Alma de la inspiración española
Joaquín Rodrigo nació en Sagunto, provincia de Valencia el 22 de noviembre de 1901. Pierde la vista casi por completo a los tres años después de haber contraído difteria. Su talento precoz fue detectado por los músicos valencianos locales, cuidó sus estudios el notable compositor, folklorista y escritor Eduardo López. El espíritu de Valencia se pone de manifiesto en todas las obras de Rodrigo. Este espíritu parece ser el del Mediterráneo, que es la esencia de las razas que han habitado alrededor de esta marina histórica. Valencia, al igual que Barcelona, es europea en sus puntos de vista y los biógrafos de Rodrigo han registrado sus tendencias internacionales conforme va avanzando su labor de composición.
Inició sus estudios de solfeo, piano y violín a los ocho años, y armonía y composición a los 16. Aunque contribuyó decisivamente a elevar el lugar que hoy ocupa la guitarra en el mundo de los conciertos, nunca pudo tocar este instrumento. Sus composiciones fueron escritas en braille y transcritas para su publicación.
Después de una brillante carrera escolástica en Valencia, siguió los pasos de Albéniz, Falla y Turina al establecerse en París. En 1927 fue admitido en la Ecole Normale de Musique como alumno de Paul Dukas, con quien estudió composición hasta 1932. Como discípulo favorito de Dukas, era lógico que recibiera una fuerte influencia en sus intentos musicales de esta época. En aquellos años Rodrigo trató mucho a Manuel de Falla, quien lo aconsejaba y ejercía cierto ascendiente sobre él. Otro nombre que se liga fuertemente con él es el de Ricardo Viñes. En 1933 regresa a España y recibe la codiciada beca del Conde de Cartagena, le fue otorgada por unanimidad de votos y le permitió extender sus estudios en París por dos años más. Trabaja con Maurice Emmanuel y Andrés Pirro, especializándose en historia de la música. En esta etapa viaja continuamente a Suiza, Alemania y Austria, componiendo canciones y piezas para piano.
Al estallar la Guerra Civil en 1936 retorna a España para siempre. Por intervalos dirige programas que se especializan en conciertos que se transmiten por radio y se entrega a la composición. En 1939 establece su residencia en Madrid y logra fama instantánea con su Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta. Pocas obras han recibido una acogida semejante y se marca una época definitiva en la música española moderna. El Concierto de Aranjuez fue compuesto en París durante el invierno de 1939 y retocado en Madrid a los pocos meses. Al año siguiente se estrenó y alcanzó uno de los éxitos más grandes que se recuerdan en los anales de la música española. Los críticos recibieron la nueva obra con elogios unánimes y absoluto entusiasmo. La fecha de su estreno se convirtió en uno de los momentos históricos en la música de España, un crítico dijo: “En efecto, es imposible encontrar una obra española con cualidades pictóricas tan excitantes y perfección de forma. Por primera vez en la historia de nuestra música lo pintoresco y lo clásico se fusionan, recíprocamente mitigando y dándose vida mutuamente”.
Concierto de Aranjuez
El Concierto de Aranjuez toma su nombre del famoso sitio real a 50 km de Madrid, camino a Andalucía. Fue un lugar favorecido especialmente por los Borbones. Aunque el concierto no es una pieza programática, es la intención del compositor evocar un cierto momento en la vida de Aranjuez –el final del siglo XVIII y el principio del siglo XIX en la corte de Carlos IV y de Fernando VII–. Fue una época sutilmente caracterizada por majas, toreros y tonadas hispanoamericanas.
Con atrevimiento sin precedentes, la guitarra actúa como voz que se opone a la orquesta: flautín, flauta, oboe, corno inglés, dos clarinetes, dos fagots, dos trompetas y un cuarteto de cuerdas. En todo momento la guitarra es la solista, pero la orquesta proporciona un fino contraste al brillar en forma constante y transparente.
La obra fue compuesta para el guitarrista Regino Sainz de la Maza. Años después el compositor y su esposa declararon que había sido escrita como respuesta a la dolorosa pérdida de su primer hijo. La pasión del segundo movimiento puede tomarse como una expresión de amor perdido.
Cuando Rodrigo llegó a París ya había compuesto algunas obras características repletas de lirismo mediterráneo, como La zarabanda lejana, Preludio al gallo mañanero y Muy graciosa es la doncella. Estas piezas, con sus melodías sinuosas y ritmos españoles, siguieron la tradición bien establecida del Concierto de Aranjuez, que es una composición madura y asombrosamente bien balanceada, explora campos nuevos de armonía y ritmo y abre nuevas vistas en el uso de la orquesta y el instrumento solista. La guitarra, a pesar de su sonido arcaico y distante, nunca se sumerge en la orquesta, sino que establece su individualidad y hasta dialoga con ella.
Como muchos compositores del siglo XX, Rodrigo se fascina con el siglo XVIII y, al igual que Manuel de Falla, hizo un estudio profundo de Domenico Scarlatti y del padre Antonio Soler, cuya música chispeante lleva un fondo de seriedad española.
Rodrigo describe la guitarra ideal soñada por los compositores españoles como un instrumento extraño, fantástico, multiforme, con las alas del arpa, la cola de un piano y el alma de una guitarra. La asociación abierta por sus tonos es infinita, por incluir la improvisación gitana inspirada por guitarristas como Rodríguez el Murciano, que inspiró al compositor ruso Mikhail Glinka y el arte de un Andrés Segovia.
En las Canciones sobre textos castellanos (1941), se ofrece una ilustración adicional del sentido de balance del compositor. Con las progresiones armónicas más sutiles subraya y sugiere la esencia de la poesía castellana. Aquí no sólo sigue el ejemplo de Manuel de Falla, que quiso penetrar al corazón mismo de la canción folklórica española, sino en la colocación de palabras castellanas a la música, siguiendo cada matiz y cadencia como lo hizo De Falla en el recitativo para el niño interprete, en el episodio de Don Quijote (El retablo de Maese Pedro).
Fantasía para un gentilhombre
La Fantasía para un gentil hombre fue compuesta en el otoño de 1940. Joaquín Rodrigo le dedicó la obra al célebre guitarrista Andrés Segovia, que realizó una grabación superlativa. Rodrigo acostumbraba comentar sus obras y en la mayoría de las grabaciones de ellas se incluyen explicaciones suyas. En este caso dijo: “Todo el material temático, salvo algunos episodios breves están tomados de la obra de Gaspar Sanz”. Esto incluye en gran parte la textura armónica. Sanz fue empleado por Felipe IV de España, y posteriormente por su hijo, don Juan de Austria.
El gusto musical cambió gradualmente en los años transcurridos entre los reinados de Felipe II y Felipe IV. A diferencia de la poesía, la música tenía que seguir el arrastre de la gente, quien la popularizaba. Siguiendo la noble gracia de las pavanas y gallardas, siguió el estilo más ligero de los marizápalos, villanos, españoletas, canarios, etc., que eran más apropiados al bullicio del teatro popular que a las fiestas palaciegas. Las danzas que escribió Gaspar Sanz se basaron en estos estilos y en otros y se publicaron en 1667. Sus obras son cortas, sencillas y ligeras, reflejo fiel de los gustos y maneras de la época.
Entre 1947 y 1948, España y todos los países de habla hispana celebraron el cuarto centenario del nacimiento de Cervantes y Rodrigo contribuyó a los festejos con la conmovedora obra coral que lleva acompañamiento de orquesta llamada Ausencias de Dulcinea, para bajo, cuatro sopranos y orquesta. Esta obra recibió el Premio Nacional Cervantes. Es el recuerdo de un trovador que personifica las añoranzas del caballero de la triste figura por la mujer ideal, la de sus sueños. La obra es dramática, expresiva y cuestionante. La figura de Don Quixote se combina con voces que salen de la nostalgia y establecen diálogos con él.
En 1949 Gaspar Cassadó ejecutó por primera vez su Concierto para chelo y orquesta. La obra forma un contraste con las anteriores. Es moderna y experimental y cuando se escucha por primera vez, suele producir un efecto negativo por el sabor astringente que encierra. El movimiento lento central es una hermosa elegía que encanta al oído. Además de su lugar como compositor, Joaquín Rodrigo se ha distinguido como conferencista y crítico musical. Su biógrafo Federico Sopeña dice: “la personalidad musical de Joaquín Rodrigo ejerce influencia directa sobre la juventud intelectual de España”. Como profesor de Historia de la Música en la Universidad de Madrid tuvo la oportunidad de influir directamente en la juventud universitaria de su país, pocos han estado en esta posición y la enorme responsabilidad que representa es algo que Rodrigo comprendió perfectamente. Por esa etapa transcribió el Concierto de Aranjuez para arpa por encargo del genial arpista Nicanor Zabaleta, que lo grabó magistralmente.
Rodrigo fue incorporado a la nobleza española por el rey Juan Carlos I con el título hereditario de Marqués de los Jardines de Aranjuez. Recibió el prestigiado nombramiento de Príncipe de Asturias en 1996, el reconocimiento más alto para un civil en España. El gobierno francés le nombró comandante de la Orden de las Artes y Letras en 1998.
Se casó en 1933 en Valencia con Victoria Kamhi, una pianista nacida en Turquía que había conocido en París, su hija Cecilia nació en 1941. Rodrigo murió en 1999 a la edad de 97 años y su hija heredó el nombramiento de Marquesa de los Jardines de Aranjuez. Joaquín Rodrigo y su esposa Victoria, reposan en el cementerio de Aranjuez.
DISCOGRAFÍA DE RODRIGO, EL ALMA DE ESPAÑA
- Concierto de Aranjuez
Una buena ejecución que incluye En Busca del Más Allá, Concierto de Estío y el Concierto en un Modo Galante.
-Bátiz fue uno de los intérpretes más distinguidos de la música de Rodrigo habiendo producido muchas grabaciones, algunas las primeras del catálogo, con destacados solistas y excelente sonido (EMI).
-Bream, Orquesta de la Ciudad de Birmingham, Rattle.
Una lectura hermosamente detallada en donde el solista y la orquesta están perfectamente balanceados. Rattle permite tiempos ideales (EMI).
-Yepes, Orquesta Nacional de España, Argenta.
Una de las primeras grabaciones y la mejor. Yepes explora las sutilezas y sonoridades que reflejan el soberbio gusto y musicalidad del composit or (Decca). - Concierto de Aranjuez y Fantasía para un gentilhombre
Pepe Romero, Academy of St. Martin in the Fields, Sir Neville Marriner, director (Philips).
Magnífica ejecución, perfectos diálogos con la orquesta. Muy buen sonido. - Concierto Heróico, Cinco Piezas Infantiles, Soleriana
-Osorio, Orquesta Filarmónica Real, Bátiz (EMI).
La única grabación de esta pieza soberbia tocada con fuego y gusto.
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Concierto Madrigal, Para la Flor del Lirio Azul, Música para un Jardín
-Una vez más Bátiz demuestra su química con la música de Rodrigo. Moreno y Mariotti son los solistas ideales (EMI). -
Concierto para una Fiesta, Concierto de Málaga
-Pepe Romero tiene la autoridad, técnica y corazón para darnos lo mejor posible (Philips).
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Concierto Serenata para Arpa y Orquesta
-Zabaleta, Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín, Ernst Märzendorfer, director (DG).
Nunca hemos escuchado a nadie tocar el arpa como Zabaleta, un verdadero príncipe del instrumento y un artista que conoció al compositor y amaba su música. -
Concierto de Aranjuez para Arpa (Transcripción de Rodrigo)
Zabaleta, Orquesta Nacional de España, Fruhbeck de Burgos, director (EMI).
Una pieza encantadora, ejecutada por el maestro mismo. -
Cuatro Madrigales Amatorios
-De los Ángeles, Orquesta del Conservatorio de París, Rafael Frühbeck de Burgos, director (EMI).
Verdaderamente definitivo. Nada podría ser más bello que la voz de Victoria de los Ángeles seduciéndonos en “De los Álamos Vengo”… ¡Delicioso! -
Fantasía para un gentilhombre
-Segovia, Sinfónica del Aire, Jordá (Decca).
Una versión definitiva del famoso guitarrista que comisionó la obra. Un momento histórico bien captado.
Texto: Ricardo Rondón ± Foto: F. Axel Carranza