Cuando la vida se nos otorga en un planeta como el nuestro y junto con ella se incluyen nuestros cinco sentidos el mensaje es muy claro: estamos aquí para percibir. El placer de mirar un océano en calma o el de sentir la arena fina bajo los pies son ejemplos de las infinitas posibilidades que tenemos. Y así, entre percepciones y placeres nos colocamos al principio de una reflexión interesante.
Nuestro cuerpo carece de un órgano para la percepción del tiempo, por eso creamos los relojes. Y qué placer puede dar un reloj sino el único que no se percibe con los sentidos: el de la posesión. Poseer algo en realidad significa entenderlo, para nada sirve trabajar con ahínco y comprar aquello que se ignora. Disfrute entonces de la esencia que produce el “tic tac” mágico de los relojes.
Apliques: Son los números y símbolos de la carátula.
Cortados en oro y decorados con madreperla para este Breitling.
Bisel: Aro sobre la caja que sostiene al cristal.
Calibre: Es el tamaño de reloj, el término también se refiere a las dimensiones del mecanismo.
Complicación: Toda función del reloj más allá de indicar las horas, minutos y segundos. La primera y más sencilla de todas es el fechador.
Escape: Mecanismo que mantiene las oscilaciones del volante. La rueda de escape.
Gran sonería: Mecanismo de campanillas que automáticamente indica las horas y cualquiera de sus cuartos a voluntad, según se le requiera.
Incabloc: Sistema de protección contra impactos en el eje del volante mediante un pequeño muelle sobre el rubí.
Joyas: Cuando se habla del mecanismo se refiere a los rubíes que funcionan como superficies de rotación para los diversos ejes de un reloj.
Muelle maestro: Espiral a manera de resorte que al comprimirse proporciona la energía para que el reloj funcione.
Oscilaciones: Número de movimientos de vaivén que realiza el volante, cuanto mayor sea éste mayor será la precisión del reloj.
Platina: También conocida como placa de base, es la pieza donde se alojan la mayoría de los componentes mecánicos.
Reserva de marcha: Cantidad de horas que el reloj puede permanecer funcionando después de haberle dado cuerda a tope (máxima compresión del muelle maestro), manual o automáticamente.
Rotor: Pieza de los relojes automáticos que gira libremente en ambas direcciones, acorde con los movimientos de la muñeca, comprimiendo así al muelle maestro.
Volante: Produce en conjunto con la espiral las oscilaciones necesarias para la regulación de la marcha del reloj.
Zafiro: Por sus cualidades para soportar las ralladuras, es el mejor material con que pueden fabricarse los cristales para relojes.
Texto: Tonatiuh ± Foto: AMURA