Reto aceptado
Sobre las montañas del Valle del Rift, en la majestuosa Kenia, podemos observar a mujeres de distintas edades cargando cajas llenas de uva sobre sus cabezas. Esto sólo significa que es el tiempo de la vendimia en el que es el único viñedo del país, el cual se encuentra a más de 2,000 metros de altitud y entre espectáculos de neblina que se levantan sobre el Valle.
Entre la ubicación de los viñedos y las condiciones climáticas peculiares de Kenia, los desafíos son muchos, dice James Farquharson (supervisor del viñedo): “Estamos prácticamente en el ecuador, y a una gran altura. Esto hace que la gestión del crecimiento de la vid sea muy diferente a lugares como Francia o Sudáfrica”.
Estas condiciones y la falta de documentación y tradición vitivinícola han hecho que James tenga que adaptarse, innovar y trabajar con los recursos que tiene.
Su idea jamás será hacer un ‘grand cru’ al estilo francés, sino más bien mantenerse sencillos y respetar los fundamentos de la producción del vino.
El objetivo sin duda se ha logrado, y ya muchos Chefs de prestigiosos restaurantes en Nairobi comienzan a avalarlo, como el Chef Marcus Mitchel del restaurante Talismán.
El vino tinto, blanco y rosado se llama Leleshwa .
La principal fortaleza del vino radica precisamente en su carácter local, dice el dueño. El producto no está sujeto a los fuertes aranceles que gravan los vinos extranjeros, y por eso se puede vender a un precio muy competitivo.
La calidad del vino pudiera compararse favorablemente con los más sencillos procedentes de Chile o de Sudáfrica. Sin mencionar que a los turistas les emociona mucho probar un producto hecho en el país.
Esperan en diez años poder aumentar la producción de las 80.000 botellas actuales a tres millones. James no hará más que disfrutar de cada paso de su proyecto en Kenia, confiado en que sus viñas tienen mucho más por dar.
Text: AMURA ± Photo: MOTE / DTJ / KENYA WINE