En la perpetua fascinación de los talleres de Alta Joyería de Chopard, el reloj-joya es un tesoro especialmente deseado.
La maison exhibe un par de modelos inéditos de diamantes y de diamantes con esmeraldas que completan el deslumbrante joyero de su colección de Alta Joyería de. Un equipo de artesanos, entre gemólogos, lapidarios, maquetista-escultores, pulidores, engastadores y relojeros, además de diseñadores, participaron en la elaboración de estas obras maestras de la joyería nacidas de la imaginación fecunda de Caroline Scheufele.
El guardatiempos engastado es un patrimonio que se transmite de generación en generación. Una pericia cuya genialidad fue reconocida por quinta ocasión con el Grand Prix d’Horlogerie de Genève.
Un encaje de diamantes
El primer modelo [foto inicial] retoma el diseño icónico de la maison con una composición a modo de un encaje joyero tejido en un delicioso entrelazado de oro ético blanco de 18 quilates y diamantes. Alrededor de toda la esfera y el centro del brazalete engastado, se desarrolla una sucesión de generosos diamantes talla redonda, cada uno de ellos rodeado de un delicado guipur de brillantes que multiplica su resplandor.
Está elaborado con 436 diamantes talla brillante por un total de 9.13 quilates, es tan etéreo y cómodo de llevar como un delicado encaje de un blanco inmaculado.
La esfera es en sí misma una obra de arte: dividida en 12 secciones que facilitan la lectura de la hora por medio de unas agujas azuladas, está completamente cubierta de pavé de brillantes y coronada por un cristal de zafiro facetado como un diamante.
Reloj-joya de oro ético blanco de 18 quilates engastado con dos esmeraldas talla esmeralda y diamantes talla pera y talla brillante.
La regia esmeralda
La otra pieza de resulta igual de fascinante: dos esmeraldas colombianas por un total de 4.89 quilates marcan los dos extremos de la caja, aportando en su majestuosidad una disposición equilibrada de diamantes talla pera (6.61 cts) y talla brillante (3.53 cts). Se coloca en la muñeca por medio de una delicada correa de raso gris perla.
Las horas y los minutos marcan el paso del tiempo sobre una esfera cuyo corazón está cubierto de un pavé de brillantes, mientras que los reflejos ondulantes del nácar de la vuelta de las horas van al ritmo de las cuatro flores de lis realizadas en diamantes talla pera.
Nacida de la combinación de todos los Oficios artísticos de los talleres, esta creación femenina, preciosa y llena de glamour, ha exigido nada menos que 424 horas de trabajo.