En la maison Tiffany & Co., solamente a cuatro diseñadores se les ha permitido rubricar sus creaciones en joyería, y uno de ellos fue Jean Schlumberger.

Junto con Schlumberger, Paloma Picasso, Elsa Peretti y Frank Gehry fueron autorizados a firmar sus alhajas exhibidas en los aparadores de Tiffany, gracias al nivel de sus diseños.

Las joyas de Schlumberger fueron buscadas por clientes del nivel de Jacqueline Kennedy y Elizabeth Taylor, y en la actualidad en las subastas de Christie’s, y como menciona Angelina Chen, especialista en joyería de Christie’s en Nueva York: “ante todo, Jean Schlumberger era un artista. Su experiencia en artesanía y moda lo convirtió en un pionero en el mundo de las joyas finas”.

Francés de nacimiento, Schlumberger (1907-1987) inició su carrera en París, con la diseñadora italiana de moda Elsa Schiaparelli, donde creaba botones de fantasía y bisutería. Posterior a la Segunda Guerra Mundial, tras haber servido en el ejército francés y sobrevivir a la batalla de Dunkerque (1940), se mudó a Nueva York, donde abrió un taller de joyería.

Las prendas de Schlumberger captaron la atención de Walter Hoving, presidente de Tiffany, quien en 1956 le ofreció trabajo en Tiffany, donde erigiría una lista de clientes que incluía a Greta Garbo, la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, Wallis Simpson, Elizabeth Taylor y Audrey Hepburn.

Desde su taller ubicado en un entrepiso de Tiffany, al que únicamente se accedía a través de un ascensor privado, Schlumberger creó las piezas más costosas de la maison, y eso le valió ser nombrado vicepresidente. “Sus conchas, pájaros, plantas y criaturas marinas con incrustaciones de oro y platino son especialmente codiciados”, agrega Chen. “Repitió estos motivos a lo largo de su carrera, muchos de ellos con esmaltes de colores brillantes”.

Uno de los principales desafíos de Schlumberger llegó en 1957: engastar el famoso diamante amarillo Tiffany, el más grande y fino del planeta en ese momento, con un peso de 128.51 quilates. Con habilidad, diseñó un collar con cintas de diamantes en forma de remolino para montar la piedra, que ha sido lucido por tres mujeres: E. Sheldon Whitehouse; Audrey Hepburn, para promover la película Breakfast at Tiffany’s; y Lady Gaga, quien lo lució en la entrega de los premios Oscar de 2019.

En 1995, el Tiffany Yellow Diamond fue montado en uno de los diseños más emblemáticos de Schlumberger, el broche “Bird on a Rock”, que sigue siendo producido por Tiffany con diferentes piedras, convirtiéndose en el favorito entre los coleccionistas.

Otro proyecto icónico de Schlumberger es el broche de delfín de oro, con diamantes, zafiros y esmeraldas de la colección perteneciente a Elizabeth Taylor, que en 2001, Christie’s vendió por 1’202,500 dólares, un récord para cualquier pieza de joyería de Schlumberger en una subasta. En 1964, el broche fue un regalo de Richard Burton a Taylor con motivo del estreno de su película, La noche de la iguana.

La recopilación de 150 artículos de joyería de Schlumberger, alguna vez propiedad del filántropo estadounidense ‘Bunny’ Mellon, se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Virginia, en Estados Unidos. Desde el fallecimiento de Schlumberger, Tiffany continúa reproduciendo sus diseños, sin embargo, las piezas más deseadas por los coleccionistas continúan siendo las realizadas por Schlumberger.