El arte es considerado un reflejo de la cultura humana; un lenguaje universal comprensible para todos al apelar a nuestras emociones y sentidos. En Amura Yachts & Lifestyle hacemos un recuento de cinco obras de arte imperdibles en cinco galerías que debes visitar, por lo menos, una vez en la vida.
Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer.
Pablo Picasso
Los Museos Vaticanos y La Creación de Adán
Ls Museos Vaticanos son un conjunto de estancias y galerías en las que se exhiben obras “de gran valor artístico” pertenecientes a la iglesia católica. Están organizados por una serie de 22 colecciones separadas, siendo la Capilla Sixtina la joya de la corona, nombrada así en honor al Papa Sixto IV della Rovere, quien mandó reestructurar la antigua Capilla Magna entre 1477-1480.
En su bóveda se encuentra La Creación de Adán, calificada por los expertos como una de las obras más icónicas en la historia del arte europea; aun cuando está junto a La Creación de Eva y La Congregación de las Aguas en el techo de la Capilla.
Fue realizada por Miguel Ángel Buonarroti en 1511, época en la que las escenas sobre la creación eran un tópico común, sin embargo, rompió los límites establecidos. Observada de frente, a la izquierda, aparece Adán recostado sobre una colina verde, y a la derecha, Dios, rodeado por un manto púrpura, querubines y una mujer. Una representación del episodio bíblico del Génesis.
La Galería de los Uffizi y El nacimiento de Venus
Considerado uno de los museos más grandes del mundo, su construcción data de 1560, cuando se encargó a Giorgio Vasari realizar un edificio que albergara oficinas administrativas y judiciales (Uffizi).
En la actualidad, el recinto cuenta con un patrimonio artístico de miles de cuadros, esculturas y tapices, con fechas que abarcan desde la época medieval hasta la moderna. Además, contiene una increíble colección de autorretratos que, con el paso del tiempo, se incrementa gracias a adquisiciones y donaciones de artistas contemporáneos.
En su interior, desde 1815 cuelga El nacimiento de Venus que Sandro Botticelli pintó entre 1484-1485, en pleno auge del Renacimiento. Con una altura y longitud de 1.80 y 2.75 m respectivamente, fue el primer cuadro en tela pintado en Tuscania, Italia. Sobre su significado, se dice que Lorenzo Pierfranceso de Médicis encargó a Botticelli pintar algo que representara la historia de la creación de alguna deidad femenina; su equivalente a la diosa egipcia Isis.
Según el mito basado en la pintura: Cronos, dios del tiempo, ha desgarrado y lanzado los genitales de su padre, Urano, fertilizando el mar. El resultado del roce de la espuma produce el nacimiento de Venus, quien, ayudada por el viento, es transportada a la orilla de la isla de Chipre sobre una concha de mar.
El Museo del Prado y La familia de Felipe IV (Las Meninas)
En 2019, el Museo Nacional del Prado celebró 200 años de historia, consolidándose como uno de los principales lugares turísticos de Madrid, en España, gracias a su famosa compilación de sus más de 8,600 cuadros y 700 esculturas de las escuelas española, italiana y flamenca.
La pintura de Los fusilamientos del 3 de mayo de Francisco de Goya es una de las más visitadas, considerando que el museo cuenta con la colección de arte español más completa del planeta, con obras que datan desde el siglo XI.
Sin embargo, es la pintura de Diego de Velázquez, Las Meninas (1656), una de las más analizadas en el mundo del arte. Como de costumbre para el pintor, el cuadro –de más de 3 metros de alto y 2.7 de ancho– no fue firmado y, en esta ocasión, ni siquiera fue necesario.
El encargo lo realizó Felipe IV y fue una especie de secreto del que nadie habló hasta 1696, cuando el escritor y pintor portugués Félix da Costa la describió en su libro Antiguidade da arte da pintura y sus comentarios crearon polémica al mencionar que no se trata de un retrato de la niña y emperatriz Margarita, sino “un autorretrato de Velázquez”.
Fue el pintor y teórico Antonio Palomino, quien, en 1724, identificó a los personajes involucrados en el cuadro: la infanta Margarita María de Austria y sus meninas, doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco; las ayudas Nicolasito Pertusato y Mari Bárbola; la señora de honor de las damas de la reina, Marcela de Ulloa; y el mismo Velázquez, quien aparece trabajando ante un gran lienzo.
El Museo de Louvre y La Gioconda (Mona Lisa)
El Louvre es el museo de arte más visitado del mundo y el más importante de Francia. En su interior, alberga más de 470 mil obras, de las cuales 7 mil son pinturas.
Inaugurado en 1793 como el primero en toda la historia que mostraba al público en general colecciones privadas de la aristocracia y la monarquía. Luego de sufrir diferentes modificaciones a lo largo de los años –toda vez que fue construido en el siglo XII y fue residencia de varios monarcas como Luis XIV– fue finalmente designado a la cultura tras la liberación de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, al devolverle las piezas y obras de arte que los administrativos habían escondido en diferentes puntos tras la ocupación nazi.
Actualmente, cuenta con un departamento sobre la historia del mismo museo y 21 salas dedicadas exclusivamente a la pintura italiana y española de los siglos XVI y XVII. Además, está dividido en las secciones: Arte Islámico, Antigüedades Orientales, Antigüedades Egipcias, Etruscas y Romanas; así como pinturas, esculturas, dibujos y grabados que datan desde civilizaciones antiguas y la Edad Media, hasta 1850.
Según cifras recabadas por el Museo de Louvre en 2019, hay una pintura que, diariamente, recibe más de 20 mil visitas: La Gioconda (Mona Lisa) de Leonardo Da Vinci, que pasó a formar parte de la colección del recinto en 1797.
Historiadores afirman que son los secretos detrás de la pintura –de solo 77 x 53 cm– los que atraen al público. Son diferentes las teorías que se tienen al respecto, la más popular, dice que en el siglo XVI, Leonardo Da Vinci era un noble instalado en Florencia cuando conoció a Francesco del Giocondo quien, tras enviudar en dos ocasiones, contrajo nuevamente nupcias en 1495 con una joven llamada Lisa.
El Museo Mauritshuis y La Joven de la Perla
A diferencia de otros recintos culturales anteriormente mencionados, el pequeño Museo Mauritshuis de La Haya, ubicado dentro de la mansión real es un gran ejemplo de la arquitectura clásica neerlandesa del siglo XVII y uno de los cuatro más importantes del mundo de pintura del siglo de oro en los Países Bajos.
Construido entre 1636 y 1644, cuando el Conde Johan Maurits van Nassau-Siegen fue gobernador de la colonia neerlandesa en Brasil; no fue sino hasta 1820 que fue adquirido por el estado neerlandés para albergar la colección real de pintura para, dos años después, ser convertido en museo.
Desde 2012 y hasta 2014, el edificio pasó por una serie de obras de renovación y ampliación, por lo que, su pintura más famosa, La Joven de la Perla (1665) de Johannes Vermeer, viajó para ser exhibida por museos de todo el mundo.
Hoy en día, la mayoría de sus visitantes (60%) son extranjeros provenientes principalmente de Japón, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España e Italia. Debido al gran misterio que esconde la pintura, es considerada, según expertos, la ‘Mona Lisa’ del norte de Europa, siendo la posición del retrato y el pendiente de perla lo más destacado de toda la obra.
Se dice que la modelo, cuyo nombre no quedó registrado, fue una joven doncella que al tener en cuenta su atuendo “exótico”, hace referencia al intercambio comercial con Oriente en el siglo XVII.
Texto: Alejandra Cañedo ± Foto: UFM EDU, WPT, Historia del Arte