Módena vivió una semana en la que el rugido de los motores de Maserati que volvieron a encontrarse con la tradición operística.
La casa del Tridente celebró el regreso a la producción del GranTurismo y GranCabrio –en todas sus variantes– en la histórica planta de Viale Ciro Menotti. La presentación tuvo lugar en el Teatro Comunale Modena Pavarotti-Freni, donde la propuesta Maserati Meccanica Lirica convirtió al recinto en un escenario inmersivo donde arte, ingeniería y música se mezclaron con una naturalidad sorprendente.
La colaboración con Sonus faber permitió que la narrativa de Turandot enlazara con la del Tridente, y la Orquesta Filarmónica de Módena, dirigida por Hirofumi Yoshida, llevó la emoción hasta el célebre “Nessun dorma”, momento elegido para revelar el GranTurismo Meccanica Lirica One-Off.
Posteriormente, el compositor Dardust tomó el relevo sonoro para reinterpretar la herencia italiana desde un lenguaje contemporáneo, mientras se estrenaba la nueva campaña visual del GranTurismo y el GranCabrio, filmada íntegramente en Módena.
La experiencia continuó en la planta de Maserati, donde se inauguró simbólicamente la nueva línea de montaje. Ingenieros y artesanos mostraron las instalaciones y presentaron ediciones únicas de los dos modelos, antes de cerrar la jornada con una visita a la Colección Umberto Panini, uno de los templos históricos del automovilismo italiano.
El fin de semana estuvo reservado para clientes y miembros del Maserati Italia Club. El sábado, la Piazza Roma reunió 50 vehículos icónicos –incluido un GT Spyder 3500 de 1959– y ofreció acceso a los ensayos de la Orquesta de Módena.
Ya en la fábrica, Roberto Bolle sorprendió con una intervención escénica íntima, seguida de otro banquete firmado por Massimo Bottura y un cierre sonoro de Dardust.
El domingo, Módena se transformó en museo al aire libre. Sesenta Maserati, desde clásicos como los Ghibli noventeros, un Sebring o un Indy, hasta el MC20 personalizado mediante Fuoriserie para los descendientes de Ettore Maserati, recorrieron las calles rumbo al Museo Panini y después al Autódromo local. Allí, el público pudo experimentar la pista con pruebas de manejo a bordo del GT2 Stradale y el GranTurismo, equipados con un nuevo sistema de escape que realza la voz mecánica del Tridente.
Paralelamente, la ciudad abrazó su identidad automotriz con instalaciones y proyecciones en sitios emblemáticos, bajo el lema “Módena, Ciudad de Maserati”, decorada en azul y amarillo y convertida por unos días en escenario viviente de una historia compartida.
Más que una celebración, Maserati Meccanica Lirica fue un manifiesto: en Módena, la mecánica sigue teniendo ritmo propio y la música, un carácter capaz de inspirar motores. Y ese eco –mezcla de tradición, innovación y artesanía– vuelve a proyectar al Tridente hacia el futuro.