La fabricación del nuevo Bugatti Tourbillon, el hipercoche que abre un capítulo decisivo para la marca, demandaba un entorno a su altura: Atelier Bugatti.
En los terrenos franceses del Château Saint Jean, en Molsheim, donde Ettore Bugatti (1881-1917) edificó las instalaciones de su firma automotriz en 1928, en el siglo XXI fueron elevadas a clase mundial, honrando el encanto natural del entorno, a la vez de responder a las exigencias de la ingeniería automotriz.
Actualmente el Atelier es un lugar donde la historia, innovación y hospitalidad se entrelazan, acogiendo a clientes, invitados y pilotos que comparten la pasión por lo extraordinario.
De líneas bajas y proporciones amplias, el Atelier parece emerger de la pradera que lo rodea. Su diseño minimalista, coronado por un techo parcialmente cubierto de hierba silvestre (un 30% de su superficie), lo integra armoniosamente en el paisaje.
Con 132 m de largo y 25 m de ancho, el edificio combina sobrias paredes oscuras con amplias superficies acristaladas que inundan el espacio interior de luz natural. Destaca especialmente la pared de cristal de cinco metros de altura en su flanco este, que ofrece a los artesanos de Bugatti vistas privilegiadas de los jardines mientras trabajan en la creación de cada vehículo. Tragaluces estratégicamente distribuidos completan la iluminación, potenciando la sensación de apertura y conexión con el entorno.
Pero el nuevo Atelier no solo deslumbra por su estética: su distribución duplica la capacidad productiva del taller anterior y eleva la eficiencia a niveles inéditos en la historia de la marca. Desde el ensamblaje inicial de subcomponentes hasta la integración del chasis rodante con la carrocería, cada etapa del proceso se beneficia de un flujo de trabajo optimizado y de nuevas capacidades internas. "Con esta infraestructura, buscamos fortalecer nuestra capacidad de producción e impulsar a Bugatti hacia el futuro", comenta Federico Daul, director de operaciones de la marca.
En paralelo, el actual edificio del Atelier –diseñado en su día con la silueta del icónico Macaron–también evoluciona. Se convertirá en un espacio inmersivo para que los visitantes descubran la esencia de Bugatti: un lugar donde experimentar la legendaria hospitalidad de la marca y observar, de cerca, el meticuloso trabajo artesanal que define a cada vehículo.
Con más de 116 años de historia, Bugatti ha sabido convertir cada modelo en un capítulo inolvidable de la ingeniería automotriz. Ahora, con el Tourbillon como estandarte y este nuevo Atelier como escenario, Molsheim reafirma su papel como la cuna de los hipercoches más extraordinarios del mundo.