Arnold & Son lanzó el Globetrotter Steel, con caja de acero a juego con el gran puente que atraviesa el mapamundi por el hemisferio norte.
Plasmar a mano el hemisferio norte es una labor que merece una mención especial. Por ello, mostramos el minucioso trabajo de los artesanos detrás de este guardatiempos, una tarea donde convergen la paciencia y dedicación. Todo empieza con la selección de los pigmentos, una paleta de tonos azules, que, en conjunto, resultarán en la reproducción de los océanos. Después, ocho capas de laca translúcida azul oscuro, para dar efecto de profundidad. Entre cada capa, se requieren dos horas de secado.
Antes de aplicar la última capa, las olas son representadas con polvo de perla, un efecto que evoca el movimiento del océano. Como penúltimo paso para terminar este domo, se pintan las orillas de la masa terrestre del hemisferio norte, con mezcla de pintura y Super-Luminova, la cual resplandece en la oscuridad, evocando el reflejo del cielo estrellado en las profundidades.
Por último, como prueba de calidad del domo que se montará sobre un calibre que se sirve de todas las competencias de la Manufactura, donde se hace una revisión final bajo microscopio y una lámpara UV. Así, se concluye una primera parte, para dar lugar a la creación del emblemático puente que atraviesa la carátula.
El minúsculo puente
El puente proviene de una placa de rodio, cincelada a la micra con una máquina de control decimal numérico. Las caras internas del puente se trabajan bajo un efecto arenado, contrastando con la superficie superior pulida con acabado espejo. En este paso, el cuidado y atención es primordial, ya que la finura de la pieza la predispone a que, al mínimo error en el tacto, los ángulos y estructura se alteren.
Finalmente, se hace una revisión con lupa, donde, bajo los estándares de calidad de la Manufactura, se cerciora que cada milímetro del puente sea uniforme con el resto de la pieza. Por ser muy frágil, se requiere de un cuidado excepcional para mantener los ángulos y curvas exactas que encajarán en el domo terráqueo.
Finalmente, los artesanos montan estas dos piezas. Una vez que el movimiento A&S6022 ha sido ensamblado con su respectiva carátula, es hora de colocar la cúpula, para lo cual se necesita una destreza infalible, ya que, el domo debe ser esmeradamente levantado para ser colocado en el pivote central y ser asegurado sobre la carátula con una micro tuerca.
El aro de zafiro que indica la hora mundial y la joya central se ensamblan junto con el puente superior. A continuación, el conjunto se coloca sobre el domo de tierra, el cual debe encajar perfectamente en los soportes laterales situados a las 3 y a las 9. El puente superior es asegurado con un desarmador de precisión en cada lado. Finalmente, el cristal de zafiro con numerales es colocado encima del puente.
Así, después de ocho días de trabajo, se complementa la parte que representa la línea maestra del diseño del Globetrotter: América, Eurasia, África, todo lo que se encuentra por arriba del ecuador está representado con todo lujo de detalles.