{socialbuttons}
Gran capital con sabor a pueblo andaluz, tumulto de gente al estilo gallego o asturiano, bloqueada entre las dos Castillas con color del levante, Madrid es una joya que vale descubrir en sus más mínimos rincones. Madrid es un revoltijo de flamenco y jota, una faena de fiestas y bares, un cocido de culturas y un encuentro de olores a España. Madrid es único y siempre nos recibe con el color de su tierra quemada en el sur y sus bosques al pie de la Sierra Norte, en el corazón de España, como la reina de la gran variedad española.
1era noche
Caminamos por la famosa Gran Vía, esa famosa avenida construida entre 1910 y 1930 delimitada por hermosos edificios y que vibraba antiguamente con sus teatros y restaurantes. Nos detuvimos en el famoso El Tigre, un bar de tapas y cañas (calle Infantas 30) y degustamos el chorizo al infierno, las patatas asadas, las croquetas, la tortilla, el jamón serrano. El ambiente de voces altas, risas y empujones, de olor a chorizo y paella llenaba el lugar, una verdadera inmersión en el auténtico Madrid. Pasamos la plaza de Cibeles para admirar la hermosa fuente que fue construida en 1782 y que representa a la diosa Cibeles, símbolo de la tierra, agricultura y fecundidad, sobre un carro tirado por leones. Reina sobre la plaza delimitada por los elegantes edificios del Palacio de Buenavista, Palacio de Linares, Palacio de Comunicaciones y el Banco de España.
Seguimos por el Paseo del Prado y visitamos el museo Thyssen-Bornemisza para admirar la colección permanente que es un verdadero recorrido por el arte, desde el siglo XIII hasta las postrimerías del siglo XX, con mil obras expuestas.
Pasamos por la majestuosa Puerta de Alcalá, construida por Carlos III en el lugar donde existía una puerta abierta en la muralla. Esa puerta triunfal fue terminada en 1778 al estilo de un arco de triunfo romano y es un monumento emblemático de Madrid. Regresamos entonces al vagabundeo de las calles, descubriendo las tiendas de la Gran Vía, recorriendo la Fnac para comprar libros y discos, y llegar a tiempo al Teatro Real en la Plaza Oriente, frente al Palacio Real donde disfrutamos una fabulosa presentación de Tosca de Puccini. Tras haber sido cerrado mucho tiempo, se ha engalanado con una soberbia restauración entre 1991 y 1997, y todavía luce su decorado original de 1850 al estilo italiano.
Salimos del teatro como si estuviéramos flotando dentro de la música y nos fuimos directamente a cenar a Lhardy. Ese reconocido restaurante abrió sus puertas en 1839 por Emilio Huguenin. Tras 172 años de buena cocina, Lhardy sigue consintiendo a sus comensales.
Finalmente dimos un paseo por el barrio de Chueca donde el ambiente se desborda en las calles, los bares se llenan todavía a esas horas avanzadas de la noche. Parece que el barrio nunca duerme y eran las 3 de la madrugada cuando regresamos al hotel, extenuados.
2da noche
Desayunamos en uno de los bares del Callao, unos churros y porras con un café con leche tradicional y alcanzamos el Monasterio de las Descalzas Reales, monasterio de monjas Clarisas franciscanas descalzas, fundado en 1559 por Juana de Austria. El monasterio alberga en su interior unas magníficas obras de arte que se pueden descubrir y el claustro destaca por sus arcos y sus tapices mientras la escalera principal luce unas pinturas fabulosas. Pasamos por la iglesia de San Ginés de Arles, donde destaca la Capilla del Santísimo Cristo de la Redención con su cúpula adornada con los frescos de José Sánchez. Villamandos.
Siguiendo nuestro camino, descubrimos el Palacio del Marqués de Gaviria que se inauguró en 1851 con fastuosos salones; la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen; la Real Casa de Aduana; la iglesia de las Calatravas del siglo XVII; y el Palacio del Marqués de Miraflores. Pasamos por la famosa Puerta del Sol adornada por el legendario anuncio de Tío Pepe, la estatua del Oso y el Madroño, la Real casa de Correos que luce el reloj que marca las 12 campanas del año nuevo, la Casa Diego que vende los mejores abanicos desde 1858 y la estatua ecuestre de Carlos III.
Seguimos nuestro paseo callejero por la calle de la Pasa, admirando los edificios antiguos que adornan el rumbo: el Ayuntamiento de Madrid; el Palacio Arzobispal; la iglesia Pontificia de San Miguel; el Palacio del Cordón; y la Casa Palacio del conde de Miranda.
Recorriendo las calles de Piamonte, Almirante, Conde de Xiquena o Bárbara de Braganza, descubrimos las tiendas de Jesús del Pozo, La Baccana para comprar Just Cavalli o Galliano, Elsa Bracci, Zadig & Voltaire, y Marc Jacobs.
En la noche cenamos en La terraza del Casino para degustar la cocina de Paco Roncero y Ferran Adriá como asesor gastronómico y disfrutar de los mejores vinos recomendados por María José Huertas, mejor sommelier española en 2005. Saliendo de comer paseamos de nuevo por el muy animado barrio Chueca y su ambiente de bares, tapas, coctelerías, y gente platicando en las calles.
3era noche
Caminamos directamente al Palacio Real para visitarlo temprano, descubriendo ese suntuoso palacio que reina donde se alzaba el alcázar de los musulmanes. Después de admirar las fachadas con sus ventanales, balcones y pilastras, descubrimos el patio central y finalmente algunos de los 30 salones principales: el Salón del Trono con su bóveda pintada por Tiepolo en 1766, su mobiliario de talla dorada de la época de Carlos III, los leones de bronce que flanquean el dosel del trono; la Cámara del Rey; la Sala de Porcelana creada por la fábrica del Buen Retiro; el Salón de los Espejos con sus inmensos espejos; el Comedor de Gala y las Galerías que presentan las pinturas de grandes pintores como Juan de Flandes, Caravaggio, Velásquez y Goya. Terminamos nuestra visita con el Campo Moro o jardines del Palacio y la Real Armería que conserva una impresionante colección de armas y armaduras.
Pasamos por las calles donde se encuentran muchos buenos restaurantes, visitamos la Parroquia de Santiago y San Juan (Plaza de Santiago), las dos parroquias más antiguas que hubo en Madrid en un edificio que data de 1814.
Tomamos un taxi para llegar al museo Sorolla, ese gran pintor valenciano que alcanzó una gran popularidad con sus pinturas costumbritas y retratos. El museo se alberga en su casa y visitamos sus estudios y habitaciones para admirar algunas de sus más famosas obras como el retrato de su esposa e hijos, Moro con Naranjas, Alcázar de Sevilla, Catedral de Burgos, La Siesta y la Violetera.
Con la cabeza llena de imágenes que nos habían hecho vibrar gracias a la luz mágica de sus pinturas, nos fuimos a comer en uno de los restaurantes más famosos de Madrid, Ramón Freixa Madrid, para degustar la cocina vanguardista de ese chef catalán.
Con el cuerpo lleno de los sabores y olores de esa fastuosa cocina, entramos al museo Reina Sofía por el edificio Nouvel para descubrir un gran espacio dedicado al arte contemporáneo: obras de Dali, Miró, Picasso, Oskar Schelemmer, Juan Gris y la exposición temporal de Maja Bajevic con su revisión poética de las fracturas sociales e históricas.
Después nos fuimos al Santceloni para degustar la galardonada cocina del chef Óscar Velasco que se apega al legado de Santi Santamaría que creó el restaurante Can Fabes y escribió varios libros.
Para terminar la noche y conocer el ambiente de festejo de la ciudad, nos fuimos al Kapital, la conocida discoteca de siete plantas con diversos tipos de música y un ambiente fabuloso.
4ta noche
Tomamos un coche muy temprano en la mañana y nos dirigimos a Alcalá de Henares, a 31 km de Madrid, famosa por su universidad, que visitamos al llegar con sus hermosos patios y sus salones, especialmente en el cual se entregan cada año los premios Cervantes. La gótica iglesia Magistral nos sorprendió por su belleza y elegancia. Descubrimos la casa natal de Miguel de Cervantes que data del siglo XVI, típica casa española del Siglo de Oro, el Corral de Comedias de Alcalá (uno de los teatros más antiguos de Europa construido en 1601), el Hospital de Antezana, el Palacete-Hotel Laredo, actualmente Museo Cisneriano, donde admiramos una edición original de la Biblia Complutense, La biblia de Amberes. La ciudad luce sus elegantes edificios y jardines como los restos de la antigua ciudad romana Complutum y de la ciudad árabe como la muralla.
Visitamos la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que domina la plaza, mezcla de estilos gótico, plateresco, renacentista y barroco que alberga un estupendo retablo que luce en su centro el cuadro de la Asunción de la Virgen pintado por Francisco Goya en 1812. Descubrimos la alzada Torre del Reloj, el castillo de los Condes, el convento de las Clarisas con su claustro de dos pisos, la ermita de San Antón, y la barroca ermita de San Roque.
Finalmente llegamos a tiempo para visitar el palacio de Aranjuez, en ese encantador pueblo atravesado por los ríos Tajo y Jarama. En su interior descubrimos sus hermosos salones e impresionante colección de pinturas, y nos sedujeron especialmente la Sala China con su decorado exótico, el Gabinete de Porcelana y la Sala de los Espejos. La colección de vestidos de reinas es hermosa así como la colección de carruajes.
A la hora de cenar nos instalamos en el famoso restaurante El Rana Verde, el más famoso de toda la comarca.Ya entrando la noche nos regresamos a Madrid para dar una vuelta por los bares y tomar las últimas copas: La boca del Lobo; Cardamomo; Cock; Aeria Chill Out con su decorado Chillout-arabic y una música muy agradable; Honky Tonk Café con su ambiente relajante; El Confidencial que es un antiguo palacete renovado en bar glamoroso, y terminamos en El Plaza Jazz Club.
5ta noche
Después de desayunar nuestras porras y el café con leche, nos lanzamos en una larga visita al Museo del Prado donde pasamos toda la mañana con las grandes obras de la pintura española e internacional.
Seguimos con una visita a la impresionante galería de cristal del Palacio de Cibeles y el mismo palacio con sus espacios culturales y exposiciones. No nos podíamos perder el Matadero Madrid, ese nuevo centro de creación contemporánea, antigua matadero reconvertido en espacio cultural, conservando su arquitectura madrileña del siglo XX y que alberga varias actividades culturales.
Nos fuimos al barrio de Salamanca para deambular en la calle Serrano que luce un nuevo aspecto con los más elegantes escaparates y aceras amplias, una Milla de Oro al estilo de una pasarela de moda ubicada entre maravillosos edificios del siglo XIX. Descubrimos las tiendas de Ágatha Ruiz de Prada, Carolina Herrera, Chanel, Gucci, Loewe, Louis Vuitton, Miu Miu, Manolo Blahnik, la tienda Isolée que presenta diferentes marcas, el centro comercial, así como las joyerías Rabat, Suárez, Cartier y Tiffany. Para descansar un poco nos instalamos en Estado Puro para gozar de unas deliciosas tapas del chef Paco Roncero que conserva la tradición de las tapas hasta perfeccionarlas.
No podíamos dejar Madrid sin ver una zarzuela y fuimos a ver la excelente obra “Vamos de Verbena” en el teatro Prosperidad, un espectáculo musical compuesto de fragmentos de Zarzuelas como “Agua, Azucarillos y Aguardiente”, “La Verbena de la Paloma”, “La Revoltosa” o “La gran Vía”.
Finalmente cenamos en Sergi Arola Madrid, uno de los cocineros más prestigiosos de España, donde Arola nos invita a descubrir la complejidad del mundo sensorial y de los deseos del paladar. Fue un verdadero placer gracias a la delicadeza de los platillos, acompañado por vinos delicados españoles y el ambiente refinado.
Madrid es una verdadera fiesta perpetua popular, cada bocado que probamos es un manjar, cada museo que visitamos es una joya, cada calle que abordamos es un tesoro con pasado, cada plaza luce con sus hermosos edificios y sus alrededores son encantadores. Madrid bien merece una larga visita, bien vale una Zarzuela, bien satisface a los más aventureros y ansiosos de cultura, bien provoca las más fuertes emociones.
Texto: Patrick Monney ± Foto: Patrick Monney, E. M. Promoción de Madrid, SA. Paolo Giocoso, Elena Almagro, Mario Martín