Desde joven, Tiziano Vecellio (Tiziano) demostró un talento para el arte. Se dice que, cuando era niño, pintó una Virgen en una pared, utilizando el néctar de las flores como color.

Consciente de su don, su familia envió al joven Tiziano (1488/90-1576) cuando tenía alrededor de 10 años, desde su pueblo natal de Pieve di Cadore, al norte de Italia, a Venecia. Allí se convertiría en aprendiz en el taller de Giovanni Bellini, el principal pintor de la ciudad en ese momento, narran en la casa de subastas Christie’s.

Se calcula que siendo adolescente pintó Descanso en la huida a Egipto [foto inicial]. Con el paso del tiempo –y de dueños–, en 1878 la obra fue llevada a Longleat House, la casa de campo del cuarto marqués en Wiltshire, donde estuvo colgada, hasta que fue robada en 1995, y luego volvió a aparecer siete años después, cuando un detective de arte la encontró embolsada en una parada de autobús londinense. El cuadro fue devuelto a Longleat House.

El cuadro está inspirado en un acontecimiento narrado en el Evangelio de Mateo (2:13-23) “A José le habían advertido en un sueño que Herodes, el rey de Judea, tenía la intención de matar al joven Cristo, por lo que rápidamente llevó a María y al niño a Egipto para estar seguros”, Tiziano representa a la Sagrada Familia descansando en el camino, presumiblemente tomando un descanso en su duro viaje.

Situadas las imágenes de los tres, en el centro izquierda de la composición, se recortan contra un cielo luminoso y se contrarrestan con un paisaje pastoral que se aleja. A pesar de la escala íntima de la imagen, las figuras parecen monumentales: la Virgen en particular, cuya forma sólida recuerda a la de otras heroínas de Tiziano del mismo período, como María Magdalena en Noli me Tangere (alrededor de 1514), ahora en la Galería Nacional de Londres.

Con los pies firmemente plantados en el suelo, la Virgen envuelve a Jesús en un abrazo protector en el centro del lienzo. La pareja se muestra en animación suspendida, en un momento íntimo de ternura entre madre e hijo. Éste, algo inquieto, se inclina hacia su madre y le tira del pelo.

José está ligeramente apartado, sentado en un banco rocoso donde están la Virgen y el Niño. Su postura encorvada transmite una sensación de cansancio, al igual que su rostro envejecido.

Para ser tan joven, muestra bastante comprensión del sentimiento y humanidad. Tanto José como María parecen pensativos, reflejando un ligero presentimiento en el aire. El pañal blanco sobre las rodillas de esta última, del que su hijo ha sido momentáneamente liberado, alude al sudario con el que años después será envuelto el cuerpo de Cristo para su sepultura.

Vale la pena señalar también la influencia de Giorgione (otro alumno de Bellini, aproximadamente una década mayor que Tiziano), que recientemente había sido pionero en un tipo de pintura llamado "paisaje anímico". Es decir, una escena de sujetos en un paisaje, donde este último fija el tenor emocional en lugar de servir simplemente como fondo. En el caso de Descanso en la huida a Egipto, el gran árbol a media distancia hace eco de la pose de José mientras brinda refugio a la Sagrada Familia.

El descanso en la Huida a Egipto está dominado por los colores primarios. María viste una túnica roja profundamente saturada. Esto se ve compensado por la larga capa azul ultramar sobre la que se sienta y por el manto amarillo brillante que lleva José.

Es una pintura codiciada por aristócratas, archiduques y emperadores por igual: apreciada por su escena de afecto familiar de colores vivos dentro del mundo natural. Al igual que sus temas, Descanso en la huida a Egipto ha recorrido un viaje largo y lleno de acontecimientos, un viaje que está lejos de terminar.