Tan dulce como el azúcar.
Durante años, la relojería ha presentado esferas de diferentes materiales: metales preciosos, guilloché, nácar, aventurina. Sin embargo, en esta ocasión, BOVET 1822 innovó en la pieza Miss Audrey Sweet Art con procesos y un elemento completamente nuevo: azúcar.
Definido como “algo insólito en relojería”, la marca suiza de relojeros de lujo explicó que los cristales de azúcar que recubren el modelo simbolizan la dulzura y la pureza femeninos, así como el dulce al que se aferra un niño. Además, constituyen una innovadora proeza en términos de ingeniería, materiales y pintura en miniatura, fruto de la imaginación del Sr. Pascal Raffy, quien este 2021 celebra 20 años al frente de BOVET.
El proceso de creación de la esfera del Miss Audrey Sweet Art es extremadamente complejo. Inicialmente, los cristales de azúcar se preparan para que su estructura no se altere al exponerse a la luz o al calor. En seguida, se seleccionan por tamaño, mezclándose con pintura especial. Finalmente, uno de los artesanos especialistas en pintura en miniatura los aplica a mano sobre la esfera. “Un exigente proceso patentado donde no cabe margen de error. Cualquier paso en falso supondría empezar de nuevo”, señalan.
Considerando su fabricación artesanal a mano, cada esfera representa una pieza única con una propuesta de color variada, desde tonalidades sólidas o degradadas. El resultado: Una intrigante combinación de textura y brillo.
Sus agujas poseen un toque romántico con una forma única de corazón. Está equipado con un movimiento automático que late a una frecuencia de 4 Hz. Su emblemática caja convertible Reurier Amadéo presenta un diámetro de 36 mm y se declina en acero inoxidable con 103 diamantes; única y patentada, es capaz de convertirse en un reloj de pulsera, de mesa, o de bolsillo sin necesidad de herramientas.
Cabe destacar que el modelo Miss Audrey fue el ganador en la categoría de relojes femeninos del Gran Premio de Ginebra 2020.