El arte moderno y contemporáneo de Singapur deslumbra con visiones del paraíso terrenal, inspirando paz, serenidad y misterio.
Los colores mundanos flotan delirantemente sobre los tonos verdes en las obras mostradas, comenta Nicolás Stephens, de la casa de subastas Sotheby’s.
Marché aux fleurs [foto inicial] del artista vietnamita Le Pho encarna la nostalgia feliz, el placer de mirar hacia atrás, a un lugar recordado o a un recuerdo atesorado desde la distancia. Flores y personas aparecen en concierto y maravillosa armonía, en un remolino seráfico de amarillos celestiales. Como si estuviera envuelto en una guirnalda desde arriba, este paraíso floral asciende en suaves espirales. Le Pho estudió en la Escuela de Bellas Artes de París y vivió en la Ciudad de la Luz desde 1937 hasta su muerte en 2001.
Theo Meier, Nyoman Lumbang con ofrenda, 1944.
Nyoman Lumbang con ofrenda (1944) de Theo Meier evoca una isla idílica tropical. La tranquilidad de la pintura contradice el escenario de tiempos de guerra y la ocupación japonesa de Bali. Habiendo visitado Tahití en 1932 antes de llegar a Bali, la práctica artística de Meier ve influencias de Gauguin, particularmente de las pinturas tahitianas del postimpresionista.
Esta obra es de particular importancia y fue la imagen del cartel de la exposición fundamental de Meier en la Embajada de Suiza en Bangkok, en 1963.
Wu Guanzhong, Crisantemos de campo, 1974.
Los crisantemos de campo (1974) de Wu Guangzhong están perfumados e impregnados de una libertad deslumbrante e iridiscente. Para muchos, el paraíso puede ser un destino, pero también es un estado de ánimo. Esta pintura resume la alegría de un día soleado en medio de flores y espacios amplios y abiertos. Los crisantemos, uno de los “Cuatro Caballeros” del arte chino, son espiritualmente simbólicos y específicamente emblemáticos de Beijing.
Roy Lichtenstein, Acantilados amarillos (estudio), 1996
Completado apenas un año antes de la muerte de Roy Lichtenstein, Yellow Cliffs (Estudio) (1996) incorpora los puntos Ben-Day característicos del artista en los soleados acantilados. Esta obra documenta el último florecimiento creativo de la vida del gran artista: “Roy Lichtenstein: Paisajes al estilo chino” se exhibió en el Museo de Bellas Artes de Boston al año siguiente.
En los últimos dos años de su vida, Lichtenstein visitó dos veces los almacenes del museo para inspeccionar la colección de hojas de álbumes de la dinastía Song del Sur. Sus influencias incluyeron a los artistas Song del siglo XIII Ma Yuan, Liang Kai y Muqi.
El interés por Lichtenstein nunca ha disminuido y en 2026 se inaugurará una retrospectiva del artista en el Whitney Museum of American Art de Nueva York; mientras tanto, con motivo de su centenario, el Museo Albertina de Viena acoge actualmente "Roy Lichtenstein: Una exposición centenaria".
Affandi, Baniano, 1971.
En diversas culturas y religiones, el árbol de Banyan ha llegado a simbolizar el conocimiento, la iluminación y la vida misma. En Indonesia, tiene una resonancia particular, es un componente del escudo de armas de la nación y un talismán orgánico de la unidad de una población multilingüe diversa.
El Baniano de Affandi (1971) sitúa al poderoso ficus benghalensis en su corazón dinámico y arremolinado. En su lienzo, Affandi aplicó la pintura con sus manos, un proceso emocional, casi escultórico, que fue una celebración táctil de los contornos, valles y picos de la pintura misma. Por lo tanto, se trata de una pintura terrenal, exprimida en manos humanas, pero elevada a lo espiritual por el poder del árbol de Banyan.
Jeff Koons, Gazing Ball (Niña Fragonard jugando con su perro), 2014-2015.
En Gazing Ball…, Koons presenta una bola de observación simbólica de su ciudad natal de York, Pensilvania, donde los globos de cristal a menudo adornaban el césped o los jardines suburbanos. Al incorporar la pelota en una pintura de Fragonard, Koon construye un portal entre los suburbios y el pasado romántico, específicamente Mädchen mit Hund (Niña con perro) de Fragonard (c. 1770).
La bola azul que mira es un vínculo entre los lujosos interiores de un salón Fragonard y la aspiración humana cotidiana. Esta dicotomía entre las bellas artes y el ready-made, entre lo producido en masa y lo hecho a medida es un tema que el artista ha investigado a lo largo de su carrera, bellamente ilustrado en esta pintura.
Fernando Zóbel, Los Cuervos, 1970.
Nacido en Manila de padres españoles, Fernando Zóbel se formó en Filipinas, Europa y América, graduándose en la Universidad de Harvard. En la década de 1960, su práctica artística en la que convergen las tradiciones literarias de Asia y Occidente le valió un gran éxito y reconocimiento institucional.
Los cuervos (1970) fue pintada después de su traslado a España y es una obra de belleza etérea y amorfa, que representa el paisaje a través de fugaces momentos de memoria. El vuelo de los cuervos del mismo nombre está vívidamente moteado a la izquierda, formando suaves intersecciones con la tierra y el cielo brumosos.
Chu Teh Chun, Los Meteoritos, 1987.
Les météores (1987) del maestro de la abstracción del siglo XX Chu Teh Chun combina peso, solidez y movimiento elegante, con la velocidad implícita de un objeto que se mueve a través del cielo. El azul profundo es el color de la tierra cuando se ve desde el espacio, un tono asociado durante mucho tiempo con lo eterno, un rico tono lapislázuli de riqueza, profundidad y belleza.
Los marrones leonados, los amarillos primarios y los ocres caen en el centro de la pintura, sugiriendo fuerzas elementales fuera del alcance del control humano.
Cheong Soo Pieng, Vendedores de Satay, 1958.
Cheong Soo Pieng, nacido en Xiamen, fue una fuerza impulsora del famoso estilo Nanyang de Singapur, y Satay sellers (1958) describe el amor culturalmente significativo por comer al aire libre, tan apreciado en la Ciudad del León. Es un raro óleo sobre lienzo del período temprano de Cheong y de mayor tamaño en comparación con otras obras de Cheong de esta época.
El ritmo bañado por el sol del cuadro y las formas simples y angulares delineadas en negro recuerdan a los jeroglíficos egipcios, el cubismo y el fauvismo, y son emblemáticos del estilo Nanyang. Este es un período codiciado en la obra de Cheong, con dos ventas récord del artista en subastas, ambas de obras que datan de la década de 1950.