Lujo elegante propio de Ámsterdam
Originalmente construido en 1897, ha vivido muchas vidas, incluida la de un banco y un conservatorio de música, de ahí su peculiar nombre.
Sai hay una ciudad con personalidad en este mundo, ¡esa es Ámsterdam! Ámsterdam con su sistema de canales y sus casas flotantes de colores; Ámsterdam con su tráfico de bicicletas y sus maravillosos museos de galerías salpicadas con pinturas de Rembrandt, Vermeer y Van Gogh, entre otros grandes de los Países Bajos.
Abierta a la navegación y con puertos donde llegaban barcos de todas partes del mundo cargados de todo tipo de mercancías y de nuevas ideas, Ámsterdam se convirtió desde los siglos XVII y XVIII en la ciudad con la visión más progresista de Europa.
Una capital así, con tan distintivos rasgos, debe tener por obligación hoteles de gran carácter, con historia, con identidad propia, con un sabor único y, desde luego, con ese lujo elegante propio de esta ciudad.
Uno de esos fantásticos hoteles de moda en sin lugar a dudas el Conservatorium Hotel, localizado en la icónica Amsterdam Museum Square, donde se encuentran museos como el de Van Gogh y el Rijksmuseum.
Como parte de la prestigiosa Set Collection, el Conservatorium, con 130 habitaciones y espacios 5 estrellas, no defrauda a los huéspedes que esperan encontrar en este hotel todo el lujo y el esplendor y la personalidad por el que este grupo de hoteles es famoso.
Originalmente construido en 1897, el Conservatorium Hotel de Ámsterdam ha vivido muchas vidas, incluida la de un banco y un conservatorio de música, de ahí su peculiar nombre, antes de convertirse en una de las obras maestras arquitectónica del italiano Piero Lissoni que podemos ver hoy; un lujoso hotel en el corazón cultural de la ciudad en el que se combinan el antes y el ahora, rodeado de museos y lugares de interés cultural como el Royal Concert Hall y el Vondelpark, un parque abierto de 50 hectáreas, visitado anualmente por millones de personas.
Su arquitectura de vitrales, pasillos de techos altos y mosaicos art-nouveau conserva el estilo gótico del edificio original viéndose mezclados con elementos tipo industriales de carácter contemporáneos. El dialogo más notorio entre lo antiguo y lo moderno es quizás el amplio patio de cristal de techos altísimos que se combina con enormes paredes viejas de ladrillo rojo y que hoy conforman el vestíbulo del hotel.
La experiencia de sentarse a tomar un coctel en esta modernísima gran caja de cristal que te permite tener vistas a la estructura original de formas góticas es casi surreal. Como cuando los estudiantes de música vivían allí, hace años, muchas de las 129 habitaciones son dúplex, con un dormitorio en el segundo piso que tiene vista a un salón/estudio en la parte de abajo. Sin embargo, lejos de ser la un cuarto de estudiantes, la decoración del hotel incorpora los tonos grises característicos de Lissoni y muebles llamativos hechos a medida con interludios de colores primarios.
En Taiko Cuisine se disfruta de una versión contemporánea de la cocina de inspiración asiática. Ubicado en lo que fue el aula de percusión de la antigua escuela de música, el enfoque magistral de Schilo van Coevorden ofrece las delicias culinarias de oriente y occidente. En Conservatorium Brasserie, situado dentro del impresionante patio interior de vidrio lleno de luz del hotel, resulta un escenario contemporáneo para una vivencia gastronómica clásica.
Después de visitar, Akasha, el spa de 1,000 m2 para una experiencia deliciosamente reparadora en su elegante piscina, jacuzzi, sauna y yoga studio, saldrás renovado para caminar por la ciudad y absorber el arte de los museos de Ámsterdam con sus exhibiciones de primer nivel y disfrutar de la fantástica experiencia culinaria que ofrece esta icónica metrópoli.
Texto: Maite Basaguren @maitexplainsart ± Foto: Conservatorium Hotel