A bordo

• En Marruecos las playas del Mediterráneo y del Atlántico y sus montañas y desiertos ofrecen una variedad de paisajes inolvidables. Para ingresar es necesario llevar el pasaporte válido durante seis meses desde la fecha de entrada en el país. Los ciudadanos españoles no requieren visado para entrar; sin embargo, en el caso de otras nacionalidades se recomienda consultar a la Embajada de Marruecos en el país.

• La estancia legal máxima que está permitida para los turistas es de tres meses, en caso de querer prolongarla se deberá dirigir a los servicios de policía en los ocho días siguientes a la llegada. No es obligatoria ninguna vacuna para viajar, aunque se recomiendan las que son contra el tifus, la hepatitis A y el tétanos si se viaja a zonas poco turísticas.

• El acceso a las mezquitas y a los lugares santos está prohibido a los no musulmanes, con algunas excepciones: Mezquita de Hassan II en Casablanca, Mausoleo de Mohammed V en Rabat, Mausoleo de Moulay Ismaïl en Meknès, Mausoleo de Moulay Ali Chérif en Rissani. Es recomendable aceptar el té a la menta en caso de ser ofrecido, ya que éste es símbolo de hospitalidad.

• Para cruzar el Estrecho de Gibraltar la opción más rápida es la que ofrecen las líneas de barcos rápidos a Tanger. Hay también barcos que salen de Algeciras a Ceuta. La moneda oficial es el dirham y se puede cambiar en bancos de dicho país según el valor internacional.

• El viajero deberá declarar ante las autoridades migratorias la suma de divisas que lleva; en caso de comprar moneda de ese país deberá guardar el comprobante de la transacción. Existe un mecanismo de cambio a la salida de los aeropuertos donde podrá cambiar el sobrante de dirhams.

 

 

Tesoros

• El Reino de Marruecos se encuentra bañado por el océano Atlántico y por el mar Mediterráneo. Es un país africano que está separado de Europa por el Estrecho de Gibraltar y que linda por el este con Argelia, por el sur con el Sahara Occidental y por el norte con España, país con el que comparte tanto fronteras marítimas como terrestres.

• El corazón de Marruecos es un misterioso paisaje surrealista y hermoso, justo donde nace el Desierto del Sahara. Es un mundo de fortificaciones, pequeñas casas, castillos bereberes como el de Kasbah. Sin duda visitarlo y vivir una bella experiencia no tiene precedentes.

• El Jardín Majorelle es un jardín botánico, creado en la década de 1920 por los artistas franceses Jacques y Louis Majorelle. Rodeados de murallas, los bellos jardines, las piscinas, los cactus gigantes, los bambúes, los cocoteros y los plátanos contrastan con los tonos azules de los caminos, pabellones y muros. Este maravilloso lugar es en la actualidad el Museo de Arte Islámico.

• El Valle de Dades se conoce como "El País de los Higos" o "País de las Fechas", es un lugar que se puede definir como de fantasía gracias a sus fascinantes paisajes lunares, variedad de colorido, mucha vida y una extraordinaria formación de rocas. De esta zona destaca la nieve y el desierto, que le dan un contraste único y especial. Aquí se encuentran innumerables kasbah, que fueron construidos siglos atrás por los bereberes para protegerse de los invasores de la época.

• Errachidia se ubica al sur del Atlas medio y al norte del Desierto del Sahara, es una auténtica ciudad marroquí. Destaca por estar ajena a las influencias extranjeras que han modificado el resto del país. Su paisaje y vistas hacia el desierto permiten observar la interesante flora y fauna del lugar. Es posible visitar los lagos y valles, y llegar a los espectaculares geysers de Zic Gorges.   

 

 

Texto: AMURA ± Foto: Patrick Monney.