Para celebrar el Día de San Valentín, la maison Bovet reveló un par de cronómetros perfectos.
El primero es Miss Audrey [foto inicial], una obra maestra por la esfera Bris de Verre (vidrio roto) completamente grabada a mano. El segundo cronómetro es una versión especial de The Virtuoso XI, disponible en oro rojo de 18 quilates y oro blanco de 18 quilates.
Miss Audrey muestra su esfera Bris de Verre, que asemeja un campo intacto de nieve recién caída, brillando al sol. El delicado resplandor, que recuerda a los diamantes centelleantes esparcidos por su superficie, se realza aún más con cuatro zafiros en forma de pera como índices: gotas de color vívidas que aportan una energía lúdica y alegre a la pureza de sus tonos blancos.
La creación de la esfera Bris de Verre es un trabajo que requiere entre 15 y 20 horas de parte de los maestros grabadores de Bovet. Comienza con el grabado cuidadoso de las líneas guía que delimitan el borde exterior de la esfera, el orificio central y los cuatro orificios en forma de pera para los índices de zafiro.
La verdadera magia, sin embargo, reside en el siguiente paso: utilizando una herramienta –onglette–, un cincel de acero con una punta puntiaguda, el grabador crea los diminutos triángulos a mano, utilizando miles de movimientos de grabado. Cada triángulo debe ser uniforme en tamaño, profundidad y ángulo para crear los reflejos armoniosos que dan a la esfera su brillo. No hay una plantilla precisa, ninguna guía: solo el instinto y la maestría del grabador guían el proceso.
El motivo Bris de Verre parece bailar con la luz, y su brillo se ve resaltado por cuatro zafiros de colores. Colocados con los extremos puntiagudos hacia el centro, los zafiros actúan como guías delicadas que llevan la mirada a través de los brillantes triángulos tallados a mano hasta el corazón de la esfera. Allí, las agujas en forma de corazón de acero inoxidable azulado al fuego, realzadas con Super-LumiNova blanca.
Miss Audrey es una joya radiante, engastada en una caja de acero inoxidable de 36 mm con 103 diamantes de talla brillante que crean el marco perfecto para la esfera Bris de Verre. Ganador de la categoría de relojes para mujer en el Grand Prix d'Horlogerie de Genève 2020, Miss Audrey ya ha cautivado a coleccionistas de todo el mundo, combinando arte y sofisticación en una creación atemporal.
Virtuoso XI, de Bovet.
Virtuoso XI
Virtuoso XI representa el primer y único reloj totalmente esqueletizado de Bovet. El grabado especial Pierre du Château (Piedras del castillo) o Fleurisanne adornan el arco. Disponible en oro blanco o rojo de 18 quilates, es un triunfo de la alta relojería, esqueletización, grabado y decoración a mano. Más de 60 pares de manos se han unido para transformar este reloj en una verdadera obra de arte.
La delicada cuestión de esqueletizar un movimiento consiste en eliminar suficiente material para mejorar la estética y mostrar por completo el funcionamiento interno, pero manteniendo al mismo tiempo el movimiento lo suficientemente robusto para funcionar impecablemente. Si se elimina demasiado material de los puentes, por ejemplo, se podría deformar y dañar el rendimiento del movimiento.
En los relojes esqueletizados normales, los movimientos suelen estar muy juntos y sin mucho espacio entre los puentes y las ruedas, por lo que grabar ambos lados es demasiado difícil y no tendría sentido porque no sería visible.
El interior del Virtuoso XI puede ser observado con detenimiento.
En el Virtuoso XI, el movimiento se concibió y diseñó específicamente desde el principio para tener suficiente espacio para grabar ambos lados de los puentes y las platinas, y espacio para admirarlos, y el resultado es excepcional. Más transparente que cualquier otro reloj que Bovet haya producido hasta ahora, cada aspecto de este movimiento de alta relojería está a la vista.
El movimiento de tourbillon volante que impulsa este excepcional reloj responde a los exigentes criterios de cronometría, fiabilidad y expresión de Bovet. Extrae su energía de un único barrilete que garantiza más de 10 días de reserva de marcha (240 horas, cuando el estándar de la industria es de 42-48 horas), todo ello manteniendo las oscilaciones del volante a 18,000 alternancias por hora.