Un retador recorrido fue realizado al volante de un Porsche Taycan Cross Turismo eléctrico que resultó batir un récord, al llevarlo desde las profundidades del subsuelo hasta la cima de una montaña, para recibir el reconocimiento de los Guinness World Records.

Encabezados por el productor de programas de televisión sobre autos, J. F. Musial, y cinco integrantes más, tomaron el reto de manejar el vehículo desde uno de los puntos más hondos de Estados Unidos, y llevarlo a uno de los elevados.

Tras circular por los casi 2,300 km que separaban ambos lugares, parando solo para cambiar de conductor y cargar la batería del auto, lograron una ganancia de altitud de 4,842 m y 967 mm. Para el Guinness World Records representó el mayor cambio de altitud alcanzado hasta la fecha por un auto eléctrico.

El punto más bajo de Estados Unidos, y de fácil acceso en auto, es Badwater Basin, en el Valle de la Muerte, en California, 86 m por debajo del nivel del mar, pero buscaron descender aún más, ir al subsuelo, y así lo hizo el equipo, con el apoyo de los trabajadores de la mina Eagle, en Michigan, donde se puede acceder en un auto a tal profundidad, por una rampa que utilizan los vehículos especializados en minería.

Dado que el Taycan Cross Turismo es capaz de circular fuera del camino por su altura elevada y la tracción en las cuatro ruedas, cumplía los criterios de la mina Eagle para poder entrar en el túnel. Esto lo convirtió en uno de los pocos vehículos del mundo con la combinación adecuada de cualidades y poder intentar el viaje, sin modificación alguna, y utilizando los neumáticos de carretera montados de serie.

Así, tras una rigurosa formación en materia de seguridad, los integrantes del grupo condujeron a la parte más baja de la excavación, a una profundidad de 541 m por debajo del nivel del mar.

Rumbo a la cumbre de Pikes Peak, en Colorado, a 4,302 m.

“Ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida, ¡pero supongo que por eso es un récord! Gracias a la gente de la mina Eagle y de Pikes Peak, así como a los miembros de Guinness World Records, por apoyar lo que empezó como un sueño y acabó siendo algo que ninguno de nosotros olvidará jamás”.
P. Musial, productor de televisión

Ahora, a la cima

Con la profundidad medida con exactitud y verificada por topógrafos especializados, los miembros de la expedición salieron de la mina al amanecer y comenzaron su viaje para ganar altitud. El destino final: la cumbre de Pikes Peak, en Colorado, situada a 4,302 m y sede de la mundialmente famosa carrera contrarreloj, que este año celebra su centésimo aniversario.

Al equip le llevó cruzar seis estados y ascender 4,842 m y 967 mm sin abandonar el suelo. El oxígeno del que disponían al inicio del viaje se redujo 40% cuando llegaron a la cima. Por el camino encontraron sol, lluvia, nieve y hielo. Además del cansancio, estuvo presente el riesgo de que la carretera hacia la cúspide estuviera cerrada a causa de las condiciones meteorológicas.

En total, las tres parejas de conductores se turnaron al volante y continuaron el intento. Con dispositivos GPS sellados controlaron la ruta y la altitud durante todo el trayecto, junto con un altímetro analógico y registros de testigos para satisfacer los estrictos requisitos de Guinness World Records.

Dai Yoshihara, ganador de su categoría en la subida a Pikes Peak en 2020, se puso al volante en la última etapa, en la que batieron el récord. Los hombres y mujeres del equipo ascendieron un total de casi 5 km, en un recorrido total de 2,274 km en el que emplearon 33 horas y 48 minutos. Uno de los miembros del equipo completó todo el viaje, conduciendo al principio y pasando luego al asiento del pasajero. Fue J.F. Musial.

Al completar la hazaña, el equipo recibió el reconocimiento Guinness World Records.