Ostería francescana

El imprescindible de Italia

El autodidacta Massimo Bottura encarna al artista que vive con un talento latente, inquieto por explorar más allá de los límites conocidos y fuentes de inspiración profundas que aterrizan en vivas obras y se expresan al máximo para revelación de otros. Pocos como él para trabajar ese talento innato, así como experimentar técnicas innovadoras con gran éxito y diversos ingredientes, proporcionando a la alta cocina un magnífico toque fresco, personal y eminentemente logrado.

Algo que Massimo tiene clarísimo es el placer que la comida puede provocar y eleva esta virtud natural a un notable nivel de talante italiano, que pasa de ser estimulante al inicio, para gradualmente expandirse con platillos únicos como la espuma de mortadela, la sopa fría y caliente de patata y raíces con nieve de remolacha o un postre prefecto, maridados a la perfección con una selección de vinos a la medida.

Hay un toque encantador en cada creación de Bottura, el cual conduce al comensal a descubrir un juego que lo salpica de cierta inocencia, sensaciones que el chef evoca de su propia infancia y vivencias, de un modo tanto mundano como onírico; así, el recuerdo es algo vívido y etéreo para el presente. Sus platillos tienen esa magia que activa al paladar como catador de suculentos instantes. De este modo, el paladar reconoce el título de uno de los mejores restaurantes del mundo.