Dos criaturas legendarias protegiendo una perla, es la leyenda que cuenta el Tourbillon Ultrafino Dragon & Phoenix de Arnold & Son.
Presentado en cinco versiones –producidas en ediciones limitadas de cinco unidades cada una– exhiben esferas de rocas raramente utilizadas en la relojería. Su estructura, su color y su riqueza sirven de telón de fondo para el baile que protagonizan los dos entes fantásticos en torno a su preciada perla de nácar.
A&S evoca el mito del dragón y el fénix, dos seres mitológicos que, siendo vecinos, se pusieron de acuerdo para labrar una perla, uno con las garras y el otro con los dientes. Cuando la madre del Emperador Celestial de Jade trató de robarla, la perla cayó al vacío y los entes se apresuraron a rescatarla al vuelo. La perla, símbolo de sabiduría y fertilidad, es el nudo de la historia que narra el Tourbillon Ultrafino Dragon & Phoenix.
Ambos seres mitológicos son representados por medio de dos esculturas de 2 cm finamente labradas, escenificando un baile a ambos lados de la esfera. Las escamas, las plumas, los espolones, los dientes, el pico o la crin… todos los detalles de las criaturas están grabados a mano a partir de oro rosa macizo. Entre las garras del dragón, se descubre la perla.
Cada uno de los cinco modelos Tourbillon Ultrafino Dragon & Phoenix luce una esfera de piedra dura distinta: broncita, eudialita, marcasita, pietersita y verdita, minerales coloridos y con efectos superficiales profundos, poco conocidos y raramente usados en relojería.
Las inclusiones nacaradas, rojizas y negras que irrumpen en el beige dominante de la broncita. La marcasita, negra y gris, en la que brotan excrecencias como rocas que aparecen en un terreno llano. Las grandes nubes iridiscentes que emergen del gris azulado profundo de la pietersita. El verde colorido y cambiante de la verdita. Y la intensidad de la eudialita, en la que los gradientes de morado contrastan con el jaspeado de vetas blancas.
Hasta el último detalle
Todas las versiones se complementan con una correa de cocodrilo de escamas grandes en tonos a juego con los de las esferas y con pespunte de hilo de oro de 18 quilates. La correa está unida a una caja de oro rojo 5N de 42 mm de diámetro y 8.60 mm de grosor.
Los modelos están dotados de un calibre tourbillon, que proporciona la precisión de la marcha cronométrica y el refinamiento de un esqueletizado. Un prodigio posible gracias al diseño abombado: el puente del tourbillon sobresale ligeramente por encima de la superficie de la esfera y se alinea con el grosor de la esfera excéntrica, igualmente abombada.
Las criaturas mitológicas, esculpidas en oro, equilibran las masas en el eje horizontal. La concordancia de las proporciones, las dinámicas y la composición se fundamentan en un profundo sentido de la estética, así como de la mecánica.
Las esferas confeccionadas con piedras inusuales guarecen el calibre A&S8200; con un grosor de 2.97 mm, se trata de uno de los calibres regulados por un tourbillon más finos. Este calibre emplea un gran barrilete y una frecuencia de oscilación de 3 Hz, que permite una reserva de marcha de 90 horas, una auténtica proeza en el caso de un tourbillon de semejante finura.