 especies de bambú que crecen en China, la cual tarda en florecer hasta 20 años; el resto de su dieta son frutos, pequeños mamíferos (roedores), peces e insectos. Este espécimen, cuyo nombre chino de gran oso-gato lo recibió por sus peculiares pupilas, similares a las de los ojos de un gato, tiene fama de ser un insaciable devorador, ya que de las 10 a 12 horas del día que pasa comiendo, en promedio consume entre 12 y 38 kg de bambú.

 

 

 

 

 

En estado salvaje, el panda gigante, que mide entre 1.20 y 1.50 m y alcanza un peso de hasta 130 kg, habita la región montañosa china que va desde Gansu, Shaanxi, y las provincias de Sichuan, hasta el este de la planicie tibetana, a una altitud de entre 2,300 y 3,300 metros, donde el clima y la humedad permiten el desarrollo de su principal alimento; durante la época estival los pandas buscan un clima más fresco y llegan hasta regiones que alcanzan los 4,000 metros de altitud, donde se encuentra el alimento más fresco y retoños tiernos en las laderas de la montaña.

Se trata de animales solitarios que dan la impresión de ser sedentarios, sin embargo son hábiles trepadores y excelentes nadadores, además cuentan con sentidos del olfato y el oído altamente desarrollados; aunque no tienen la energía necesaria para enfrentamientos con otros pandas, son sumamente territoriales guiándose por el olfato para reconocer su terruño, el cual puede ocupar un área de entre 4 a 6 km², además lo emplean en la primavera, época en que la hembra entra en celo, para encontrar pareja con la cual aparearse.

 

 

WWF en acción

 

La organización WWF, que lleva como emblema la imagen del oso panda, ha apoyado de forma activa la conservación de esta especie desde 1980, cuando impulsó los trabajos de campo del científico Dr. George Shaller y sus colegas chinos, llevados a cabo en la reserva natural de Wolong; fue así como la WWF se distinguió como la primer organización internacional invitada por China para trabajar sobre el terreno. Desde entonces y hasta la fecha, esta institución ha ayudado al gobierno chino para llevar a cabo su Programa Nacional de Conservación del panda gigante y su hábitat. Programa que ha tenido un gran éxito, pues las reservas destinadas a esta especie cubren hoy en día más de 16,000 Km2 de bosque dentro y en los alrededores del hábitat del panda, de los cuales, según el último censo realizado, quedan más de 1,600 ejemplares en libertad.

 

El lago Xiongmao

 

En el Valle de Jiuzhaigou o Valle de las Nueve Aldeas, una reserva natural declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1992, situada en el norte de la provincia de Sichuan, a una altitud 2,587 metros, se encuentra el lago Xiongmao, que se distingue por sus aguas multicolores y la hermosura de sus cascadas, las cuales llaman la atención por su espectacular caída de 80 m de alto y 50 m de ancho, mismas que durante el invierno llegan a congelarse para formar una pared de hielo y formar un paisaje cristalizado.

Muchos viajeros y visitantes creen que este lago recibe el nombre chino del oso panda (Xiongmao), debido a que es común ver pasear a estos simpáticos animales por el lugar, a donde llegan para refrescarse y beber de sus cristalinas aguas; sin embargo, en realidad –según cuentan los locales–, el nombre lo recibió por una formación rocosa muy especial de color blanco con puntos negros que se asemejan a la piel del panda e incluso hay una leyenda, que ha perdido su origen en el tiempo, que cuenta que es el espíritu de un oso panda protector de esas tierras y que el día que desaparezca –la piedra–, también dejará de haber pandas en China.

 

 

 

 

Texto: Rebeca Castillo ± Foto: Bussiness Wire / World for travel / ZiCAsso / CTVNA / JOD / SAM AUL /BIRIZ/ TSE JAN