Lo que fuera una central eléctrica abandonada en Oslo, se convirtió en el hotel Somerro, el nuevo hotspot de lujo de la capital noruega, un centro social para experiencias culturales y culinarias personalizadas que celebran la cultura nórdica.

Considerado uno de los edificios más emblemáticos de la urbe, Sommerro fue la antigua sede de Oslo Lysverker –la compañía eléctrica original de la ciudad– y su recuperación constituye un homenaje al patrimonio cultural noruego. Este hotel art déco cuenta con 231 habitaciones, 56 residencias de marca, siete restaurantes, tres bares, espacios para reuniones, un teatro con 100 asientos, gimnasio, espacio wellness y la primera piscina, sauna y terraza en la azotea de la ciudad abiertas todo el año.

Por su diseño, el hotel rinde homenaje a una fusión de estética neoclásica contemporánea con elementos originales que han sido meticulosamente restaurados y desarrollados por el estudio local LPO Architects en colaboración con el estudio GrecoDeco, con sede en Nueva York y Londres. Entre los detalles art déco más destacados se encuentran el suelo de parqué de roble, muebles a medida tapizados con motivos noruegos de los años 30 y elegantes cuartos de baño con azulejos personalizados.

Curado por el director del museo y crítico de arte de renombre internacional, Sune Nordgren, el lugar está adornado con una extensa colección de arte de artistas locales emergentes. Además, en las paredes cuelgan obras de arte originales del artista noruego Per Krohg, con piezas únicas que incluyen un fresco gigante en la pared y un mural.

En su interior, el hotel Somerro posee una colección de obras de arte.

Con la curaduría de la música y compositora de jazz residente, Maren Selvaag, el hotel será anfitrión de una serie de eventos musicales y culturales inspirados en la floreciente escena musical de la década de 1930.

Nueva cocina nórdica

Cuenta con restaurante Barramon, un bar de tapas y vinos españoles, y Plah, uno de los restaurantes más populares de la ciudad que ofrece una cocina muy refinada a cargo del chef tailandés, Terje Ommundsen. Ekspedisjonshallen –un restaurante abierto todo el día en el antiguo vestíbulo donde las personas pagaban sus facturas de electricidad– “cobra” con actuaciones musicales regulares y un animado bar de cocteles donde se sirven bebidas inspiradas en los años veinte.

To Søstre es un elegante lugar para tomar té de la tarde aderezado por mimosas y servido en carritos de pasteles bajo las notas de conciertos de música clásica. El menú de té fue diseñado por el jefe de cocina ejecutivo británico, Jonathan Howell.

Tak Oslo es un restaurante nórdico-japonés de la galardonada chef sueca Frida Ronge, donde los huéspedes pueden saborear platos locales y de temporada con productos noruegos sostenibles y mariscos. Todos los menús disponibles en el hotel incluyen una combinación de productos saludables, orgánicos y locales. Como el único restaurante en la azotea de la ciudad, TAK Oslo será el lugar para ver y ser visto.

El sitio cuenta con la primera piscina, sauna y terraza en la azotea de la ciudad, abiertas todo el año.