Tres ciudades suizas, Ginebra, Montreux y Gstaad, incorporan parte de la esencia de lo que puede esperar el viajero exigente.
Ginebra, Montreux y Gstaad representan un atractivo triángulo suizo al simbolizar cada una, de manera independiente, la paz, la música y estilo de vida. Las tres tienen sus encantos, todas cautivan a los trotamundos con infinidad de atracciones.
Las dos primeras, Ginebra y Montreux, están en los extremos del lago Lemán, y Gstaad se ubica a 60 km de la segunda. Visitarlas es conocer parte de la esencia de Suiza: por un lado disfrutar de una ciudad cosmopolita y moderna como Ginebra, sede de organismos mundiales; vivir intensamente la música en Montreux, mientras que Gstaad es anfitrión de las celebridades, en combinación con apacibles paisajes de los Alpes.
Ginebra
La ‘metrópoli más pequeña del mundo’ o la ‘capital de la paz’ –por ser la sede central de la Cruz Roja y la oficina europea de la ONU–, son algunas de las distinciones de Ginebra, la ciudad anfitriona del mayor número de organizaciones internacionales –más de 200– y de los exclusivos fabricantes de relojes.
Aparenta ser únicamente una urbe glamorosa –que lo es–, pero sin perder su encanto de ser la puerta de entrada a los Alpes suizos, con el Mont Blanc de fondo, es ideal para transitarla a pie. Ubicada a orillas del lago Lemán, donde se levanta a más de 140 m el Jet d’Eau, Ginebra tiene a corta distancia parques y montañas para ser recorridos. En la gastronomía, ofrece desde bistrós de barrio hasta restaurantes merecedores de estrellas Michelin.
El Jet d’Eau, uno de los atractivos más fotografiados de Ginebra, fue creado originalmente como un limitador de presión del agua destinada a la maquinaria utilizada en la fabricación de la joyería; en 1891 se decidió aumentarle la potencia y colocarle una iluminación, convirtiéndose en una fuente, símbolo de la ciudad, al lanzar 500 litros de agua del lago por segundo y un peso de cinco toneladas, a una velocidad de casi 200 km/h.
Un recorrido en el lago Léman, el mayor de Europa Occidental, es a bordo de un mouette (gaviota), que son taxis acuáticos que transportan a los visitantes y locales de una orilla a otra; para otra experiencia marítima, hay embarcaciones que ofrecen cruceros a lo largo del lago.
Arma tu reloj
En la cuna de la relojería, donde los selectos consorcios tienen sus oficinas y centros de formación, no podría faltar el armar tu propio guardatiempos, y eso ocurre en el taller de relojería Initium, para una iniciación en el mundo de los cronómetros mecánicos. Armado de destornilladores y pinzas milimétricas, el participante puede ponerse manos a la obra y, con gran delicadeza, ensamblar el mecanismo de un cronómetro bajo la experta dirección de talentosos maestros relojeros.
Para un paseo cultural, en temporada, el Grand Théâtre se convierte en escenario de artistas de renombre internacional; otra visita es al Museo Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y la Fundación Martin Bodner, un moderno edificio diseñado por el arquitecto Mario Botta, que alberga más 150,000 ejemplares procedentes de las bibliotecas privadas más grandes del mundo, algunos impresos antes de 1500. Destacan un tomo de la Biblia de Johannes Gutenberg y antiguas tablas con caracteres cuneiformes, papiros griegos y coptos.
La cuna de la alta relojería cuenta con el Musée International de l’Horlogerie, con una colección de más de 4,500 modelos de distintas épocas, y el Patek Philippe Museum, un viaje de 500 años que invita a descubrir los orígenes de la cronometría.
También está el MAMCO (Musée d’Art Moderne et Contemporain), que, desde su apertura, ha albergado 450 muestras, con obras de los años 60 hasta la actualidad. Este museo ha 'contagiado' al barrio donde se ubica y tres veces al año en celebran la Nuit des Bains –llamada así por haber sido anteriormente una zona dedicada a los baños–, convirtiéndose hoy en una gigantesca galería. Otro sitio es el Museo Etnográfico de Ginebra, digno ganador del premio EMYA, como el Mejor Museo Europeo del Año, con una exposición permanente de más de mil objetos procedentes de los cinco continentes.
Conoce los viñedos
Como parte de las experiencias, visita los viñedos de Ginebra a bordo de una bicicleta eléctrica para saber de un lado poco exhibido de Suiza como es la industria vitivinícola, sin dejar pasar una degustación. ¡Ah!, y no olvides paladear las trufas, bombones y demás exquisiteces del multipremiado chocolate suizo.
En el Englischer Garten está el Horloge Fleuri, un enorme reloj ornamentado con flores, que simboliza que se está en la ‘capital del tiempo’. También está la Catedral Saint Pierre, que tuvo una fase inicial de construcción en 1160 y casi un siglo después abrió sus puertas; sube las escaleras hasta la punta de la torre y obtendrás como premio una vista panorámica de 360° de la ciudad y el lago.
El personal de la guía Michelin estuvo muy activo en el área de Ginebra, y colocaron 49 restaurantes ginebrinos en su lista, incluido Domaine de Châteauvieux, poseedor de dos estrellas Michelin y ocho más –Il Lago, La Chaumière by Serge Labrosse, Le Cigalon, Le Flacon, Tosca, L’Aparté, Le Chat-Botté, Bayview by Michel Roth, este último con una estrella Michelin–.
Al llegar la primavera, Bains des Pâquis es ideal para deleitarse los placeres de un spa o un hammam, o simplemente tomar el sol y nadar en el lago Léman, en la Plage des Eaux-Vives, ambos cercanos al Jet d’Eau. Un poco más alejado, en Quai de Cologny, están un par de construcciones sostenibles, hechas de roble suizo; se trata de una plataforma circular con un diámetro de 40 m que semeja ser una isla flotante, y un puente de 45 m, ideal para admirar las vistas del lago.
Hospedaje suntuoso
La oferta de la hospitalidad de lujo es variada, e incluye a las afamadas cadenas como el Four Seasons Hôtel des Bergues Ginebra, Fairmont Grand Hotel Ginebra, Hotel Beau-Rivage Ginebra, Hôtel d’Angleterre, Mandarin Oriental Ginebra, The Ritz-Carlton Hotel de la Paix, Ginebra, InterContinental Ginebra, The Hamlet, Hotel Metropole Ginebra y The Woodward, Hôtel de la Cigogne.
De ellos, sobresale La Réserve Genève Hotel, Spa y Villa, ubicado en cuatro hectáreas, a orillas del lago Léman; ofrece cinco restaurantes, entre ellos Le Tsé Fung, favorecido con una estrella Michelin, Le Loti y el restaurante del spa, Le Café Lauren. La atención al viajero es complementada con el Spa Nescens, de 2,500 m2, y un menú con tratamientos antienvejecimiento, osteopáticos, nutricionales y estéticos.
Para las compras, en la avenida du Rhône, se dispone de las principales boutiques de los diseñadores más reconocidos, con sus colecciones más recientes, así como de alta joyería y relojes. También está la vía du Marché, donde se sitúa Bongénie, un almacén de siete pisos, con marcas exclusivas, y du Mont-Blanc, con productos suizos de alta gama.
Con una atmósfera multicultural, Ginebra cuenta con restaurantes, tabernas y bares para deleitarse de la gastronomía local; al igual que galerías de arte y tiendas de antigüedades, sin olvidar que a pocos minutos está enclavada Carouge, una localidad con dos siglos de historia, que conserva el encanto latino-mediterráneo que le impusieron los arquitectos italianos encargados de diseñarla.
[photo url="/images/articles/146-gstaad-ginebra-y-montreux/040-gstaad-geneva-and-montreux/047-la-estatua-de-freddie-mercury" album="0000" caption="La estatua de Freddie Mercury en la orilla del lago Lemán, en Montreux. keyword="Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Gstaad,Geneva,Montreux"][/photo]
Montreux
Los paisajes idílicos de Montreux han seducido a artistas y escritores, como Freddie Mercury, quien vivió ahí por temporadas. Fue tal su enamoramiento por la ciudad, que en la portada de su último disco con Queen –Made in Heaven–, grabado en Montreux, aparece la estatua que fue erigida en su honor a orillas del lago Léman. Inspirado por el lugar, el músico Prince compuso la canción Lavaux dedicada a los viñedos del mismo nombre, cercanos a Montreux.
Estos viñedos, ubicados en 800 hectáreas, considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, están localizados entre los Alpes y el bosque, y su microclima mediterráneo ha permitido el crecimiento de las vides de las bodegas productoras. Para saber de las casas vitivinícolas, existe una ruta de 32 km para recorrerla en bicicleta, dividida en siete circuitos, con paneles informativos. No pierdas la oportunidad de presenciar el proceso de creación del vino y al final asistir a una cata en una cava local.
Seas o no fan de Queen, bien merece ser conocido Queen: The Studio Experience, un museo montado en lo que una vez fue el Montreux Mountain Studio, donde la banda grabó seis discos. La exposición muestra numerosas piezas entre manuscritos originales de las letras de las canciones e instrumentos musicales. El atractivo principal es el estudio ocupado alguna vez por Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon.
A un lado de los Montreux Mountain Studio está el Casino Barrière en Montreux, con 10,000 m2 de espacio consagrado al entretenimiento con máquinas tragamonedas, mesas de juego, juegos electrónicos, póquer y más. Y si eres seguidor de Freddie Mercury, tienes la opción de arrendar la Duck House, donde el cantante estuvo hospedado por temporadas.
La música inunda el sitio
Si gustas de la música, no te puedes perder el Festival de Jazz de Montreux, en el Auditorium Stravinski, escenario pisado por David Bowie, James Brown, B. B. King, Keith Jarrett, Carlos Santana, Etta James, Patti Smith, Massive Attack, Björk, Radiohead, Leonard Cohen, Deep Purple e incluso el mismo Prince, entre otras estrellas. También está el Montreux Jazz Lab, que ofrece la oportunidad de escuchar a las figuras en ascenso y música experimental, además de conciertos gratuitos en otros puntos.
Montreux es ideal para los paseos en rutas dedicadas a ello, especialmente a lo largo de los 13 km de la ribera del lago Léman, donde florecen centenares de flores colocadas estratégicamente, o visitar el muelle y aborda una histórica embarcación a vapor para recorrer el tranquilo oleaje de lago Léman.
Un sitio para acudir es el histórico Château de Chillon y sus murales del siglo XIV, bóvedas subterráneas y salones habitados alguna vez, conservándose la decoración de tiempos pasados, con el Café Byron para platicar lo acontecido. En el Musée Suisse de l’Appareil Photographique aprenderás la historia de la fotografía, desde sus inicios, hasta la actualidad, con exhibiciones permanentes e itinerantes de fotografía.
Reconocimiento a la gastronomía
En la parte culinaria, en Montreux hay 25 restaurantes inscritos en la Guía Michelin y Gault&Millau, con L’Ermitage, donde el chef Serge Coletta alterna constantemente los menús. En Vevey, están Denis Martin, con cocina molecular y merecedor de una estrella Michelin, al igual que Les Ateliers, ubicado en un antiguo taller de acero inoxidable, y Les Saisons, en el Grand Hôtel du Lac. Les Ateliers Brasserie y Le 3C, en el interior del Hotel Des Trois Couronnes, completan la distinguida lista.
La hotelería de Montreux ofrece los servicios del Fairmont Le Montreux Palace, Le Mirador Resort & Spa, Hotel Royal Plaza Montreux & Spa y Grand Hôtel du Lac, independientemente de los chalets.
El turismo de salud es otro atractivo de Montreux, con clínicas antiedad y revitalizadoras, entre ellas Clinique La Prairie, un centro médico con más de 50 médicos y terapeutas especializados en medicina preventiva, combinado con la reconocida hospitalidad suiza. Desde 1905, Clinique Valmont es un hospital para la rehabilitación neurológica, ortopédica y trastornos de la columna vertebral; ahí, los pacientes son atendidos por equipos multidisciplinarios, desde médicos internistas, pasando por fisioterapeutas y dietistas; se destaca por sus lujosas suites y un restaurante gourmet.
El inolvidable mimo
Cerca de Montreux está Chaplin’s World, un recinto en honor a Charles Chaplin, quien residió los últimos 25 años de su existencia en la residencia Manoir de Ban, en Corsier-sur-Vevey; ahí, el visitante se adentrará en la historia del famoso mimo, encarnado por sir Charles Spencer Chaplin. Abierta al público en 2016, la villa de 14 hectáreas resguarda artículos del cómico, ambientaciones de algunos sets de sus películas y experiencias multimedia. No olvides ir al muelle de Vevey y tomarte una foto junto a la estatua de bronce de Charlot.
Estando en Vevey, a pocos minutos de Montreux, aborda el Train des Etoiles y enfílate a la montaña Les Pléiades, a 1,360 m de elevación, para aprender de astronomía en el observatorio de AstroPléiades. Sube al tren eléctrico Train des Vignes –tren de los viñedos–, que recorre la zona vitícola de Lavaux, mientras un teleférico vertical te transportará a Chardonne y al Mont-Pèlerin, una zona de recreo con vistas panorámicas desde las alturas (2,000 m) de los Alpes y el lago Léman. Otra visita es el depósito de trenes Chaulin-Chamby, con el Museo de los Ferrocarriles.
A 30 km de Montreux se localiza Lausana, llamada la Capital del Movimiento Olímpico, por ser sede del Comité Olímpico Internacional, COI, desde 1914. Es la única ciudad suiza con un metro subterráneo, completamente automatizado y controlado a distancia. Además del Museo Olímpico, que aloja exposiciones interactivas, documentos, películas y colecciones de objetos de la antigüedad griega hasta la época actual, hay sitios de arte por ver, entre ellos Collection de l’Art Brut, con obras de autodidactas e internos de clínicas psiquiátricas o prisiones, recabadas por el pintor y escultor Jean Dubuffet.
Gstaad
Suntuosidad. Así se define Gstaad, frecuentada por distinguidas personalidades, quienes acostumbran pasar sus temporadas vacacionales, especialmente las de invierno, en esas latitudes, en chalets u hoteles Gran Turismo.
Una ciudad tan glamorosa cuenta con Promenade, una de las más afamadas avenidas de shopping –y la más corta– del mundo, con la presencia de las grandes marcas de diseñadores y galerías de arte como Gagosian, que recién abrió su tercer espacio en territorio suizo; otros recintos para adquirir creaciones artísticas son Bel-Air Fine Art y Simple Gallery. Otra original sala de exposición es Tarmak22, ubicada en el aeropuerto Gstaad-Saanen, tomando el nombre de la pista aeroportuaria.
En la oferta culinaria, Gstaad ofrece restaurantes pensados para los comensales sibaritas, encabezado por el tradicional bistro bar Rialto, una visita obligada. Otros establecimientos son Sommet, que recibió una estrella Michelin, además de Avenue Montagne, Gildo’s Ristorante, Esprit Ravet, La Bagatelle y Megu, cada uno con diversas especialidades, desde la cocina local hasta internacional.
Otro selecto sitio es Eagle Ski Club, fundado en 1957, con sus distintivas instalaciones en un chalet sobre la cima de Wasserngrat, una montaña privada, a la que tienen acceso únicamente los socios a través de telesillas. El lugar incluye pistas de esquí para entretenimiento de los afiliados.
La hospitalidad suiza se refleja en sus hoteles, y en Gstaad no es la excepción; The Alpina Gstaad, Park Gstaad, Le Grand Bellevue, Ultima Gstaad Resort. Gstaad Palace, Hotel Oden AG, Huus Gstaad, Golfhotel Les Hauts de Gstaad & Spa y Ermitage Wellness & Spa-Hotel, son algunos de los esenciales, la mayoría con servicios de spa y tratamientos corporales.
El paraíso de los deportes
Si los deportes son tu pasión, Gstaad tiene un interesante calendario de competencias deportivas profesionales. Encabezado por el Swiss Open Gstaad del ATP Tour, en julio, conquistado en alguna ocasión por el astro local Roger Federer y el mexicano Raúl Ramírez; las emociones están en el Swatch Beach Volleyball Major Gstaad, también en julio, y en el Polo Gold Cup Gstaad, en agosto, con entrada libre. Para una ronda de 18 hoyos de golf, está el Gstaad-Saanenland Golf Course, y a menos de dos horas de distancia hay otros seis escenarios golfísticos.
También aquí se vive la música
En la parte musical, el Menuhin Festival Gstaad & Academy, entre julio y septiembre, llega a su edición 66, honrando al violinista Yehudi Menuhin; mientras que las jóvenes promesas de la música están en el Sommets Musicaux, con presentaciones a inicio de año en las iglesias de Saanen y Rougemont, y la capilla de Gstaad, y en septiembre llega el ambiente con el Country Night Gstaad, ideal para ponerse a bailar.
Si buscas alejarte del lujo y bullicio, en la región de Gstaad se localizan las villas vecinas Saanen, Schönried, Saanenmöser, Zweisimmen, Gsteig, Lauenen, Feutersoey, Turbach y Abländschen, pertenecientes a la comuna de Saanen, con tranquilos atractivos, entre ellos la reserva natural del lago Lauenensee y alquilar una cabaña entre las colinas para vivir una sensación única.
Saanen posee una red de caminos de más de 300 km, ideales para el senderismo y ciclismo de montaña, y la opción de volar en ala delta para ver desde el cielo el panorama. Otra elección es la ruta Wispile-Lago Lauenen, que inicia en la cima del monte Wispile, a 1,900 m de altura, y desciende hasta la famosa reserva natural del lago Lauenen.
En Saane está la aventura en los rápidos del río Saane, donde puede practicarse el rafting. Otra diversión son los 500 km de vías para ser transitadas en bicicleta de ruta, montaña o eléctrica, con señalizaciones y en constante contacto a través del GPS, para evitar extraviarse.
Aventuras elevadas
Una experiencia única se vive en Glacier 3000, una estación de montaña diseñada por Mario Botta, a una elevación de 3,000 m, conectada con un teleférico, desde ahí se obtiene una vista de los Alpes, incluido el Mont Blanc; por la altura, durante casi todo el año permanece la nieve, lo que permite practicar el esquí de fondo en verano. Si quieres probar la adrenalina, atrévete a cruzar el Peak Walk, un puente colgante de 107 m de longitud, ubicado entre dos cumbres, o desciende en la Alpine Coaster, en un veloz recorrido de 1 km, con giros de 520°. Recuerda acudir a Refuge de l’Espace, y quedar embelesado con el paisaje de los Alpes.
Suiza es famosa por sus quesos, así que acude a las cabañas Chessler y Bodmen, en Schönried y Saanemöser, cerca de Gstaad, y disfruta de una fondue; otra posibilidad es solicitar en renta una mochila con todo lo necesario para preparar una fondue y prepararlo en un día de campo.
El oro alpino
Para los fanáticos del queso, conoce Cheese Grotto, donde a más de 25 m de profundidad se resguardan 3,000 ruedas de queso de los Alpes, considerado el “oro alpino” por su calidad y denominación de origen. En sus diferentes variedades, son quesos de corteza dura, elaborados con leche alpina sin pasteurizar y una presentación redonda, tradicionalmente cortados en rebanadas finas antes de ser paladeados en el mismo lugar.
Durante la temporada invernal, Gstaad resulta muy atractivo, con más de 200 km de pistas de descenso, zona de juegos y 40 km de tramos para esquí de fondo; para los excursionistas, existen 185 km de albos caminos. Aquí se localiza el campus Gstaad del afamado Instituto Le Rosey, visitado a finales de año por profesores y estudiantes para pasar la temporada invernal de la institución donde han cursado siete reyes y príncipes, con la finalidad de reunirse con sus familias.
Texto: Ricardo Villanueva ± Foto: Sam 74100 / Eugene Sergeev, Grantotufo, Bogdan Lazar / Elena Duvernay, Ericc 2005 / Cedric Gelissen, Makasana Photo / cgtn, Diego Grandi / Eva Bocek, APL, Viorel Dudau / PRT, Suisse Tourisme / Gstaad Palace, Pavalache Ste-lian