Después de 80 días en el mar y 29,201 millas náuticas navegadas a una velocidad promedio de 15 nudos, Boris Herrmann, del Yacht Club de Mónaco, cruzó la meta de la 10ª Vendée Globe.

A bordo del Malizia-Seaexplorer en solitario, Boris desafió la tormenta Herminia, con ráfagas de más de 65 nudos y olas de 8 a 10 metros.

Después de una regata tranquila durante tres cuartas partes del recorrido, el skipper afrontó una serie de desafíos en los últimos kilómetros: una falla en el gancho, una colisión con un OANI (animal u objeto no identificado) y condiciones climáticas extremas acercándose a la costa francesa de Vendée. Finalmente recibió la bandera a cuadros en la línea de meta en el 12º puesto al completar la prueba en 80 días con 10 horas, 16 minutos y 41 segundos.

La competencia fue conquistada por el francés Charlie Dalin, con un tiempo de 64 días, 19 horas, 22 minutos y 22 segundos, seguido de sus compatriotas Yoann Richomme (65 días, 18 horas, 10 minutos y 2 segundos) y Sébastien Simon (67 días, 12 horas, 25 minutos y 37 segundos). Ocupante del octavo lugar, la suiza Justine Mettraux fue la participante mejor posicionada (76 días, 1 horas, 36 minutos y 52 segundos).

Tomaron la salida 40 embarcaciones, de las cuales 22 terminaron el agotador viaje.

Entre las satisfacciones personales de Hermann están el haber superado el miedo a las alturas (al tener que subir al mástil para unas reparaciones) y la soledad en el mar que tanto impacto tuvo durante su primera Vendée Globo en 2020/2021. Esta vez logró superar sus miedos gracias principalmente a su barco personalizado, Malizia-Seaexplorer, y a las mejoras que le hizo. Los ajustes técnicos le permitieron para navegar con más tranquilidad y afrontar mejor los momentos más difíciles momentos en la carrera.

Aunque las condiciones climáticas no fueron las mismas que en 2020-2021, y el diseño del barco no siempre es el factor determinante, Malizia-Seaexplorer jugó un papel clave en las fases más exigentes. Diseñado para navegar a mayor velocidad, el navío fue mucho más estable, lo que le permitió a Boris mantenerse competitivo y mantenerse en contacto con otros famosos skippers como Justine Mettraux, Sam Davies y Paul Meilhat.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts, A la par de la competencia, los <em>skippers</em> realizaron una labor a favor de la comunidad científica. A la par de la competencia, los skippers realizaron una labor a favor de la comunidad científica.

 

Lo más destacado de la carrera

Hubo momentos clave durante la prueba donde el regatista alemán, pasó por desafíos técnicos que podrían haber puesto en peligro sus posibilidades de finalizar, como la gestión de las condiciones extremas en el océano Austral, la tumultuosa travesía del océano Índico y las numerosas reparaciones técnicas tuvo que realizar en situaciones difíciles.

En su segundo intento de hacer la regata sin parar en esta carrera alrededor del mundo sin asistencia, Boris marcó otro hito más al terminar séptimo en la travesía en Cabo de Hornos, en Chile. Resultó una etapa emblemática para el skippper teutón, quien lo dobló solo 31 segundos antes que Paul Meilhat (Bioherme).

Resultó una feroz batalla, combinada con una situación impredecible de las condiciones climáticas que pusieron nerviosos a los competidores mientras se enfrentaban a una gama de escenarios a lo largo de las millas. Las esperanzas de Herrmann de finalizar top-five se estrellaron cuando chocó con un OANI.

 

Atentos a los océanos

Durante toda la carrera, Boris tuvo una doble misión: traer su navío de vuelta de forma segura y recopilar datos vitales para la comunidad científica en zonas que son tan difíciles de acceder.

El aspecto medioambiental se ha convertido en una prioridad para organizadores y los skippers. Boris tenía una OceanPack a bordo, una herramienta para tomar muestras de agua para medir la salinidad, temperatura, contenido de oxígeno y CO2, así como una boya meteorológica de 20 kg que mide la presión atmosférica, temperatura y corriente superficial.