El científico, investigador y empresario Jonathan Rothberg encargó con años de diferencia, al astillero holandés Amels Yachting la construcción de un par de embarcaciones preparadas especialmente para la instalación de sus laboratorios genéticos a bordo.
El resultado son Gene Machine (2013) y Gene Chaser (2021) donde viven los científicos mientras realizan sus descubrimientos para combatir enfermedades, entre ellas el Covid-19, trayendo como consecuencia la creación del kit de prueba casera de coronavirus, descubierto en 2020, entre otras innovaciones.
El doctor Rothberg, resume la motivación detrás de Gene Chaser: “el coronavirus nos recordó la fragilidad de nuestro mundo. Ya sea una pandemia global o un cambio climático global, cada uno de nosotros debe estar a la altura de los desafíos que enfrentamos, ya que estamos mejor preparados. Para mi familia, esto significa Gene Chaser y su Gene Lab a bordo, un laboratorio de próxima generación para abordar los mayores desafíos de la humanidad”.
Para Matthew Gow, capitán del Gene Machine de 55 metros, el Gene Chaser es un yate de soporte que proporciona más espacio de laboratorio y espacio para equipo esencial; “lo que es más importante, también les permite separar este trabajo de su tiempo familiar en Gene Machine”, detalla Gow.
Al igual que Gene Machine, Gene Chaser, tiene 56 m de longitud y 9 m de ancho, con un diseño interior y exterior realizado en su totalidad por Damen Yachting. Durante dos meses, el Gene Machine sufrió una transformación en el interior, para cumplir con los exigentes requisitos del propietario para configurarlo como un laboratorio de investigación y centro de proyectos científicos.
“Los océanos contienen el conocimiento que necesitamos para enfrentar nuestros mayores desafíos, y Gene Chaser nos permitirá encontrarlos. La naturaleza tiene las soluciones. Todo lo que se necesita es que los persigamos”.
Dr. Jonathan Rothberg, científico, investigador y empresario
Un laboratorio flotante
El salón principal del Gene Chaser fue convertido en un laboratorio húmedo y seco, y otras áreas interiores para conferencias y aulas. Las suites de invitados permiten la permanencia de ocho investigadores y expertos visitantes, mientras que las áreas de la tripulación ahora pueden acomodar a seis marinos y un capitán, y cuatro científicos de tiempo completo.
La cubierta exterior de 225 m2, contiene una grúa de pluma articulada de alto rendimiento de 13 toneladas de capacidad, para transportar una embarcación Fjord 42 y una lancha de desembarco Hatløy Maritime Oxpro AL8, así como equipo adicional específico para la misión, lo que proporciona un amplio espacio al Gene Machine. Entregado el año pasado, desarrolla una velocidad máxima de 20 nudos, y a 10 nudos de velocidad, tiene un alcance de 5,000 millas náuticas.
El origen del nombre Gene Chaser es por la búsqueda de genes para combatir el calentamiento global y limpiar los océanos y el aire. “En los propios genes de nuestro planeta se encuentran las respuestas a nuestros mayores desafíos y la clave de nuestra salvación”, comenta el doctor Rothberg.
¿Por qué en el mar?
Para Rothberg, la elección del océano para realizar sus investigaciones, es al igual que el espacio: una enorme frontera para la exploración humana. “Más del 90% de las especies en los océanos están sin descubrir”, agrega. “Esfuerzos anteriores para comprender la vida marina han llevado a increíbles avances médicos y científicos. Por ejemplo, un descubrimiento en la biología de los cangrejos herradura ha sido vital para que las vacunas contra el Covid-19 se fabriquen de manera segura”.
El investigador no duda de que los océanos contienen el conocimiento necesario para enfrentar los mayores desafíos de la humanidad, y a bordo de sus embarcaciones lo está logrando.