El astillero alemán Lürssen celebró un acontecimiento histórico: el lanzamiento de Cosmos, un superyate de 114 metros de eslora que marca un antes y un después en la construcción naval contemporánea. No solo por su imponente tamaño –uno de los más grandes botados este año–, sino por el innovador lenguaje de diseño y la visión futurista que lo acompañan.

Este es un proyecto muy especial que coincide con nuestro 150º aniversario”, declaró Peter Lürssen, director ejecutivo del astillero. “Cada yate que construimos es único, pero hay algunos que dejan una huella imborrable en nuestra historia; el Cosmos es, sin duda, uno de ellos”.

El encargo provino de un propietario visionario que buscaba crear algo verdaderamente irrepetible. Para ello recurrió al diseñador australiano Marc Newson, quien asumió la totalidad del proyecto –exterior e interior– con absoluta libertad creativa. El resultado es una obra escultórica, coherente y orgánica que desafía los cánones de la navegación convencional.

Trabajar con un cliente inmensamente creativo nos permitió trascender los límites”, explicó Newson. “Desde la silueta exterior hasta el más mínimo detalle del interior, todo fue diseñado como un solo organismo. Esa libertad dio lugar a un proceso evolutivo alegre, cuya estética forma ya parte de nuestro propio vocabulario”.

 

La revolución del cristal

Uno de los elementos más distintivos de Cosmos es el estudio privado del propietario, coronado por una cúpula de vidrio y una terraza acristalada. Esta proeza de ingeniería requirió que Lürssen desarrollara un sistema único para curvar grandes secciones de vidrio sin imperfecciones, logrando una transparencia impecable y una panorámica de 360 grados.

El protagonismo del cristal se extiende por todo el yate: una franja continua envuelve la cubierta de camarotes, la proa esconde una sala de observación acristalada bajo el helipuerto, y la popa ofrece un balcón abierto con barandales de vidrio que se asoma a la cubierta principal.

La cubierta de popa abierta resume la filosofía de Cosmos: utilidad y placer en equilibrio. El área central alberga una piscina y un jacuzzi, rodeados de sofás, mientras que un dique seco con trineo permite lanzar y recuperar la embarcación auxiliar principal con eficiencia de astillero.

 

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Capacidad de exploración total

Cosmos no es solo un palacio flotante, sino un explorador nato. Con seis cubiertas y certificación Ice Class 1D, está preparado para navegar en condiciones de hielo ligero, lo que abre la posibilidad de expediciones a los cinco océanos y los siete continentes. Su arquitectura naval prioriza la autonomía y la seguridad, características esenciales para la navegación remota de largo alcance.

El compromiso del propietario con la sostenibilidad se refleja en la incorporación de una planta de investigación de pila de combustible de metanol. Este sistema convierte metanol en hidrógeno, y posteriormente en electricidad, un procedimiento altamente complejo que sitúa a Cosmos en la vanguardia de la transición energética dentro del sector náutico.

 

Fotos: ©Tomvan Oossanen.