Bor­deaux es un puer­to flu­vial cer­ca­no al mar que bri­lla en el atar­de­cer. Las ele­gan­tes fa­cha­das de los edi­fi­cios que se ali­nean a lo lar­go del mue­lle se ador­nan de fi­gu­ras, las fle­chas de las igle­sias re­tan el cie­lo y en su in­te­rior los ca­lle­jo­nes lle­gan a unas pla­ci­tas. Los gran­des bar­cos atra­can en su lar­go mue­lle, las ma­ri­nas aco­gen a ve­le­ros y ya­tes. 

 

Texto: Patrick Monney ± Foto: Patrick Monney.