Cuando Friedrich Lürssen fundó Lürssen en 1875, a los 24 años en 1875, consolidó su reputación por construir botes de remos y, más tarde, por ser pionero en el primer barco a motor del planeta con motor de combustión de Gottlieb Daimler.

Para Friedrich Lürssen los negocios iban viento en popa. El pequeño astillero alemán de Bremen-Aumund (frente al río Weser), se convirtió en un imán no solo para barcos de remos de competición, sino también para embarcaciones de todo tipo: de trabajo, a motor, botes salvavidas y más. Siempre disruptivo, cuando Gottlieb Daimler –quien inventó y patentó el motor de gasolina para un “carruaje sin caballos”– se acercó a Lürssen con el pedido de fabricar el primer barco equipado con un motor, él se puso a trabajar de inmediato.

Rems, el primer navío motorizado del planeta

En el verano de 1886 se completó la creación del primer navío a motor del mundo –Rems–, sentando las bases de la industria tal como la conocemos hoy. Era una obra maestra de seis metros (m): bellamente terminada y una primicia técnica, equipada con un motor Daimler modificado de 1.5 CV. Sin embargo, Rems causó caos en las orillas típicamente pacíficas del río Neckar, cerca de Stuttgart, donde Gottlieb Daimler tenía su taller.

Los lugareños evitaron que el infame motor que "se generaba mediante explosiones" llegara al borde del agua para las primeras pruebas de Rems. Sin dejarse intimidar, Gottlieb Daimler instaló cables de cobre y aisladores para que el motor pareciera una planta eléctrica. La artimaña funcionó. El primer barco a motor del orbe fue probado con éxito, y los agitados lugareños no se dieron cuenta.

Con 19 m, Maria-Augusta era uno de los más grandes. Tenía una elegante línea de crucero, popa tipo canoa y una superestructura que integraba una timonera. Daimler le construyó un motor de 27 CV que le permitía alcanzar una suave velocidad de crucero de nueve nudos.

Bautizo del yate a motor Scout (1926).

En 1997, instaló el primer sistema de propulsión híbrido de bajo consumo energético del mundo a bordo del Limitless (96 m). En 2002, la empresa lideró la investigación sobre sistemas de escape submarinos, reduciendo la contrapresión y el ruido. Poco después, en 2005, entregó Air (90 m, ahora Ice), el primer yate del planeta con propulsión tipo pod.

En 2009, Lürssen introdujo un avanzado sistema de tratamiento de aguas residuales basado en tecnología de membrana, utilizado por primera vez en Arkley (60 m, ahora Caipirinha) y ahora estándar en todos sus navíos. Topaz (147.52 m, ahora A+), también fue el primero en incorporar un sistema de tratamiento de agua de lastre.

Como parte de su esfuerzo por alcanzar soluciones más responsables y sostenibles, Lürssen patentó un innovador sistema de postratamiento de gases de escape que reduce las emisiones de NO_x sin afectar al espacio, el peso, el ruido ni la vibración. Esto ha sido estándar en todas las embarcaciones de Lürssen desde 2016.

Azzam (180.61 m).

Coincidiendo con su año histórico, Lürssen se prepara para presentar su siguiente paso hacia un futuro en carbono neutral para la navegación: Cosmos (114 m). Al igual que su predecesor de 139 años, Rems, Cosmos nació de un cliente pionero e impulsado por la tecnología. El cliente ha acordado la instalación de un sistema de pila de combustible alimentado por metanol. El sistema está diseñado para producir suficiente energía para mantener el yate anclado durante 15 días o navegar aproximadamente 1,000 millas náuticas a baja velocidad.

Desde que formó su división de yates en 1988, ha fabricado y entregado 70 a medida con una eslora total superior a 6,500 m. Hoy en día, 35 de los 100 mejores navíos salieron del astillero de Lürssen. Entre ellos se encuentran Azzam (180.61 m), Dilbar (156 m) y Octopus (126.2 m): respectivamente, el más largo del mundo, el más grande por volumen y el primer explorador del orbe, sin olvidar Kismet (122 m).

Lürssen emplea a 2,000 personas y tiene tres astilleros en Alemania, un centro de ingeniería e investigación en Croacia y una oficina de ventas en Estados Unidos. Se especializa en la fabricación de embarcaciones de 60 m o más y opera un astillero de reconstrucción y reacondicionamiento galardonado con instalaciones inigualables.

Kismet (122 m)