Coincidiendo con el 150º aniversario de Audemars Piguet lanza Royal Oak ‘Jumbo’ Extra-Thin Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph RD#5.
Luego de cinco años de desarrollo, el cronómetro presenta el nuevo Calibre 8100, cuyo funcionamiento interno ha sido completamente rediseñado y patentado. Cada detalle ha sido meticulosamente elaborado, superando los límites del diseño ergonómico para redefinir la sensibilidad táctil de los pulsadores del cronógrafo.
Destaca el contador de minutos de salto instantáneo junto con un contador de horas y, por primera vez en la colección Royal Oak, combina un cronógrafo flyback con un tourbillon volante.
Limitada a 150 piezas, esta creación histórica está hecha de titanio y vidrio metálico precioso a granel (Bulk Metallic Glass) para ofrecer un equilibrio de ligereza, durabilidad y brillo.
Por primera vez en sus 50 años de historia, el Royal Oak “Jumbo” está dotado de un cronógrafo automático y un tourbillon volante, una doble complicación que planteó desafíos importantes para los equipos de Audemars Piguet, dadas las proporciones icónicas del modelo.
Presentado en 1972 y diseñado por Gérald Genta, el Royal Oak original se ganó el apodo de "Jumbo" por sus audaces proporciones, consideradas sobredimensionadas para la época. Hoy en día, es un objeto muy codiciado por los coleccionistas y encarna una ergonomía perfecta con sus 39 mm de diámetro y 8.1 mm de grosor.
La primera innovación reside en los pulsadores que flanquean la corona, situados a las 3 en punto. En un cronógrafo contemporáneo, estos suelen requerir una presión considerable para activarse.
“Su recorrido, es decir, la distancia que deben presionarse, suele ser de 1 mm o más y requiere una fuerza de unos 1.5 kilogramos”, explica Giulio Papi, director de Diseño de Relojería. “Nuestro objetivo era reducir estos valores para mejorar la experiencia del cliente, inspirándonos en los botones de los smartphones, que suelen tener un recorrido de 0,3 mm y requieren 300 gramos de fuerza”.
Para preservar la delicadeza del ‘Jumbo’ y adaptarlo a su doble complicación, los ingenieros de Audemars Piguet optaron por la inclusión de cristales de zafiro, conocidos como "caja de cristal", tanto en la esfera como en el fondo de la caja. Si bien son completamente planos por fuera, los cristales están ahuecados por dentro para crear espacio adicional para la rotación de las agujas, así como para el movimiento y su masa oscilante.