El constructor barcelonés Bravo Yacht Design Group, BYD Group presentó el Linx 30, su nuevo ténder fabricado en fibra de carbono.
BYD se asoció con BMComposites para desarrollar la embarcación de 9.48 m con doble casco, para el propietario de un yate de expedición de 63 m. Es una limusina deportiva para 10 invitados, personalizada con un módulo de aterrizaje playa la playa.
Los requerimientos del cliente eran de una nave amplia y abierta, con buena estabilidad, rendimiento y peso limitado. Lo requería para aterrizar en la playa con comodidad y contar con el sistema Wassp para escanear el lecho marino para detectar posibles peligros en áreas inexploradas.
Otra reto era el tamaño. Debía ocupar un espacio definido en el garaje auxiliar del yate nodriza y ser lo suficientemente liviano como para ser levantado por las grúas de la embarcación.
BYD preparó todos elementos de ingeniería y desarrollo, desde los bocetos conceptuales hasta la producción, utilizando una fresadora CNC controlada por computadora e impresión 3D, mientras que BMComposites se hizo cargo de la producción. El casco es una obra maestra técnica infundida en fibra de carbono súper liviana por BMC.
“Este proyecto requería una increíble atención a los detalles, satisfacer las necesidades de un equipo profesional y simplificar los mecanismos para reducir el mantenimiento. Todo tenía que estar contenido en un paquete integrado, bellamente diseñado y con un diseño completamente ergonómico”.
Tià Simó, arquitecto principal de BYD
Diseño finamente equilibrado
El Linx 30 se presenta con techo rígido y parabrisas plegadizos, para facilitar el almacenamiento. El empleo de láminas de compuestos de carbono mejora el comportamiento del ténder en la mar y brindan hasta un 40% más de velocidad con la misma potencia y consumo de combustible, al tiempo que aumentan la comodidad y la estabilidad. La tecnología de casco del catamarán de planeó con el soporte de hidroala que utiliza una gran lámina fija entre los dos cascos y dos pestañas de ajuste en la popa.
El Linx 30 es impulsado por un par de motores Yanmar de 250 hp, capaces de propulsar el barco a más de 40 nudos, con un tren motriz mucho más pequeño y liviano de lo que sería necesario para alcanzar la misma velocidad en un bote auxiliar convencional. No solo eso, sino que al especificar motores diésel Yanmar y jets Hamilton, BYD ha obviado la necesidad de almacenar gasolina explosiva en la nave nodriza.