El cronógrafo Montblanc 1858 Iced Sea rinde homenaje a los glaciares de la montaña Mont Blanc.
Desde siempre, esta cumbre, una de las más elevadas de Europa con sus 4,809 m de altura, ha sido fuente de inspiración para la firma Montblanc. El monumental Mont Blanc, una maravilla de la naturaleza, alberga glaciares y lagos congelados de excepcional belleza que han inspirado una selección de artículos de distintas categorías, donde el hielo protagoniza los elementos de diseño.
La esfera “congelada” del reloj, el primero certificado para hacer submarinismo, reproduce la textura del hielo de los glaciares con su intrincada estructura de cristales helados desde hace miles de años. En una auténtica proeza técnica, los maestros relojeros de Montblanc han creado una esfera que simula las profundidades de un glaciar, y soporta profundidades marinas de hasta 300 m.
“Plasmamos las profundidades del hielo alpino en nuestros productos, como una forma creativa de transmitir esa sensación. No solo evocamos la mística estética de la textura del hielo, sino que celebramos estos glaciares y lagos congelados”.
Marco Tomasetta, director artístico de Montblanc
A prueba de agua
El Montblanc 1858 Iced Sea con fecha automática, cuenta con una caja de acero inoxidable de 41 mm con bisel giratorio, unidireccional y cerámico en dos colores y reverso con un grabado en 3D de un iceberg y un submarinista que explora sus gélidas aguas.
El brazalete intercambiable, realizado en acero inoxidable en forma de V, puede cambiarse de manera rápida y fácil por uno de caucho, sin necesidad de herramienta alguna. El brazalete puede ajustarse a la muñeca, sobre todo si se utiliza sobre un traje de buceo; además, presenta un estrechamiento de 20 a 16 mm y se cierra con una doble hebilla desplegable.