La nobleza no solamente enaltece a este deporte con su presencia en las tribunas para disfrutar la belleza y fortaleza de los equinos, combinada con la habilidad de los jugadores con el mazo, también lo practica.
El polo es más que dominar con la rienda de la mano izquierda a una cabalgadura de más de 450 kg, y con la otra sostener un mazo para golpear una bola de menos de 10 cm de diámetro, mientras el binomio equino se desplaza a una velocidad de 80 km/h sobre el enorme rectángulo empastado.
El polo representa un estilo de vida, como se aprecia en la película Mujer Bonita, donde Julia Roberts y Richard Gere, interpretando a los personajes Vivian Ward y Edward Lewis, respectivamente, recorren tranquilamente un campo de polo mientras disfrutan de una copa de champán. Esta bonita tradición es parte del encanto del juego: en el medio tiempo del encuentro, los asistentes son convidados a descender de las tribunas para pasar al terreno de juego, donde los camareros los esperan con charolas portando copas rebosantes del burbujeante champán, para que paseen por el campo acomodando con los zapatos los trozos de pasto (divots) arrancados por los cascos de los caballos durante el partido y comentan las incidencias del encuentro.
Llamado “deporte de reyes”, al igual que otras ancestrales actividades deportivas, su origen es incierto. Se habla del siglo VI, durante el Imperio persa, donde la realeza lo jugaba. Posteriormente se extendió su práctica a China y el Tíbet, y se especula que fue en esta última nación de donde tomó su nombre; polo, procedente de la palabra “pulu”, que significa pelota. Siglos después, con el arribo de las tropas británicas a la India, el juego llegó a Gran Bretaña, donde es reglamentado, y de ahí inició la conquista del mundo.
El polo en México
En México, el polo llegó a finales del siglo XIX, a través de las familias Escandón y Gómez de Parada, quienes montaron sus respectivos campos en las inmediaciones de sus residencias en la Ciudad de México, específicamente en la colonia Escandón (su residencia era la actual embajada de Rusia) y en los terrenos de lo que alguna vez fue el Hipódromo de la Condesa (conocida hoy en día como la calle Ámsterdam, en la colonia Condesa).
En 1900, ante la aceptación del polo en nuestro país, los hermanos Escandón –Eustaquio, Pablo y Manuel– fueron invitados a formar parte del equipo internacional junto al estadounidense William Wright, para participar en el debut del polo en los Juegos Olímpicos de París, donde consiguieron la medalla de bronce. Décadas después, en la cita olímpica de 1936, en Berlín, Alemania, Alberto Ramos Sesma, Juan García Zazueta, Miguel Zavalgoitia y Antonio Nava Castillo, conquistaron la medalla de bronce.
México vino a confirmar su nivel de juego en la final de la primera edición de la FIP World Polo Championship para cuartetas de 14 metas, realizada en 1987, en el mítico campo argentino de Palermo, donde los anfitriones enfrentaron al equipo mexicano, integrado por Armando González Gracida, Valerio Aguilar y Manuel Nava Ayón y J. Celis. El partido finalizó empatado a 14 metas, y al no estar considerado en el reglamento chukkers de desempate, el título fue para los sudamericanos, por el mayor número de victorias en las rondas previas.
Posteriormente, en 2008, el Campo Marte de la Ciudad de México y el Club de Polo Tecámac fueron las sedes de la octava edición del FIP World Polo Championship, donde los mexicanos Carlos Gracida junior, de 17 años, considerado el jugador más joven del torneo; Julio Gracida, hijo de Memo; Ulises Escapite y el veterano Valerio Aguilar terminaron en tercer lugar, al superar a España. El título fue para la cuarteta de Chile, que superó a Brasil.
Los hermanos Gracida
La llegada de los hermanos Gracida –Guillermo junior y Carlos (1960-2014)– a los escenarios de todo el mundo, llevó a México al reconocimiento como potencia polista. Ambos polistas estuvieron clasificados con el máximo hándicap en polo: 10, valoración que pocos pueden alcanzar. Esta calificación se obtiene al evaluar a media y final de una temporada la actuación de cada jugador, considerándose su habilidad con el mazo, conocimiento del reglamento, destreza con la cabalgadura, juego en equipo, deportivismo y golpeo de la pelota. Luego de estudiar todas las habilidades de los jugadores, el comité de hándicap los clasifica para la siguiente campaña. La evaluación va de -2 a 10 goles.
Durante 21 años, Guillermo estuvo clasificado como jugador de 10 metas, y Carlos 15 temporadas, que los hizo ser inducidos al Salón de la Fama del Polo en Florida. Guillermo en 1997, y su hermano en 2012.
Entre los logros de Carlos están haber conquistado diez veces el British Open, nueve ocasiones el US Open y cinco trofeos del Campeonato Argentino Abierto de Polo; combinando las fechas de los torneos antes mencionados, tres veces obtuvo el Grand Slam del polo (ganarlos en el mismo año), convirtiéndose en el único jugador en la historia del polo en lograrlo (1987, 1988 y 1994).
En 1994, Carlos ganó la Triple Corona Argentina al conquistar el Campeonato Abierto del Tortugas Country Club y Hurlingham, más el Campeonato Argentino Abierto de Polo (también conocido como Abierto de Palermo). Estos dos últimos torneos celebran este año sus ediciones 130°, mientras que el Tortugas, la 83°.
En cinco ocasiones, Carlos fue nombrado el Mejor Jugador del Año, y en 1988 se convirtió en el único atleta extranjero en recibir Premio Olimpia de Plata, otorgado por la prensa argentina al participante más valioso en la Liga Argentina de Polo.
“Memo” Gracida, por su parte, fue nombrado en 1990 Jugador de la Era del Centenario; tiene en su haber 16 trofeos de campeón del US Open, además de los Abiertos de Argentina y Australia, entre decenas de títulos. Fue nombrado Polista del Año en 1990, 1991, 1996 y 1997.
Los hermanos Carlos y Guillermo Gracida dedicaron gran parte de su vida a la crianza de caballos de polo, una cruza entre caballo de salto, por su alzada, y equinos de cuarto de milla, por la velocidad. Después, los corceles son entrenados para no asustarse ante sus similares dentro del campo de juego. Llamados originalmente “ponies”, deben llevar perfectamente vendadas las patas para evitar posibles lesiones en un desafío.
Admirados por la realeza, los hermanos Gracida convivieron con la reina Isabel (1926-2022), el rey Carlos III y sus hijos, los príncipes Enrique y Guillermo, a quienes entrenaron. En 1993, el Campo Marte de la Ciudad de México fue escenario de un duelo amistoso, donde el entonces príncipe Carlos participó, con un casco especial con una careta que le protegía el rostro ante cualquier eventualidad durante el partido, siguiendo el protocolo real.
Grandes extensiones
El campo de polo es un gran rectángulo empastado, con una extensión de 300x150 yardas (275 x 145 metros). Para tener una idea de sus dimensiones, pueden delinearse en su interior seis campos de futbol americano (100x53 yardas). En las líneas laterales se ubican unas tablas verticales de entre 23 y 28 cm, que delimitan el escenario.
Sobre las líneas de base se localizan las metas, marcadas por dos postes flexibles (para evitar posibles accidentes en caso de un choque contra ellos) de 3 m de altura, separados 7.5 m entre sí.
Cada jugador está definido por un número, mismo que porta en el jersey, donde regularmente el número 1 es el atacante, quien también realiza labores defensivas; el número 2 igualmente es atacante, pero es el más fuerte al apoyar a la defensa; el número 3 tiene el mejor hándicap, y dirige el ataque y la defensa, y número 4 es el zaguero y principal defensor.
A diferencia de otros deportes, no hay sustituciones de jugadores durante el juego: solo pueden ser suplidos en caso de una lesión. Todos los polistas deben jugar como diestros, para evitar posibles accidentes con el movimiento del mazo.
Cada jugador cuenta con un mazo o taco que varía de tamaño (127 a 134 cm), fabricado de madera de maná o materiales compuestos, que en un extremo cuenta con un grip para sujetarlo, y en el otro, una cabeza en forma de martillo, para golpear una bola (bocha) de plástico (originalmente era del “corazón” del bambú) de 10 cm de diámetro y un peso de entre 160 y 240 gramos.
Los partidos están divididos en chukkers, que pueden variar en número de cuatro a ocho, dependiendo el nivel de la competencia, con un descanso largo a la mitad del juego que es cuando los aficionados son invitados a “arreglar” el campo (Treading-In). Cada chukker tiene una duración de siete minutos y medio, con cuatro minutos de descanso para cambiar de cabalgadura; la finalización de cada chukker es anunciada por el cronometrista vía una campanada.
Dentro del campo hay un par de árbitros a caballo y un tercero fuera de la cancha, cuya función es dar un veredicto final si los dos jueces no se ponen de acuerdo con respecto a una acción.
Las metas (goles) contabilizan cuando la bola rebasa la línea de base entre los postes, sin importar la altura a la que lo haga. Detrás de los postes se ubica el banderillero, quien valida una anotación agitando una bandera. Después de cada gol, los equipos cambian de lado, por lo que quienes defendían ese lado ahora atacarán en dirección a esa meta.
Los árbitros son los encargados de marcar los castigos, que se cobran con tiros libres que se le conceden al equipo que recibe una falta. Las penalizaciones varían de distancia, la cual puede ser de 30, 40, 60 y 150 yardas.
Previo a los encuentros, el hándicap de cada uno de los integrantes de las cuartetas se suma y el resultado representa la ventaja de un equipo. En los partidos de hándicap y para hacer las confrontaciones más parejas, al equipo con menor ventaja se le otorgan en goles la diferencia; por ejemplo, una cuarteta con 26 golpes (hándicap), daría dos golpes de ventaja a uno de 24 golpes.
Modalidades
Con el tiempo, aparecieron nuevas modalidades del polo; Indoor (Polo Arena) y Snow Polo. El primero se realiza en interiores, en una cancha de dimensiones más reducidas 91x46) y tres integrantes por equipo. Al ser en un escenario interior, la superficie es de arena para evitar que la pelota golpee a los aficionados con la pelota fabricada en cuero de 11.5 cm de diámetro.
En el caso del Snow Polo, las condiciones son similares a las del polo regular; la diferencia está en el color rojo de la bola y que se juega sobre nieve compactada o un lago congelado. La copa más codiciada en esta variante es el Snow Polo World Cup St. Moritz Trophy, que se juega desde 1985 en el lecho congelado del lago St. Moritz.
Texto: Ricardo Villanueva ± Foto: St Moritz, FMP, epico sports, le grand, flrexder