Vida marítima a la italiana

Comenzando por la imagen que nos da esta embarcación: el clásico blanco, el plateado y el negro, no es difícil darse cuenta de que, como buen objeto italiano, tiene esencialmente la característica de ser un objeto de deseo. Es llamativo y lleno de sensualidad, su perfil es sutil y elegante, y se percibe como una unidad, es decir, estéticamente manifiesta toda su armonía desde el exterior.

Como buen italiano, también es un vivo ejemplo de la pasión por el buen gusto, la comodidad, el lujo y la ostentación, filosofía que los italianos tienen desde hace mucho tiempo y que en la actualidad siguen dando muestras de ello, por ejemplo en la moda, en los automóviles, en la arquitectura o en la ingeniería.

Esta filosofía se basa en una ideología que cree no sólo en tener lo mejor, sino también en demostrar que se tiene lo mejor, por esto hacen alarde de ello.

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En contraste con el mundo de la moda, en este hermoso yate no son antagonistas el diseño y la comodidad, al contrario forman una complicidad mutua, donde uno depende del otro y viceversa, muestra de ello es que cada sección es funcional y además agradable a la vista, mostrándose en armonía y no como elementos aislados.

En el interior encontramos tres camarotes, el principal, el del dueño, está en medio de la embarcación y cuenta con un amplio baño, así como un gran clóset; el camarote VIP, ubicado en la proa, tiene una cama matrimonial y un baño de buen tamaño, y la tercera cabina, presenta  camas gemelas, y el baño que le corresponde es el que se encuentra en el pasillo central, justo hacia popa. Justo en el exterior de este camarote se halla el área social interior, compuesta por una sala de estar, a estribor, que sirve de desayunador gracias a una mesa central que se puede abatir parcialmente (una mesa rectangular que se pliega hasta lograr una mesa triangular).

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Enfrente, a babor, encontramos la cocina que se puede apreciar desde la sala de estar interior y que, además de su hermosa composición, es muy práctica, ya que cuenta con mucho espacio de almacenamiento, así como con todo lo necesario para cocinar y sazonar.

En el exterior, aunque cubierto por un techo rígido con una sección deslizable, encontramos el puesto de mando, cuya función principal, además de la evidente, es ser el centro de la atención de este lugar, que es también un espacio para socializar.

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Hacia la popa encontramos un sillón en forma de “L” que tiene una mesa y puede servir de comedor, más atrás, pero a babor, hay otro sillón en forma de “L” que no tiene mesa, y por detrás de él, hacia popa, hay un área dedicada a los amantes del bronceado, al igual que adelante del puesto de mando, en el exterior del parabrisas, hacia la proa, hay otro lugar dedicado a este pasatiempo.

A babor del puesto de mando hay otro pequeño sillón y detrás del respaldo hay un “wet bar” con refrigerador, estufa eléctrica y, cuando no está en uso, se cubre para protección de sus elementos y para darle otra utilidad.    

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Texto: Edmundo A. Eguiarte ± Foto: Pershing Yachts.