Un lugar que lo tiene todo
Para la mayoría de los mexicanos “the Hamptons” es un lugar del que muchos no han oído hablar e incluso menos han tenido la oportunidad de visitar. Para aquellos que vivimos en los Estados Unidos, la mayoría tenemos una imagen por lo que hemos visto en películas, televisión y las últimas revistas de celebridades. Sin embargo, tomar una semana de vacaciones en esta especial comunidad es la mejor manera de descubrir lo que guarda.
Día 1- Viajando a The Hamptons
Localizado en el Este de Long Island, los “Hamptons” se encuentran a casi 100 millas del Este de la ciudad de Nueva York. Si usted viene directamente de la ciudad de México, la mejor manera de llegar a los Hamptons es volar al aeropuerto JFK de Nueva York, ya que es el aeropuerto internacional más cercano. Desde allí puede tomar el Long Island Railroad (LIRR), el Hampton Jitney bus, o cualquier servicio de automóvil. Considere que esta parte del viaje tomará dos o tres horas. Los visitantes más pudientes, incluyendo a aquellos que tienen una segunda casa en este lugar, viajan a los Hamptons por helicóptero, llegan a helipuertos en Southampton Village, o pequeños aeropuertos en East Hampton o Montauk. Este modo de viaje toma menos de una hora.
Como sea que decida llegar, la mejor manera y las más sencilla es ver los Hamptons en auto. Hay paradas públicas de autobús en el centro de cada ciudad en South Fork de Long Island, así como en Southampton, East Hampton y Bridgehampton. Sin embargo, los autobuses no están en servicio durante la noche; no pueden llevarlo a las playas, cerca de las mansiones o cualquier otro sitio no localizado cerca del área del centro. Hay varios espacios de los Hamptons que están esparcidos en zonas rurales. Hay varias compañías de autos con los cuales puede solicitar un servicio para que vayan por usted, sin embargo, son demasiado costosos y no son prácticos al ser usados varias veces al día. Usualmente proveen transportes en las paradas de autobús, el aeropuerto o servicios de renta de autos.
Es posible que usted pase su primer día viajando, por ello querrá empezar temprano e incluso puede tomar en consideración repartir su viaje y pasar un par de días en la ciudad de Nueva York. Alternativamente, si usted ya se encuentra dentro de los Estados Unidos, hay un aeropuerto en Islip, Nueva York, a una hora al Este de los Hamptons, mismos que brindan llegadas y partidas comerciales que vuelan al interior de los Estados Unidos.
Aunque no existan grandes hoteles con franquicias en el área, los Hamptons tienen varias instalaciones privadas que dan alojo durante plazos pequeños o extensos. Las cuales que incluyen hoteles, cabañas y bed-and-breakfast. Mansiones privadas también pueden ser adquiridas para quedarse más de dos semanas o bien, de manera mensual durante los meses de junio, julio y agosto. Esto resulta bastante común durante el verano, cuando muchos visitantes llegan a los Hamptons.
Día 2 - Playas
Si es que no ha hecho una investigación previa sobre cosas que puede hacer o ver, uno de sus primeros pasos deberá ser la Cámara local de Comercio. Localizada en el área del centro de Southampton, East Hampton, Sag Harbor y Montauk, este tipo de organizaciones son fuentes de información que ayudan a adquirir mapas, guías, tours e inclusive souvenirs. Compuesto de negocios locales, la organización de la Cámara de Comercio también distribuye directorios donde puede encontrar direcciones de vendedores de productos y servicios que puede llegar a necesitar durante su estadía.
Si usted se encuentra aquí por vacaciones de verano, muchos visitantes inician su día con un recorrido por la playa. Mientras más temprano mejor, ya que las playas son altamente concurridas a partir del mediodía y es de manera seguida que los pases para entrar se agotan, estos cuestan entre $20 y $40 dólares por automóvil, dependiendo la playa. Si usted decide dejar a los niños sin estacionarse, no debe pagar este pase.
A diferencia de las playas mexicanas, en los Hamptons no hay sillas, rentas de cabañas o personal que le sirva. Sin embargo, todas las playas tienen servicio de sanitario y pequeñas regaderas cerradas para quitar el agua salada. Sólo dos playas, Main Beach en East Hampton y Cooper´s Beach en South Hampton tienen concesiones. Sin embargo, el resto tiene al menos un camión que vende tentempiés, sodas y helados.
Aquellos que vayan a las playas han de elegir ciertos días para visitar las costas arenosas de los Hamptons, o pueden ir cada mañana para después pasar el día de compras, viendo sitios de interés o ir a pasar una noche de fiesta. Generalmente hay dos tipos de playas, dependiendo en el tipo de cuerpo de agua que usted prefiera. Mientras los Hamptons son conocidos por sus mares, la región también es casa de numerosas bahías que tienen menor oleaje, menos nadadores y son fantásticos para la familia. Algunos lugares, como la playa de Bridgehampton, W. Scott Cameron, tienen acceso tanto al océano Atlántico como a la bahía de Mecox.
Sin importar de qué tipo elija visitar, el mejor momento para ir es durante las mañanas de los días entre semana. Algunas playas no venden pases de visitante los fines de semana e ir temprano asegura un mejor lugar de estacionamiento y un buen sitio en la arena. Si usted planea quedarse por un par de semanas o más, será efectivo adquirir un pase de no residente durante la temporada, el cual le dará acceso a varias playas y una mayor flexibilidad de tiempo en los que desea de visita. Otra opción es preguntar a su hotel si tienen este pase estacional disponible. Estos establecimientos frecuentemente compran pases de propiedades, los huéspedes pueden tomarlos prestados por el día.
Día 3 – Southampton
Debido a que the Hamptons se extiende por varias comunidades, aquellos que la visitan por un corto período sacarán más provecho de su estadía si eligen un lugar que visitar al día, para después ir a otro, o regresar al área de su hotel o casa y hacer las actividades correspondientes.
Cualquier comunidad que quiera visitar primero, Southampton Village es una parada obligatoria de los Hamptons. Este lugar era un gran distrito de negocios, calles residenciales tranquilas, hermosos parques, lugares históricos, excelente comida y casas elegantes en los vecindarios más exclusivos, como Meadow Lane y Gin Lane.
Si usted aún no lo ha hecho, o se está quedando en un hotel en el pueblo, es un excelente momento para visitar Cooper’s Beach. Pese a que es altamente concurrida durante los fines de semana, es más agradable. También puede hacer una parada en el recién construido y resituado Parrish Art Museum, el cual fue fundado en 1898 y alberga de manera permanente la historia de las artes de las colonias más influyentes en América.
A la hora del almuerzo, usted podrá disfrutar de todos los restaurantes que hay en los alrededores. Si no busca un lugar en donde sentarse a comer, puede pedir algo rápido en Golden Pear Café, Job’s Lane Deli o Paul’s Restaurant, y pasear en Agawam Park para un picnic junto al río. Cabe destacar que el parque es una pieza central del pueblo, tiene hermosas vistas del lago Agawam y es hogar del Southampton’s war memorials y el parque de niños. El “green” es también un lugar popular para conciertos durante las tardes de verano.
Después del almuerzo, un paseo por el pueblo para hacer compras y turismo es una parte indispensable de cualquier viaje a Southampton. La mayoría de todo se encuentra a lo largo de las calles que forman un cuadrado compuesto por Main Street, Jobs Lane, Hill Street, Windmill Lane y Nugent Street. Al trazar la ruta, encontrará panaderías, heladerías, una tienda de puros de alta gama y muchas boutiques que venden ropa, muebles y otros productos.
Otra cosa a tener en cuenta es que Southampton Village es rica en historia. El asentamiento inglés más antiguo en el estado de Nueva York fue Southampton, fundada en 1640. El Museo de Historia de Southampton, Meeting House Lane y el Thomas Halsey Homestead en South Main Street será su enlace a este fascinante pasado. Y si usted está interesado en el tiempo antes de la llegada de los colonos, no deje de visitar el Centro Cultural de la Nación y el Museo Shinnecock. En cuanto a los pueblos algonquinos que llegaron mucho antes que Cristóbal Colón, los Shinnecocks son excepcionales en los Estados Unidos, dado que la mayoría siguen viviendo en sus tierras ancestrales, en lugar de una reserva que es propiedad del gobierno. Debido a que el museo y otras tiendas se encuentran en las tierras tribales, muchos artículos, especialmente los cigarrillos, se pueden comprar libres de impuestos.
Para obtener más información sobre cada uno de estos lugares, y lo que el pueblo tiene para ofrecer, pase por la Cámara de Comercio de Southampton en 76 Main Street para obtener más información.
Día 4 – East Hampton y Montauk
A pesar de que no tiene tanta historia como otras “colonias de verano” para las tradicionales familias más adineradas de los Estados Unidos, East Hampton ha sido un destino popular para celebridades de temporada, propietarios de casas de veraneo, y lo que los franceses llaman “nouveau riche” (nuevo dinero). Además de sus playas, especialmente la playa principal al sur del pueblo, los visitantes acuden al oriente de los Hamptons por sus restaurantes de moda, múltiples galerías de arte y un número mucho mayor de boutiques de las que se pueden encontrar en Southampton.
Debido a su pequeño tamaño, pasar el día en East Hampton Village será lo más apropiado, a menos que usted esté planeando hacer un montón de compras. Casi toda la actividad se concentra a lo largo de Newtown Road y Main Street (Montauk Highway), con algunas tiendas adicionales y restaurantes en North Main Street. Si termina antes de lo que esperaba, y las compras no es su actividad preferida, a sólo a unos 10 kilómetros más se encuentra Montauk. No solo es el “final”, sino que es el punto más oriental del estado de Nueva York, pero es también el hogar del histórico faro de Montauk. Mandado a construir por el primer presidente de Estados Unidos, George Washington, en 1792, la visión de Long Island y el Océano Atlántico por tres lados hace que la subida de 110 pies valga la pena. Le recomendamos hacerlo hacia el final del día, ya que usted encontrará que la vida nocturna de Montauk le espera en el Sloppy Tuna, Point Bar and Grill, y Puff n’ Putt, que es un centro familiar de golf en miniatura. En el camino, o de regreso, el rollo de langosta en el Napeauge Stretch es un sitio de mariscos excelentes que también ofrece todo tipo de almuerzos o cenas internacionales.
El día ideal en East Hampton podría tomar varias formas, dependiendo de donde usted se encuentre y lo que son sus intereses. Si ir de compras es una prioridad en la lista de “cosas por hacer”, un desayuno en Babette, The Golden Pear o el Café de John Papa es la manera de empezar. Esto puede ser seguido por la entrada y salida de las tiendas en las inmediaciones, que venden principalmente ropa femenina. Hay otros establecimientos que venden ropa de hombres de gama alta, una tienda de surf, locales especializados en accesorios y tiendas de decoración para el hogar. Para aquellos que tengan ánimo de explorar un poco y tengan acceso a un automóvil, es fácil entrever algunas de impresionantes casas de la zona a lo largo del océano y la bahía. Justo al sur de la carretera de Montauk, en dirección al Este a lo largo Dunemere, usted puede ver las casas de celebridades como Jerry Seinfeld, y el exclusivo Madistone Club, uno de los clubes privados más antiguos de Estados Unidos. Diríjase hacia el oeste a lo largo de Lily Pond Lane, Apaquogue Road y Georgica Road, y usted estará en los barrios de las residencias más sobresalientes, como los hogares de Jacqueline (Bouvier) Kennedy, Steven Spielberg , Calvin Klein, y el ex director general de Pam-Am Juan Trippe.
East Hampton también puede ser el lugar para una muy agradable noche fuera. Si usted está coronando una tarde de compras, un día en la playa o en busca de recapitulación a otro lugar, los restaurantes de la más alta calificación incluyen Nick & Toni, Cittanuova, East Hampton Grill, Rowdy Hall, La Palma, y 1770 House, por nombrar algunos. Un poco más lejos, al noreste del pueblo, se pueden encontrar excelentes vistas al agua en establecimientos como Harbor Bistro y East Hampton Point a lo largo de Three Mile Harbor Road. Estos restaurantes también sirven el almuerzo.
También se puede iniciar o concluir la noche yendo a un espectáculo en el Guild Hall’s John Drew Theater. Desde su creación en 1931, este escenario histórico ha acogido a los verdaderos “quién es quién de las luminarias teatrales del siglo XX y continúa entreteniendo al público con una variedad de espectáculos durante todo el año. En junio, el teatro va a celebrar los 42 años de la danza y la cultura.
Día 5 – Bridgehampton y Water Mill
Pese a su pequeño tamaño, Bridgehampton y Water Mill también son comunidades bastante populares que usted puede visitar durante su estadía en los Hamptons. Aunque usted los haya visto mientras conducía o durante su visita a Mecox, Scott Cameron, o Flying Point Beaches, ambos son dignos de atención -incluso si quiere pasar un poco de tiempo aventurándose en las tiendas o deteniéndose a comer algún tentempié-. World Pie sirve comida a altas horas de la noche y está abierto más que cualquier otro restaurante en los Hamptons y Bobby Van’s, cruzando la calle sirve de los mejores cortes de carne en la nación. Si es temprano y usted busca un simple desayuno o almuerzo, no se olvide de Candy Kitchen.
Además, ambas áreas ofrecen excelentes oportunidades para comprar antigüedades, muebles para el hogar y prendas de vestir de alta calidad, así como para ver los sitios históricos, como el molino de viento de Bebee y Milicia Green sobre Ocean Road (Bridgehampton) y el Museo del Molino de Agua. Construido en 1644, este último es el hogar del más antiguo molino de accionamiento hidráulico del Estado de Nueva York. Los niños pueden asistir a una “sesión de fresado” y llevar a casa una bolsa de grano libre.
Situado a pocos kilómetros de distancia, la mayor parte de la actividad en Bridgehampton y Water Mill se centra alrededor de Montauk Highway, que actúa como la calle principal de ambos lugares. Si es el último día de su viaje, y todavía no lo ha visto tampoco, su ubicación hace que sea fácil parar en el camino saliendo de la ciudad. Incluso si usted está tomando el autobús de vuelta al aeropuerto, el Hampton Jitney tiene paradas en ambas ubicaciones.
En conclusión, si bien siempre hay más que hacer, y los Hamptons son un lugar para que la gente vuelva una y otra vez, un itinerario como este le llevará muy cerca de “ver todo”.
Texto: Ryan Horn from the Tourist board of the Hamptons ± Foto: ENZO MR / THE PINNAAC / ROB SNEIDER / WPD / SOUTH FERT / NYC GO / BROWN HARRIS / J YUNG / CLARK V / SOUTH FERT / FLICKR